El Presidente interino de Brasil, Michel Temer, calificó como "una bella victoria" la aprobación ayer en el Congreso de la nueva meta de déficit fiscal que propuso el viernes pasado y que permitirá a su Gobierno terminar el año con un abultado saldo en rojo en las cuentas públicas.
Se trató de la primera votación en el Congreso de un proyecto propuesto por Temer, que asumió la Presidencia el 12 de mayo pasado para sustituir a Dilma Rousseff, suspendida del cargo mientras el Senado la somete a un juicio político precisamente por supuestas maniobras para maquillar las cuentas fiscales.
El proyecto del Ejecutivo fue aprobado en una votación simbólica en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de los Diputados debido a que contaba con el respaldo de la gran mayoría de los partidos, por lo que ni siquiera fue necesario contar los votos, y demostró el amplio respaldo del Parlamento al Presidente interino.
Igualmente demostró que el Legislativo está dispuesto a aprobar las medidas que Temer anunció en los últimos días para sanear las cuentas públicas y superar la grave recesión.
"Converso con ustedes (periodistas) después porque estuvimos asistiendo (a la votación por televisión) hasta las 4.30 horas. Fue una bella victoria", dijo Temer al referirse a la votación concluida en la madrugada de ayer tras cerca de 16 horas de deliberaciones.
El Presidente interino hizo el comentario a la prensa poco después de participar en una ceremonia en que recibió las credenciales de seis embajadores y tras relatar que siguió por televisión la sesión del Congreso casi hasta su final.
La aprobación de la nueva meta de déficit era considerada esencial para el Gobierno debido a que, sin autorización para elevar el déficit, tendría que anunciar inmediatamente una reducción de gastos.
La predisposición del Legislativo para apoyar las propuestas de Temer quedó patente en las prisas que se tomaron las cámaras para aprobar la alteración en la ley presupuestaria.
En la votación de ayer, los legisladores aprobaron el objetivo del Gobierno de cerrar las cuentas públicas este año con un déficit récord de 170.500 millones de reales (unos US$ 48.715), equivalente a cerca del 2,75% del PIB.
Además de ser el mayor saldo en rojo fiscal en la historia de Brasil, el déficit autorizado prácticamente duplica el que tenía previsto el Gobierno de Rousseff, que supuestamente incluyó en sus cuentas una recaudación muy superior a la real y omitió diferentes gastos.
Temer anunció el martes algunas medidas con las que pretende reducir ese déficit, incluyendo una que limita el aumento de los gastos públicos permanentemente al equivalente de la inflación del año anterior.
La alteración de la ley de presupuestos también contempla que la economía brasileña registrará este año una recesión del 3,8%, la misma tasa de la contracción del año pasado.
Nuevos plazos
Por otro lado, el Partido de los Trabajadores (PT), de la suspendida Presidenta Dilma Rousseff, logró aplazar la votación del cronograma para la celebración del juicio político en contra de la Mandataria.
La comisión especial del Senado que tiene el proceso en sus manos fue convocada para ayer con la meta de definir los plazos del juicio, que según propuso el senador Antonio Anastasia, instructor del caso, concluiría en agosto próximo, casi en medio de los Juegos Olímpicos de Río.
El PT pidió más tiempo para analizar ese calendario y, en medio de las quejas de la nueva base oficialista, que apoya a Temer, el jefe de la comisión, Raimundo Lira, acogió la solicitud pues la consideró "reglamentaria".