Profunda tristeza estremece al alma puertomontina y se enluta el deporte de Puerto Montt, tras el repentino fallecimiento de dos destacadas deportistas del remo de esta capital regional y una de Santiago, mientras otra quedaba en grave estado, al protagonizar un accidente vehicular al sur de Córdoba, en Argentina. A donde había llegado -con el mayor optimismo- la delegación porteña para competir en una justa máster sudamericana de boga en la transandina Santa Fe.
Las víctimas de esta tragedia son las destacadas bogadoras puertomontinas Andrea Aguayo Villegas, del Club Estrella Blanca, y María Olga Emhart Schmidt, del Club Viento y Marea, y Esmeralda Zenteno (de Santiago); mientras que su compañera de disciplina, María José Orellana, quedaba severamente lesionada, al igual que Eduardo Paiñenanco, que conducía el vehículo.
Al conocerse el doloroso suceso, la consternación invadió a la comunidad local. Sobre todo, habiendo conciencia de las alentadoras satisfacciones y honrosos logros obtenidos por el deporte del remo, prestigiando a Puerto Montt en los planos nacional y global. Como lo hiciera, no hace mucho, en Europa, la rama bogadora del Deportivo Estrella Blanca. Conquistas que se agigantan todavía más, al conseguirse con el sacrificio que implica contar con discretos recursos e implementación, y, sobre todo, al carecer de la elemental casa de botes, donde guardar las embarcaciones y realizar actividades de planificación y preparación. Todo eso y mucho más significa sacar adelante el remo en Puerto Montt, tratándose de una ciudad-puerto que debería priorizar inversiones en desarrollar esta disciplina.
El trágico deceso de Andrea y María Olga, así como las heridas de María José, -todas baluartes del desarrollo del remo puertomontino, y ejemplares deportistas y mejores personas-, insta a la reflexión en torno al frágil apoyo que aquí se le aporta a esta disciplina, no obstante su excelente materia prima.
Nuestro más emocionado saludo de aliento a las familias enlutadas por la pérdida de sus seres queridos, así como al deporte del remo, que, a pesar de los escollos, no cesa en su cruzada de superación honrando a Puerto Montt desde la palestra del mar.