Las ciudades son el vehículo de nuestra felicidad y el branding de ciudad es una poderosa herramienta que puede llegar a convertirse en un antes y un después en el destino de una ciudad debido a que la gestión de marca ciudad atraviesa diferentes servicios de la gestión municipal, como el transporte, la vivienda, la conectividad, la educación, la cultura, la tecnología, la seguridad ciudadana, etc. Si decimos que la gestión de marca de una ciudad influye en las decisiones de políticas urbanas, entonces debemos aceptar que la marca ciudad no es un logo.
El logo va de todas maneras, y será una tarea apasionante, pero un logo sin alma y sin una base que lo sustente no es más que un conjunto de letras. Bariloche, por ejemplo, es un buen caso de esto, Bariloche se puede escribir de diferentes maneras y le podemos poner diferentes íconos, pero lo trascendental no es la asociación tipográfica que tengamos de esta hermosa ciudad, sino lo que evoca en nuestra mente y en las ganas que nos dan de visitarla, a tal punto que esta pequeña ciudad recibe a casi un millón de visitantes al año y se ha convertido en el principal destino turístico de toda la Patagonia.
Gestionar la marca de la ciudad de Puerto Montt es una oportunidad de hacer de Puerto Montt una gran ciudad o también porque no una gran metrópolis: Puerto Montt la metrópolis más austral del Cono Sur. Interesante ver a Puerto Montt como una metrópolis, que no compite con Puerto Varas, ni con Frutillar, sino que las acoge como propias, como parte de un mismo entorno. Es una mirada global e influyente. Y ese quizás debe ser el objetivo de Puerto Montt, convertirse en una ciudad influyente, que destaque por su importancia económica y cultural.
Gestionar la imagen y marca de Puerto Montt es una oportunidad de diseccionar los diferentes puntos de vista, los diferentes ámbitos y visiones que los puertomontinos tienen de su ciudad, de su modelo de desarrollo, de su futuro. Es decir, la gestión de marca ciudad de Puderto Montt no tendrá un camino exitoso si sus ciudadanos no están convencidos y no participan. Por eso es que el posicionamiento de la marca Chile hasta la fecha es un fracaso, y por el contrario, la marca Perú es un éxito. Es porque una -la nuestra- se hizo desde la elite para la elite y en cambio la de nuestros vecinos está cimentada en la adhesión decidida de los ciudadanos en su propio territorio.
La marca ciudad tampoco es una estrategia de promoción de destino turístico ni de gestión municipal. No se debe confundir la marca ciudad con las marcas turísticas. Como tampoco se debe confundir la marca ciudad con la marca de gestión de un gobierno. Es decir, la marca ciudad una vez que llega, llega para quedarse y venga quien venga esa marca trascenderá gobiernos, administraciones y personas.
Por Humberto Merino
Publicista / @humberto_merino