"La erupción del Calbuco agrava la situación actual de la agricultura por efecto de la sequía"
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El médico veterinario y docente de la Universidad Mayor con sede en Temuco, Oscar Araya, señaló ayer que al igual que las personas los animales se exponen a graves daños por la digestión e inhalación de ceniza emanada por el volcán Calbuco, que entró en proceso de erupción la tarde del miércoles 22 de abril.
El académico ha participado en numerosas investigaciones en erupciones volcánicas y el impacto que tiene en la industria ganadera.
De hecho, está pronto a lanzar el libro titulado "Efectos de las erupciones volcánicas sobre la ganadería", que cuenta las experiencias en cinco erupciones desde el volcán Lonquimay en 1988 hasta la última erupción del cordón El Caulle en junio de 2011.
Araya señala que tras las erupciones hay dos efectos en los animales: los físicos y toxicológicos. "Primero está la caída de material volcánico sobre las praderas, lo cual disminuye el alimento; además está el daño en la piel, los huesos y dientes. Y los toxicológicos dado el alto contenido de flúor y otros componentes provocan bronquitis, gastroenteritis, entre otros problemas", dijo.
-¿Cómo afecta una erupción volcánica a la producción ganadera, lechera y frutícola?
-Uno de los principales daños es por la ingesta de material a través de consumo de pasto o agua contaminada, lo cual se acumula en el tracto digestivo provocando taponamiento en el colon, lo que lleva a la muerte del animal. Dado que el material volcánico tiene un alto contenido de flúor, éste debilita tanto los huesos como los dientes de los animales; en este sentido, los vacunos son más susceptibles a la pérdida de la dentadura. En las ovejas se produce desprendimiento de la lana y el mismo peso, al impregnarse la ceniza en la lana, termina por matar al ovino. Toda la producción de lana de ese año se pierde. La inhalación de material piroclástico genera bronquitis severa, predispone a neumonía en época invernal (cuando los animales ya se han debilitado por la falta de alimento), el tracto digestivo se irrita provocando gastroenteritis con diarrea intensa, lo que en muchos casos el animal no soporta.
Otro efecto es la lluvia ácida, la cual se produce de los gases (sulfuro, fluoruro o cloruro) que al mezclarse con agua se trasforman en ácidos clorhídricos o fluorhídricos. Esto destruye la flora, quema los pastos.
-Una de las mayores preocupaciones es que las praderas dañadas por la sequía y que estaban recién en recuperación, con la caída de ceniza pudiera retardarse el proceso o provocar la pérdida total...
-Va a depender del tipo de material y la cantidad; si es menor a un centímetro se absorbe más rápido, por lo tanto es un riesgo menor; al contrario, si supera los 10 ó 20 centímetros tarda más. Por ejemplo, en el caso del volcán Hudson en 1991, en los lugares cercanos al río Murta cayó material piroclástico sobre los 80 centímetros. Después de 25 años se está tratando de hacer una reforestación para recuperarlo, pero para el pastoreo es imposible, no tiene recuperación. Naturalmente, si el polvillo de ceniza contiene calcio y potasio en una cantidad moderada podría mejorar y enriquecer los suelos. Pero si la cantidad es alta y el material es grueso, la incorporación será lenta o nula. Es importante tener en cuenta que con la erupción del volcán Calbuco tenemos un problema circunstancial más grave que en otros casos, porque hubo una sequía previa, que agrava la situación ganadera de la zona. Evacuar a los animales es complicado, porque antes de lanzar una medida hay que realizar un análisis por área.