Menores y lucha contra las drogas
La focalización del trabajo de Carabineros en la región debe ir acompañada por el rol de los municipios y de las propias familias.
La estrategia del OS7 de Carabineros en la región, focalizada en desarticular la oferta de drogas, especialmente aquella que busca penetrar en el entorno de los menores de edad, es fundamental. Esta acción policial, que ha logrado la detención de 141 personas y la incautación de casi 50 kilos de sustancias ilícitas en lo que va del año, ataca la raíz del problema, protegiendo a los más vulnerables.
Sin embargo, para que este combate sea realmente efectivo, la acción policial debe tener un carácter permanente y estar articulada de manera estrecha con los municipios. Son ellos, a través de su cercanía con la comunidad, quienes muchas veces reciben información crucial proporcionada por los vecinos sobre los puntos de microtráfico en los barrios. Esta inteligencia local, sumada a la capacidad investigativa del OS7, puede potenciar significativamente la detección y desarticulación de estas redes criminales.
Pero la lucha contra las drogas no puede ser sólo una tarea policial y de persecución. Es imprescindible que haya un correlato desde la prevención, particularmente en un período en que, lamentablemente, ha habido una normalización del consumo en ciertos ámbitos. La vulnerabilidad de los jóvenes ante el microtráfico exige que la sociedad en su conjunto levante barreras de protección. Aquí, el rol de la familia es insustituible. El diálogo, la educación en valores, el acompañamiento y el establecimiento de límites son herramientas fundamentales para alejar a los niños y adolescentes del flagelo de las drogas.
Finalmente, toda acción de combate al narcotráfico culmina en la justicia. El trabajo de la Fiscalía para la persecución penal es el eslabón que asegura que quienes se dedican a este ilícito enfrenten las consecuencias de sus actos. Desarticular organizaciones criminales y lograr condenas envía un mensaje claro de que estas actividades no serán toleradas. La coordinación entre policías y Ministerio Público es vital para que las detenciones y las incautaciones se traduzcan en procesos judiciales exitosos que contribuyan a sanear los barrios.
Combatir las drogas es un desafío complejo que exige la acción coordinada de múltiples actores: una policía eficaz, municipios comprometidos, familias presentes y una justicia activa. Sólo así se podrá proteger a los jóvenes y recuperar la seguridad.