Correo
Bonos para policías
Cuando un partido de fútbol es interrumpido de forma violenta por un grupo de delincuentes, por cierto no hinchas, y la reacción de las autoridades resulta ser casi nula, es otra clara demostración que la guerra contra la delincuencia está perdida y que simplemente ella fue ganada por los delincuentes y cualquiera sea su apellido. En lo macro, mucho se habla del apoyo que se entrega a las policías, muchas veces con palabras rimbombantes, pero en la práctica ocurre lo contrario, se reducen los presupuestos y las autoridades le bajan el perfil a consultas periodísticas
Claro, ellos no sufren el problema, ello lo sufren detectives y carabineros en el día a día, y eso se demuestra con jornadas laborales inhumanas y, lo que es más grave, con agresiones verbales y físicas permanentes. Y los delincuentes agresores van a tribunales como simple paseo, es decir, entran y salen sin problemas.
Mucho se ha hablado del mejoramiento de remuneraciones a las policías, pero ocurre que consiste en un bono y que favorece a menos de un 10% de los efectivos. Pienso que la solución es que se les conceda un bono similar al que indica la Ley 20.240 de 2008 y que refiere a un incentivo monetario por desempeño de los funcionarios del Ministerio Público, y habida consideración que el trabajo de los efectivos policiales incide directamente en la gestión de los fiscales.
Por otra parte, la mayoría de los empleados del Estado recibe un bono trimestral, pero se excluye del mismo a las Fuerzas Armadas y a las policías, y por desgracia ocurre lo mismo con la Ley GES (ex Auge), que tiene la misma exclusión. Además, la Ley 20735, del año 2014, que modifica aspectos previsionales de las Fuerzas Armadas, de Orden y Gendarmería, impide ser parte de Capredena y Dipreca a funcionarios que habían ingresado a sus instituciones hasta cinco o más años antes, es decir, no hubo aplicación de la norma pro funcionario, y muchos hoy siguen en modalidad a contrata, cuando en derecho, a partir de esa ley, debieran ser funcionarios de planta y adscritos a Dipreca o Capredena.
Alberto Contreras Silva
Silencio del ministro Pizarro
A propósito de la tragedia a las afueras del Estadio Monumental, llama la atención el mutismo del ex capitán e ídolo de Colo Colo, el actual ministro del Deporte, Jaime Pizarro. Pareciera que este personero público no tiene nada que decir sobre los delincuentes comunes y extremistas "de la primera línea" que se tomaron las barras bravas de este equipo (y de otros).
Para que se termine esta delincuencia desatada en el fútbol profesional y no vuelvan a ocurrir tragedias como la del jueves pasado que avergüenzan al país, se debe intervenir a estas barras y dejarlas de financiar en viajes y regalías que les dan los mismos equipos. Ministro Pizarro, dé la cara y dé soluciones reales para combatir este flagelo, ¿o tiene miedo de echarse encima a la Garra Blanca?
Francisca Ruiz
Tragedia en el Monumental
Marejadas humanas llegaban a cada instante hasta el estadio, y un estrecho cordón se cerraba con fuerza mortal. Allí cayeron los primeros, horrorosamente aplastados contra las rejas. (Tragedia en el Estadio Nacional, Revista Ercilla, abril de 1955). Volver a la imagen de personas aplastadas contra las rejas de un estadio de fútbol es signo del fracaso definitivo de las políticas estatales en seguridad deportiva. Es retroceder 70 años en el tiempo, y el futuro no es esperanzador.
El guión lo conocemos de memoria, es el mismo que en 1955. Vendrán las declaraciones altisonantes y la búsqueda de responsabilidades. Se seguirán los sumarios, denuncias y querellas contra quien resulte responsable. ¿El problema? El responsable es el Estado de Chile.
Por décadas se han implementado políticas públicas erradas basadas en diagnósticos livianos; leyes y programas han pasado con nulos resultados. Se han copiado modelos sin comprensión del contexto, optando por tomar atajos o simplemente mirar para el lado, como si los problemas fueran a desaparecer. Y en materia de seguridad, eso cuesta vidas.
¿Es culpa de Estadio Seguro? Claro que sí, también de los clubes y otros actores involucrados. Pero estos no son sino el rostro actual del fracaso estructural de cuatro décadas. Lo hemos dicho antes y no nos cansaremos de repetirlo: es urgente actuar, pero debe hacerse desde los datos y la evidencia.
Hoy la autoridad tiene la oportunidad de enmendar el rumbo y hacer de esta tragedia un punto de inflexión histórico. Que las muertes sirvan para convocar a un plan de trabajo transversal, con apertura al diálogo, plazos claros y, sobre todo, con la convicción de que el único modo de abordar los problemas, es mirarlos de frente.
Camilo Améstica, académico de la Universidad Central
Cuba y Jeannette Jara
Muy respetuosamente, a la lectora Daniela Vidal (autora de Carta al Director titulada "Allende y Chile en los 70"), quiero expresarle que respecto del ex Presidente Salvador Allende expresado en mi carta del viernes pasado, reitero tácita y literalmente lo señalado, precisamente porque hoy la historia está desclasificada a nivel mundial y ya no obedece a la odiosidad, sino al conocimiento.
Respecto de Cuba, no sé si se refiere a Fulgencio Batista, Fidel Castro o la intervención económica histórica norteamericana, que por cierto pronto comenzará a afectar a Chile. De la ex ministra Jeannette Jara, que no es mi candidata actualmente, debo reconocer su empatía, solidaridad y transversalidad en lograr leyes, entre muchas otras largas de enumerar, que usted, yo y su círculo cercano, cuando lleguemos a la vejez, lo podamos hacer con mayor dignidad en nuestras pensiones, donde los únicos que rechazan la reforma son los republicanos.
Cuando lea "Las Crónicas de Narnia", cerciórese quiénes, en realidad, son los buenos y los malos.
Eduardo Nievas Muñoz