Los sabios de la antigüedad decían que el trabajo construía el carácter y el destino de las personas, palabras que entregan una profunda certeza a la hora de mirar el caso del investigador y arqueólogo estadounidense Tom Dillehay, quien ha hecho un aporte fundamental al conocimiento científico al plantear una nueva teoría del poblamiento americano a partir de asentamientos humanos hallados a poco kilómetros de Puerto Montt, en Monte Verde.
Un descubrimiento que puso nuestra ciudad en el foco de atención mundial y que marcará sin duda la forma cómo comprendemos nuestro hábitat y la manera cómo nos observan desde el extranjero.
Este gran hallazgo, celebrado, comentado, compartido y valorado, no tuvo hasta la fecha un capítulo que reconociera a las personas que trabajaron para aportar tan significativamente al conocimiento colectivo, que nos tiene hoy a pasos de generar un cambio cultural significativo que además impactará positivamente en la industria del turismo, servicios y comercio.
Con pesar observamos que pasaron décadas, sin que se avanzara en gestionar hitos relevantes, para sentir que la comuna de Puerto Montt avanzaba con determinación para materializar una cuestión estratégica: convertir el descubrimiento de Monteverde en eje fundamental del desarrollo de Puerto Montt, y así hacerlo convergente con el turismo, principal activo de desarrollo de la comuna y la región. Han sido muchos años en que la comuna salvo excepciones, solo puede desde lo virtual, instalar el tema Monte Verde, y cada vez que visitantes nacionales o extranjeros, plantean la pregunta recurrente de dónde se puede visitar Monte Verde, seguimos sin que haya nada que mostrar.
Hace algunos meses Bienes Nacionales cedió en comodato al municipio un terreno donde emplazar el Museo Monte Verde. El segundo paso ha sido destinar recursos del municipio para contratar los profesionales que nos permitan obtener desde el estado, los recursos para su construcción. Sin embargo una iniciativa sentía pendiente, un tema me daba vueltas y terminé de convencerme, luego de las conversaciones en terreno que tuve con Tom; nada de lo que estamos haciendo o lo que vamos a realizar tiene valor integral si no destacábamos con hechos macizos y contundentes, el reconocimiento que como país le debemos a la persona y Tom Dillehay. Es un querido amigo que deja cada cierto tiempo su patria para adoptar la nuestra y otorgarnos su esfuerzo y dedicación, el que se extiende por más de una generación. Es justo entonces que no nos olvidemos lo que dejó atrás y le ofrezcamos nuestra hospitalidad, dándole la merecida carta de nacionalidad por gracia y convertirlo así en un chileno más.
Alcalde de Puerto Montt
Gervoy Paredes