Región e inversión en seguridad
El plan estratégico presentado por una comisión del Core, aunque debe evitar la duplicación de esfuerzos, puede ir en ayuda de la gran demanda de la ciudadanía.
Frente a la ola de delincuencia que azota a la zona, el Consejo Regional, a través de una comisión transitoria de seguridad, presentó un Plan Estratégico de Inversión en Seguridad Pública, con el que se propone orientar la asignación de recursos en esa área para el período 2025-2029. Si bien la seguridad pública es una tarea propia del gobierno central, las administraciones regionales tienen un rol crucial. El Gobierno Regional puede colaborar en esta materia mediante la destinación de inversión local, que debe dirigirse a demandas específicas de la región y, además, estar articulada con una directriz nacional, evitando esfuerzos dispersos.
Sin embargo, hay un punto de cautela importante. La propuesta de crear una División de Seguridad dentro de los gobiernos regionales merece un análisis profundo, en momentos en que el tamaño y eficiencia del aparato estatal está bajo escrutinio. Ejemplos de esto hay de sobra ahora mismo en el tapete de la opinión pública. Es esencial que cualquier nueva estructura se justifique por su eficiencia y por su capacidad de agregar valor real a la seguridad, sin duplicar funciones ya existentes o crear capas administrativas innecesarias que sólo ralenticen la respuesta.
El plan presentado contiene elementos concretos. La intención de revisar los criterios para el otorgamiento de patentes de alcoholes y de hacer vinculantes los informes de Carabineros en dicho proceso, representa un avance sustancial. Estas medidas atacan directamente focos de conflicto y desorden que a menudo se asocian al consumo de alcohol. Además, la propuesta de modificar los horarios de venta de alcohol en las tradicionales fiestas costumbristas es una iniciativa pertinente, algo ya iniciado este verano por parte del Senda de Los Lagos.
Cualquier estrategia de seguridad debe cimentarse en el respeto y la atención a las prioridades municipales. Es clave que las demandas de inversión para la seguridad no sólo provengan desde una perspectiva regional o central, sino que se nutran del conocimiento local. Las singularidades de cada territorio, sus desafíos específicos y las soluciones que sus propias comunidades y autoridades municipales proponen, deben ser el eje sobre el cual se construyan y destinen los recursos. Sólo así se logrará una respuesta efectiva y legítima ante la creciente inseguridad que afecta a la Región de Los Lagos.