Tornado y la reconstrucción
Aunque por estos días hay varios ejemplos de solidaridad ciudadana en Puerto Varas, la primera tarea le compete al Estado.
Hace tiempo que la región no enfrentaba una emergencia de las características del tornado de Puerto Varas. Este fenómeno, si bien breve, generó destrozos y puso a prueba la capacidad de respuesta local. Superadas las tareas iniciales, como el retiro de escombros y la reposición de los servicios básicos -que parece avanzar con prontitud-, llega la verdadera prueba para calibrar la efectividad de las autoridades: la gestión de las ayudas a los damnificados y el inicio de la reconstrucción.
La visita del Presidente Gabriel Boric al día siguiente del evento pudo haber servido para acelerar los planes de ayuda y coordinación. Sin embargo, el éxito de esta respuesta gubernamental sólo se podrá medir cuando las familias que sufrieron la pérdida total o parcial de sus hogares puedan, efectivamente, volver a la normalidad. El bono de recuperación, con sus distintos tramos, es un inicio tangible, pero la atención debe centrarse en la agilidad de los procesos que permitan a los afectados reconstruir sus vidas y viviendas.
Es crucial evitar los retrasos que han marcado otras emergencias en el país, como lo ocurrido tras los incendios en la Región de Valparaíso. La lentitud en la entrega de ayudas y en el avance de la reconstrucción sólo profundiza el sufrimiento de los damnificados y erosiona la confianza en las instituciones. Puerto Varas necesita una respuesta ágil y coordinada que no se empantane en burocracia o promesas incumplidas. La coordinación entre los ministerios, municipios y otras entidades públicas es fundamental.
Por estos días, ha brotado la solidaridad ciudadana en Puerto Varas, con colegios, comedores solidarios y organizaciones movilizadas para apoyar a los afectados. Esta capacidad de respuesta de la sociedad civil es un activo y un reflejo del espíritu de comunidad. No obstante, es el Estado el que debe responder en primer orden. Si bien la ayuda privada complementa, la responsabilidad de garantizar el bienestar y la recuperación de las familias damnificadas recae principalmente en las instituciones públicas.
La emergencia en Puerto Varas es una oportunidad para demostrar una gestión pública eficiente y empática. El proceso de reconstrucción debe ser transparente, con información clara y accesible para los afectados. Sólo con una respuesta oportuna y eficaz, que priorice a las personas y sus necesidades, se podrá reafirmar el compromiso del Estado con sus ciudadanos en momentos de adversidad.