Parques urbanos para democratizar
La experiencia ha demostrado que la creación de estos espacios públicos ayuda a acortar la brecha de equidad en las ciudades.
Los recientemente construidos parques urbanos de Puerto Montt y Osorno están trascendiendo la mera estética para convertirse en pilares de la integración social y bienestar comunitario. Estos sitios hoy democratizan el acceso a la naturaleza y al equipamiento urbano, enriqueciendo la vida de sus habitantes. Sin embargo, la celebración de estos logros en ciertas comunas de Los Lagos no puede eclipsar una realidad innegable: existe una deuda palpable con aquellas localidades que aún anhelan contar con espacios públicos de esta calidad.
La admiración por el Parque Costanera de Puerto Montt no debe ser un testimonio de lo inalcanzable, sino un faro que ilumine el camino hacia la equidad territorial. Hay más comunas con necesidades y desafíos particulares. Mientras algunas valoran la riqueza natural preexistente y temen la homogeneización de diseños, otras claman por oportunidades de esparcimiento que trasciendan las prioridades inmediatas. Estas voces recuerdan que la concepción y el desarrollo de parques urbanos deben ser sensibles a las identidades locales y a las demandas específicas de cada comunidad.
Es cierto que la materialización de parques urbanos de calidad implica una inversión significativa. No obstante, debe ser entendida no como un gasto, sino como una apuesta estratégica por el futuro de las ciudades y pueblos. La creación de estos pulmones verdes no sólo embellece el entorno urbano, sino que también genera externalidades positivas: mejora la salud física y mental, fortalece el tejido social, impulsa el turismo local y, en definitiva, eleva la calidad de vida de sus habitantes.
La gestión eficiente y sostenible de estos espacios es un desafío que requiere la colaboración de diversos actores: municipios, gobierno regional, sector privado y la propia comunidad. Hay modelos exitosos que ofrecen lecciones sobre la importancia de una gobernanza coordinada y la exploración de mecanismos de financiamiento innovadores, como la incorporación de servicios privados que contribuyan a la mantención y atractivo de los recintos. La Región de Los Lagos tiene el potencial de convertirse en un referente en la promoción de espacios públicos de calidad para todos sus habitantes. Para que aquello se cumpla, es imperativo que la visión de parques urbanos como motores de equidad y bienestar deje de ser una aspiración para transformarse en una política pública prioritaria y transversal.