Defiende Cruz de Tenglo
Cada cierto tiempo, aparece alguien que expresa su desacuerdo y crítica por la presencia de la Cruz de Tenglo, con el argumento que le incomoda su libertad.
Pertenezco a la vereda del frente y la Cruz me ayuda a vivir mi libertad como adulto en mi fe.
Me explico: estamos llamados a vivir el presente, construyendo nuestro futuro con serenidad y confianza en Dios, que nos hace mirar nuestros días con una óptica de esperanza. Es esta virtud tan difícil de vivir: la esperanza, la más pequeña de las virtudes, pero la más fuerte.
Y nuestra esperanza tiene un rostro: el rostro del Señor resucitado que viene con gran poder y gloria, que manifiesta su amor crucificado, transfigurado en la resurrección. El triunfo de Jesús al final de los tiempos, será el triunfo de la Cruz: la demostración de que el sacrificio de uno mismo por al prójimo y a imitación de Cristo, es el único poder victorioso y el único punto fijo en medio de la confusión y tragedias del mundo.
En segundo lugar, deseo aclarar que la Cruz no un símbolo exclusivo de los católicos; con igual motivo recuerda la pasión de Jesús para los hermanos metodistas, luteranos, anglicanos, bautistas, evangélicos, epicospalianos y a todas las denominaciones cristianas. De religión luterana era la familia Hoffmann, que regaló el terreno para que se erigiera la Cruz en la cima de la isla.
Finalmente, "los negros nubarrones del horizonte" no deben hacernos claudicar de expresar con mayor profundidad nuestra fe, más cuando se trata de buscar la justicia para todos.
El Sermón de la Montaña, vigente todavía, es clarísimo y nos desafía: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mt. 5,10). O bien: "Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mt. 5, 9).
EDUARDO TAMPE S.J.
Concejales turistas
A propósito de la denuncia de parlamentarios, por el viaje de concejales turistas y que en este caso son de Puerto Varas. Fíjese que, curiosamente, conozco a varios concejales que ya son vitalicios en viajes a Arica, en estas fechas anualmente y siempre regresan muy contentos de lo muy bien que lo pasaron en Tacna....¿? y como corolario vienen exhibiendo sus trajes y zapatos adquiridos por esas tierras. Y esos no son precisamente de Puerto Varas.
Por qué no lo hago como denuncia, sino como una simple anécdota, porque siempre todo termina en eso y lo comido y bailado, al parecer, no se los quita nadie. Este año habrá que recurrir al tribunal del pueblo, simplemente, para ver si resulta alguna condena supletoria más que sea. Total, "la culpa no es del chancho....".
EDUARDO NIEVAS MUÑOZ.
¿Cómo nos afecta la colusión?Simplificando, por lo general un acuerdo colusivo hará que el consumidor pague un precio por el bien o servicio mayor al precio de mercado en competencia; en casos de una colusión perfecta, este precio será el monopólico. Pero, aterricemos eso a usted.
Supongamos que usted gana el sueldo mínimo y tiene su presupuesto establecido al mes, tal que su nivel de ahorro es 0 (sus ingresos son iguales a sus gastos); usted todos los meses compra una cierta cantidad de pollo para alimentar a sus hijos. Con el precio colusivo usted se excederá un poco de su presupuesto mensual, a los primeros meses usted financiará esta brecha con sus ingreso futuros mediante deuda a través de créditos (tarjeta presto, cencosud, etc).
En el mediano plazo, las cuotas de su deuda para financiar la brecha entre precio de mercado competitivo y precio colusivo del pollo, se acumulará en un monto igual a su consumo mensual de pollo, provocando que usted en ese mes no pueda adquirir su carne para alimentar a su familia.
Podemos traducir que el acuerdo colusivo le impidió a usted alimentar a su hijos con un buen alimento y debió buscar un sustituto de menor calidad (vienesas, por ejemplo).
PAULO GARCÉS CARRASCO. Magíster en Ciencias de la Administración.
Chalecos reflectantes
Me parece que una cosa es cumplir con una norma o disposición vigente y otra es ser ordinario.
Como ya lo he escuchado y lo comparto: Qué manera de verse ordinarios y de mal gusto aquellos chalecos reflectantes a la vista vistiendo los asientos de los vehículos...
Parece una suerte de enrolamiento o señal de pertenencia a un gremio o equipo o club, etc.
¿No se podría usar en mejor forma alguna neurona sobrante y procesar la ocurrencia de guardarlo en un mejor lugar?
JOSÉ MANUEL CAEROLS SILVA.