Causa admiración, beneplácito y hasta orgullo, tener un club de fútbol profesional militante en la Primera B, como Deportes Puerto Montt, integrado por jugadores, entrenador y cuerpo técnico, que son capaces de reconocer públicamente sus limitaciones y los errores que han cometido en una actual campaña muy distante de la brillante cruzada anterior, que casi los instala en primera división. Severo autoexamen, al que unen el más firme propósito de superarse y ojalá terminar con victorias sus últimas presentaciones de la primera rueda 2016.
Sin afanes de justificar el magro rendimiento futbolístico del plantel albiverde esta vez, siendo objetivos y conscientes, hay que reconocer también que en este bajón no han dejado de influir los altibajos institucionales, cuya crítica inestabilidad económica ha sido imposible que no repercuta en cada uno de los integrantes del equipo porteño. Los mismos que, por ello, en algunas etapas se han desconcentrado de su misión deportiva, para afrontar imprevistos y luchar -más allá de sus fuerzas- para salir adelante y continuar con el pendón de Deportes Puerto Montt en alto.
Con una escuadra de tan admirable mística, profesionalismo y voluntad de surgir, no puede haber otra reacción ciudadana que no sea de reconocimiento a ese gran esfuerzo y de decidida adhesión a los muchachos de Puerto-Puerto en su batallar por ascender de categoría en el balompié rentado. Una adhesión, que, sin embargo, sólo vale y sirve con hechos concretos. Es decir, concurriendo en mayor cantidad al bello Estadio en Chinquihue, haciéndose socios en gran número del club, auspiciándolo de manera más importante desde el empresariado, siendo más colaboradores y positivos con este importante patrimonio deportivo de la capital de la Región de Los Lagos.
No es justo ni correcto, como puertomontinos que vibran con el deporte y el fútbol en particular, dejar a Deportes Puerto Montt y su plantel solos en la estacada, sin apoyo económico ni aliento, especialmente en las etapas difíciles de sobrellevar.
Para estar en primera división, como hace 20 años, y disfrutar del fútbol grande chileno, tenemos que unirnos y aportar. No hay otra forma de lograrlo.