Correo
Adiós a Tótila Lintz
Por encargo del Directorio del Club Alemán, me permito compartirle el discurso que tuve el honor de pronunciar en el funeral de Tótila Lintz.
Inadecuado sería redactar para Tótila un clásico discurso fúnebre, pues Tótila no fue clásico, tampoco fue políticamente correcto, y estuvo muy lejos de ser pusilánime. Tótila, más que un ciudadano, como él mismo se gustaba llamar, fue una institución; y aún más que ello, señaló un camino en la acción honesta, comprometida y desinteresada.
"Acudir siempre con la mejor buena voluntad a ayudar donde se pueda para mitigar el dolor ajeno, poniendo todos los medios propios, sin titubeos, dudas o temores para lograrlo", fueron sus palabras, las que aún nos resuenan y emocionan. Esta actitud vital fue el Leitmotiv de toda su existencia, como él mismo señalaba.
Sin lugar a dudas, Tótila fue un hombre de acción y consecuencia. Aunque miles de nuevos puertomontinos no sepan quién fue él, los que sí lo sabemos debemos vocearlo a los cuatro vientos. Es nuestra obligación difundir su ejemplo, con el fin de fortalecer nuestra sociedad, debilitada por el personalismo y exitismo, en la que es más importante el parecer que el ser, lo aparente que la esencia.
Tótila fue el artífice y el partícipe de muchas iniciativas e instituciones en Puerto Montt. Una de ellas fue como socio del Deutscher Verein (Club Alemán), del cual ya era Socio Honorario hace mucho, pues fue miembro por alrededor de 65 años.
Nunca faltó a una asamblea, asistiendo incluso a la última, hace casi un año. Nunca dejó de opinar en una, algunas veces provocando controversias. Nunca dejó de compartir luego de una, participando animadamente. Sus ideas firmes, preclaras, siempre constructivas y bien intencionadas, sirvieron de base a varias de las mejoras e iniciativas que hemos ido implementando a lo largo de nuestra más que centenaria existencia.
Participó también, coescribiendo el relato de nuestros primeros 150 años de vida. Mucha fue la información que nos entregó, parte de la cual aún está inédita, producto de haber convivido casi con la mitad de la historia de nuestro Club, el que ya cumplirá 157 años.
Tampoco lo olvidaremos participando en nuestra Stammtisch, con su mirada soñadora y su pensamiento perspicaz, tan agudo como una daga. Sus opiniones nunca nos dejaron indiferentes, eran provocadoras, invitando a la discusión. Yo lo conocí durante los últimos 10 años, y puedo afirmar que, sin su presencia, ejemplo y consejo, este Club no sería el mismo.
Tótila fue un hombre extraordinario, y agradecemos la oportunidad de haberlo podido conocer y apreciar. Sin duda tuvo muchas virtudes, como también tuvo otros tantos defectos, producto de sus circunstancias y los tiempos que le correspondió vivir.
Parafraseando a Fritz Reuter, estoy seguro que Tótila compartiría lo que sigue:
"Ich bin nur in das Zimmer nebenan gegangen. Ich bin ich, ihr seid ihr. Das, was ich für euch war, bin ich immer noch. Gebt mir den Namen, den ihr mir gegeben habt, sprecht mit mir, wie ihr es immer getan habt. Gebraucht nicht eine andere Lebensweise, seid nicht feierlich oder traurig. Lacht weiterhin über das, worüber wir gemeinsam gelacht haben. Ich bin nicht weit weg, nur auf der anderen Seite des Wegs" (Yo sólo me fui a la habitación de al lado. Yo soy yo, Uds. son Uds. Lo que yo fui para Uds., todavía lo soy. Llámenme como siempre me han llamado, háblenme como siempre me han hablado. No actúen de otra forma, no estén solemnes ni tristes. Síganse riendo de las mismas cosas que nos reímos juntos. Yo no estoy lejos, sólo al otro lado del camino).
Tótila, ruhe sanft. Tótila, descansa en paz.
RENÉ FUCHSLOCHER RADDATZ. Presidente del Club Alemán de Puerto Montt.
Fin del jubilazo
El jubilazo de Myriam Olate ha llegado a su fin, luego de que Dipreca decidiera acatar el dictamen de Contraloría, en relación a la desafiliación de Myriam Olate de Dipreca, y su regreso al sistema AFP.
La pensión de Olate -ex señora del diputado Osvaldo Andrade-, era de $5,5 millones, luego de sólo 20 años de trabajo en Gendarmería, sin ningún mérito alguno para lograr tan alta pensión.
No fue fácil revertir esta pensión viciada, pues Dipreca no acataba los dictámenes de Contraloría, y sólo ejecutaba medidas menores como la rebaja de la pensión y la devolución de dineros entregados en excesos.
Es de esperar que este caso sea ejemplificador, para frenar de una vez los abusos de los privilegiados de siempre, que son financiados con el esfuerzo de todos los contribuyentes.
Finamente, Myriam Olate recibirá una pensión justa según sus ahorros previsionales, en un sistema que debe seguir perfeccionándose, pero que imposibilita pensiones fraudulentas.
EDUARDO JEREZ SANHUEZA.