Correo
Soñadora del sur
Cuando la denominación de "gestor cultural" aún no se incubaba en los nuevos paradigmas del desarrollo de la cultura y de las artes, el nombre de una mujer comenzó a destacarse en el sur de nuestro país en torno al desarrollo y promoción de la música clásica o selecta: Flora Inostroza García, instrumentista en chelo, profesora; alma y motor incansable de las "Semanas Musicales de Frutillar", en la Región de Los Lagos, siendo integrante de éstas desde sus incipientes inicios en 1968 y convertirse desde el año 1979 en la presidenta permanente o vitalicia (elegida en cada elección) de la corporación cultural creada al efecto.
La visión, perseverancia y tesón de Flora Inostroza, cada verano cobró movimiento y acción, en un proyecto que a pulso fue creciendo y aumentando en calidad y gestión; para ello logró aparte de su voluntad el concurso de dos socios que podríamos calificar de estratégicos, la Universidad de Chile y la Fuerza Aérea, además del importantísimo aporte del empresario Guillermo Schiess. De esa manera se contó con la participación estable de la Orquesta Sinfónica de Chile y la Banda Sinfónica de la Fach y más adelante con la construcción por parte de la familia Shiess del Teatro del Lago, magnífico espacio que desde el año 2010 reemplazó las puestas en escena en plazas o en el gimnasio municipal, con sus obvias deficiencias técnicas no así en su espíritu.
Recién finalizada la 48º versión de estas envidiables semanas musicales, el pasado 12 de febrero, el alma siempre soñadora de Flora Inostroza, a los 85 años, partió desde las orillas del Llanquihue hacia otros recovecos del pentagrama, dejando sin duda una obra de arte permanente y de gran relevancia, teniendo además el gran mérito de consolidar el quehacer cultural a más de 1.000 kilómetros de Santiago, demostrando que con tenacidad y perseverancia puede derrotarse -en el buen sentido de la palabra- el centralismo que muchas veces nos agobia.
Sin duda que el ejemplo de Flora Inostroza es digno de imitar.
EDUARDO URRUTIA G.
Incendios forestales y calor
En temporadas de extremo calor, como lo que hemos vivido recientemente en la zona centro-sur , aparece nuevamente el fantasma de los incendios forestales. Hace pocos días la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) indicó que debido a los bajos índices de humedad registrados, este verano ha aumentado la incidencia de incendios forestales en distintas regiones.
A la fecha, 35 son los incendios activos, 25 están controlados, 9 se encuentran en combate y 1 fue extinguido. Estos incendios abarcan una superficie afectada de 4.108,78 ha. Según expertos, en Chile el 99,9% de los siniestros son provocados por el hombre. Esta lamentable cifra nos pone en alerta y nos lleva a reflexionar en torno a si somos capaces de disfrutar de actividades al aire libre de manera responsable.
Sin duda, la vida al aire libre parece ser sumamente atractiva para la mayoría de las personas que disfrutamos de la naturaleza; más aún si el entorno que nos rodea es un parque nacional o una reserva de la naturaleza. Pero sea cual sea el destino elegido, existen mínimas recomendaciones para evitar el temible fuego y que no están de más conocer y difundir. Algunas son:
- No arrojar colillas de cigarrillos o fósforos encendidos al suelo, desde vehículos en movimiento, ya sea en ruta o por caminos vecinales.
- Evitar fumar al interior de bosques.
- Al acampar, hacerlo en lugares autorizados, donde se permita encender fuego.
- Nunca dejar el fuego solo y siempre tener a mano recipientes con agua y tierra.
- No arrojar ni dejar residuos en bosques ni en zonas de camping. Las latas y vidrios pueden actuar de lupa y provocar incendios.
- Al encender fogatas deben colocarse piedras alrededor, despejando hojas y ramas. Si es posible, formar una pared de protección con piedras del lado de donde viene el viento.
- La forma correcta de apagar las fogatas es con abundante agua; luego se deben remover las cenizas para verificar que queden bien apagadas
XIMENA MUJICA
Textos escolares
Vi en su diario cómo diversas autoridades de Gobierno entregaron libros de estudios para escolares de nuestra zona. Loable acción, pero que dista mucho de ser suficiente para nuestra realidad.
Quienes no pertenecen a los sectores más vulnerables de nuestra población, una vez más, sufren con la imposibilidad de contar con ayuda para combatir los desmedidos precios de as usureras editoriales, que obligan a los padres a desembolsar altas sumas de dinero para poder cumplir con la obligación de los libros. Y claro, imposible ya borrar los contenidos de un libro usado para reutilizarlo, porque pequeños cambios dejan obsoleto al documento. Editoriales sinvergüenzas, con la educación no se lucra.
MANUEL ENRIQUE RIVAS