Rifas y bingos para sobrevivir
El díficil presente de una adulta mayor y su familia, que debe apelar a la solidaridad para costear pasajes, devela una ingrata realidad.
Apelar a la solidaridad para resolver un problema es parte del ABC del chileno que no tiene las espaldas para enfrentar un trance económico. Esta triste realidad golpea hoy con fuerza a la familia de Alicia Núñez, mujer de 60 años oriunda del sector de Poicas, en Cochamó, cuya vida pende de un hilo en una cama del Hospital de Puerto Montt. Hace ya un mes, el minibús en que viajaba desde Río Puelo se desbarrancó en la Ruta V-69, un accidente que inicialmente pareció menos grave, pero que para Alicia significó el inicio de una pesadilla médica y un calvario para sus seres queridos.
La lista de diagnósticos es brutal: politraumatismo, shock hipovolémico, tórax severamente dañado con neumotórax y contusiones pulmonares, fracturas múltiples, laceración hepática con hemorragia interna, hematoma suprarrenal. A esto se suma, según relata su cuñado Ricardo Macías, una infección rebelde y una herida quirúrgica que no ha podido ser cerrada, cubierta apenas por una malla. La angustia es constante y el pronóstico sigue siendo grave. Pero al dolor por la incertidumbre sobre la salud de Alicia, se añade una sensación lacerante de abandono.
Mientras ella lucha por su vida, su familia, gente sencilla de una zona apartada, debe ingeniárselas para acompañarla. Ir y volver de Cochamó a Puerto Montt les cuesta $10.000 diarios por persona. Un monto imposible de sostener. ¿La solución? La misma de siempre: rifas, la buena voluntad de clubes deportivos y organizaciones sociales. A todas luces, indignante. Un accidente cuya causa apunta, como mínimo, a una falla en el servicio deja a una pasajera al borde de la muerte y a su familia desamparada, costeando con ayuda de vecinos el derecho básico a estar junto a su ser querido en un momento crítico. La concejala Teresa Vidal ha constatado la situación crítica y llama a apoyar, pero el apoyo no puede ser sólo la solidaridad ciudadana. Algo falla aquí y alguien debe responder.
Han pasado ocho años de la desafortunada frase de un ex ministro de Educación, que invitó a hacer bingos a los padres y apoderados que le reclamaban por colegios en mal estado.
Parece que nada ha cambiado.