Arzobispo lavó los pies de 12 jóvenes de Puerto Montt
Semana Santa. Monseñor Caro recordó que Jesús "nos amó hasta entregar su última gota de sangre por nosotros".
Con una dedicatoria especial a quienes perdieron la vida en la tragedia ocurrida en el norte del país producto de los fuertes temporales y también a quienes murieron en el accidente del helicóptero que prestaba ayuda en esta zona del país, se desarrolló ayer la ceremonia que recuerda la institución de la Eucaristía y el Sacerdocio.
De acuerdo al calendario de Semana Santa, el encuentro correspondió al recuerdo de la última cena, instancia en la que Jesús procedió a lavarle los pies a sus apóstoles. Todo ello en el marco de la conmemoración del sacrificio de Jesús.
Por ello, ayer el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, procedió a lavarle los pies a 12 jóvenes puertomontinos, todos estudiantes de cuarto medio del Colegio Arriarán Barros de la capital regional.
En la oportunidad, Caro recordó el inmenso amor que Cristo tuvo hacia "nosotros hasta el final".
"A tal punto llegó este amor del Hijo de Dios hacia nosotros, que ofreció su vida por la salvación de las personas. Nos amó hasta el extremo. Hasta entregar su última gota de sangre", reflexionó el prelado.
Ello, porque precisamente en la misa de anoche se recuerda el momento en que se despide de sus apóstoles para ser entregado luego de ser traicionado por Judas, en cuyo corazón "entró el demonio y optó por preferir el camino de la codicia y del dinero".
De ahí y en recuerdo de la última vez que Jesús estuvo junto a sus apóstoles, que llamó sobre todo a los jóvenes a valorar la misa, la que -según dijo- una vez instaurada se comienza a querer y también a valorar. Junto con ello, colocó el acento en la importancia que tiene la figura del sacerdote, como representante del Señor, quien es el que elige a quienes le sigan.
Además y previo al lavado de pies, graficó que esta acción tiene que ver con el deseo de Jesús de que nos amáramos entre nosotros.
Ahí, el pastor arquidiocesano llamó a la comunidad a no esperar a que ocurriesen hechos como los vividos en el norte del país, un terremoto o tsunami, para que nos acordemos de quien está a nuestro lado, y así ser más solidarios.
Describió que recién con este tipo de hechos las personas reflexionan en torno a que pudo ser un ser querido quien se encuentre en una situación como los afectados por los temporales del norte. Según dice, cuando uno ve a personas que lo perdieron todo, se acuerda recién de que se puede ser solidario y se comienza a ayudar a los necesitados y no antes, ya que hoy la mayoría vive en un mundo individualista, "olvidándose de ser más solidarios entre nosotros".