Puerto Montt y su prueba de resiliencia
Luis Toledo Mora,periodista y máster en , Protección Civil y Gestión de Emergencias
Caada cierto tiempo la naturaleza nos pone a prueba y una de esas pruebas es la más grande que ha enfrentado Puerto Montt en su historia. En poco más de un mes, el 22 de mayo, se cumplirán 65 años desde que el sismo de mayor intensidad en la historia de la humanidad sacudiera al sur de Chile. Puerto Montt y su gente enfrentaron lo inimaginable, demostrando una resiliencia que aún define nuestra identidad. Los relojes marcaban las 15 horas con 11 minutos cuando el movimiento de 9,5 grados en la escala de Richter desató la destrucción, la que también se hizo sentir a las orillas del seno del Reloncaví. Los efectos del terremoto y su posterior tsunami, el que afortunadamente no desató su fuerza destructiva sobre Puerto Montt, pero sí arrasó la costa oceánica del país y llegó hasta Hawái y Japón.
Recuerdo que de niño pude observar algunas imágenes que habían captado familiares de la tragedia. Se retrataban daños en el sector de Angelmó y las cercanías de la base naval. También pude ver fotografías de familias amigas, como las captadas por Tótila Lintz en sus numerosas salidas a llamados como voluntario de Bomberos, y tuve la oportunidad de escuchar de la voz de Jorge Brahm, quien era intendente de la provincia de Llanquihue, los relatos sobre la gestión de las autoridades en la emergencia. Con ojos de arquitecto, Juan Leonhardt me relató el azaroso viaje que lo trajo a Puerto Montt a trabajar tras el sismo, primero en tareas de seguridad de estructuras, muchas de las cuales debieron ser demolidas, y luego en la reconstrucción de la ciudad que hoy es la capital de la Región de Los Lagos.
Esos hombres de acero ya no están, sus voces se han apagado, pero el enorme aporte que realizaron junto a otros puertomontinos de esa generación aún forma parte de nuestra urbe, la que algunas décadas después de los duros días de mayo de 1960 se convirtió en la ciudad más pujante del sur de Chile.
Hoy quiero abrir la reflexión y la discusión pública, especialmente de nuestras autoridades municipales, sobre como conservar la memoria de ese importante hito de nuestra historia, como recordar que nuestra ciudad sobrevivió al sismo más grande registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad, y que sigue emplazada en el mismo lugar.
Creo que necesitamos un hito en nuestro paisaje urbano que recuerde lo ocurrido esa tarde del 22 de mayo de 1960. Un monumento, un monolito, tal vez un muro que recuerde la gran sacudida de 9,5 Richter y dé cuenta de algunos datos como los recopilados por el Centro Nacional de Información Ambiental de Estados Unidos (National Centers for Environmental Information), que den cuenta de las 2.266 personas fallecidas, los 3.000 heridos o las 58.622 casas destruidas. Esas cifras, que dan cuenta de los daños en toda la zona afectada y no exclusivamente en Puerto Montt, representan más que números; son historias de vida, sacrificios y reconstrucción.
El Parque Costanera, frente al muelle de paseo, estructura que resultó dañada por el sismo y de la cual existen numerosas fotografías en esa condición, quizás sería un emplazamiento óptimo para ese memorial, el que recordaría que crecimos y nos desarrollamos como ciudad, tras resistir el terremoto más grande en la historia de la humanidad. Es momento de convertir nuestras reflexiones en acciones y asegurarnos de que este hito nunca se desvanezca en el olvido.