¡Me duelen las demoliciones!
Aquí en Puerto Montt hubo un inmueble de una imponente fachada que se conocía como el Palacio de las Lágrimas, según comentarios antiguos, por alguna historia familiar de los propietarios originales, pero que fue adquirido por el Ministerio de Educación por los años 40 para albergar a lo que ahora se conoce como Liceo Industrial.
Este castillo o palacio, como se le identificaba, era de tal solidez física que ni se tambaleó para el sismo del año 60, pero algún iluminado de fines de esa década acordó demolerlo, privando a la comunidad puertomontina del goce estético de tal edificación y que pocas ciudades de Chile habrán tenido el privilegio de exhibir. Regiamente, pudo haberse reconvertido en un Palacio de Bellas Artes, pues ropaje arquitectónico tenía para ello y el Liceo Industrial aún pudo haberse acomodado holgadamente en el resto de la planicie sobrante de su propio terreno.
Ya no se pensó así y han pasado casi 50 años de aquel desacierto y en el lugar del Palacio demolido no se construyó el gran Liceo Industrial prometido. Vaya usted a ver, pues.
Con respecto a otra demolición que se anunció por la prensa el día 29.03.17 para el pabellón aún en pie que nos recuerda al primer Hospital Regional de Puerto Montt, me pregunto yo si ese decreto obedece a un dramático deterioro del inmueble, lo que presumo debe ser así, o pudo aún haberse reacondicionado, refaccionado, reciclado, en fin, para alguna oficina pública que anda arrendando por allí en vez de ocupar lo propio. Me considero parte de la comunidad por haber sido ¨nacida y criada¨en esta ciudad y soy una auténtica puertomontina con voz para opinar y porque tuve formación más bien germana, en donde por genética está asumido el sentido común práctico, el ahorro y el reciclaje, fíjese.
MARLENE CÁRDENAS SIEBALD.
La bajada de Lagos
La decisión del ex Presidente Ricardo Lagos de bajar su aspiración presidencial puede tener múltiples lecturas, pero, sin lugar a dudas, una de las que más elementos de análisis entrega es la que refiere a la opción que adoptó el Partido Socialista de apoyar la candidatura del senador Alejandro Guillier en desmedro de la de Ricardo Lagos.
Ante esto, y atendiendo a que el actual senador no ha señalado ninguna idea central de lo que ha de ser su programa de gobierno, resulta interesante determinar qué llevó al Partido Socialista a postergar la opción de Lagos, quien es un hombre que es reconocido, más allá de su militancia en el PPD, como socialista y como un histórico de la colectividad. Ante esto, la respuesta es clara, el peso de las encuestas. Sin embargo, y al respecto, es importante realizar algunos comentarios que ayudarán a contextualizar esta opinión. En Chile, la forma en la que se realizan las encuestas son poco claras y suelen tener déficit no sólo en lo que es su configuración y toma de muestra, sino también en la forma en la que se leen éstas. De esta manera, la gran mayoría de las encuestas cuentan con serias deficiencias metodológicas, configurándose como instrumentos escasamente confiables y pocos rigurosos.
No obstante, y a pesar de los probados ejemplos en los que las encuestas han errado ostensiblemente sus predicciones, los partidos políticos siguen ocupándolas como factores en la toma de sus decisiones. La razón para ello no es otra que el desprecio que los conglomerados políticos tienen de la ciudadanía chilena. Esto es así, ya que la gran mayoría de los partidos políticos configura a la ciudadanía nacional como ignorante y altamente influenciable, lo que les lleva a utilizar las encuestas como factores de marketing político, en un símil a lo que se pretende cuando se busca introducir un producto dentro del mercado, perdiéndose el fin de lo que es la encuesta como un instrumento que capta realidades. De esta forma, y en función de lo que ha ocurrido en Chile en los últimos años, resulta importante señalar que las encuestas no han sido una fotografía del momento político del país, sino que han representado la forma en la que los que ambicionan el poder pretenden construir realidades a fin de aprovechar el contexto para sus intereses.
Ante esto, y a la luz de lo sucedido con Lagos y el Partido Socialista, y sabiéndose de antemano que la candidatura del ex Presidente tenía numerosos puntos débiles, resulta incuestionable que el apoyo que brindó el Comité Central del Partido Socialista a la candidatura del senador Guillier, quien tiene escasos méritos políticos que permitan justificar el importante apoyo que se le brindó, no es otra cosa que una demostración de la instrumentalización que se hace de las encuestas a fin de crear una realidad que condicione la visión de la ciudadanía, configurando al ex senador como un líder político, sin que a la fecha él haya demostrado o evidenciado su valía política y lo que quiere ofrecer al país.
PEDRO DÍAZ POLANCO. Director Escuela Administración Pública Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt.