Seguridad, la gran demanda regional
El Barómetro de la ULagos está en línea con otras encuestas locales. El ataque a un joven en Puerto Montt es la triste constatación.
El Barómetro Regional 2024 de la Universidad de Los Lagos, en su séptima versión y como termómetro fidedigno de la percepción ciudadana, ha vuelto a poner de manifiesto una realidad por todos conocida: la delincuencia y la seguridad son, por lejos, las principales inquietudes de los habitantes de la Región de Los Lagos. Esta conclusión, lejos de ser una novedad, reitera un diagnóstico consistente con encuestas anteriores realizadas por diversas instituciones, consolidando una demanda popular que las autoridades no pueden ignorar.
El dato estadístico cobra una cruda y dolorosa relevancia al concatenarse con la realidad que se vive. Esta semana, Puerto Montt fue testigo de un hecho que ha calado hondo en la comunidad: un joven estudiante de la Universidad de Los Lagos fue atacado brutalmente en la cuesta Ejército por delincuentes que, sin miramientos, le propinaron tres puñaladas sólo para robarle una mochila. Este acto de violencia sin sentido no es un incidente aislado; es una muestra palpable de la ola de inseguridad que azota a la región y el país.
Frente a esta realidad, la necesidad de un rol activo y decisivo del Gobierno se hace indiscutible. La ciudadanía ya no puede esperar más por respuestas concretas. Se requieren planes efectivos, dotados de recursos y determinación, para combatir frontalmente esta delincuencia que no sólo roba bienes, sino que atenta contra la tranquilidad y la libertad de la población. Pero la responsabilidad no es sólo del nivel central. El municipio tiene que asumir un rol proactivo y contundente en la prevención local, mediante acciones directas y visibles, como la mejora sustancial de la iluminación en la vía pública, la recuperación de espacios abandonados y el fortalecimiento de la presencia preventiva.
La situación de inseguridad que se enfrenta no admite más mesas de diálogo, comisiones de estudio o diagnósticos recurrentes. La delincuencia ha traspasado el umbral de la tolerancia y exige actuaciones y determinación por parte de quienes ostentan el poder y la obligación de protección. Es hora de transformar la preocupación ciudadana en acciones contundentes y resultados tangibles que devuelvan la paz y la seguridad a la comunidad.