Esta Semana Santa en Puerto Montt es una propicia ocasión para destacar, si así pudiéramos llamarla, la carrera del Sacerdocio y su apostolado evangelizador y de bien, de siembra de los grandes valores espirituales y de preocupación y ayuda a los más débiles y desamparados.
Prueba de la trascendencia de la misión sacerdotal en la comunidad, es aquella realidad incuestionable que surge cuando nacen nuevas poblaciones en la comuna, pues lo primero que piden los vecinos es un sacerdote, una capilla y la formación de una parroquia. Lo que refleja lo indispensable que es este noble misionero en la vida y devenir de las comunidades, cuyos integrantes encuentran siempre en él un auxilio espiritual oportuno, el consejo edificante, el perdón misericordioso, la defensa valiente, el socorro generoso frente a las carencias y las más duras urgencias. Por algo, se les denomina "padres" a estos abnegados religiosos. Y lo son en verdad para todos quienes acuden a ellos en los momentos difíciles de la vida y porque también se hacen cargo de abrirles esperanzas para alcanzar un futuro mejor y librar a la juventud de los malos pasos, creando talleres con nuevos oficios laborales, impulsando la apertura de escuelas, apoyando la creación de centros de salud, entre tantas otras de iniciativas de bien y superación para el prójimo que lo necesita.
Los habitantes de poblaciones puertomontinas emblemáticas como Techo para Todos, Mirasol, Villa Las Industria y Artesanía, Mirasol, Mirador, Antonio Varas, Lintz, Antuhue, etcétera, históricamente, saben de las bendiciones y apoyo recibido -para fortalecer sus almas y dignificar sus vidas- de esos modestos, pero virtuosos, sacerdotes que -por profunda vocación y amor a Cristo- han dejado sus familias para consagrar sus vidas al servicio del bien espiritual y dignidad humana de sus semejantes, en especial de los más desvalidos.
Nuestro saludo agradecido -en esta Semana Santa- para aquellos que se han desapegado de todo, para dedicarse enteramente a su prójimo, bajo el ejemplo del Buen Pastor: los sacerdotes.