Balazos en la feria dominical
Una encuesta de la Fundación Gente del Sur, que revela que la mayor preocupación regional es la seguridad, coincide con una reciente balacera en Alerce.
La balacera de este domingo en plena feria de Alerce Sur no es un hecho aislado. Según vecinos, es un crudo reflejo de la escalada de violencia que carcome la tranquilidad de este sector de Puerto Montt. Los disparos, afortunadamente sin heridos, resonaron como un estruendo de alarma en medio de la rutina dominical, dejando al descubierto una realidad que muchos residentes ya viven con resignación: la inseguridad se ha normalizado.
El testimonio de Javier Uribe, dirigente vecinal de Alerce Norte, es escalofriante. La naturalización de los disparos, la capacidad de distinguir una bala de un fuego artificial, habla de una cotidianidad permeada por la violencia. Una vecina anónima de Alerce Sur lo confirma: ir a la feria, un acto tan simple como comprar, se tiñe de incertidumbre y temor, según consignó El Llanquihue en su edición de ayer.
Esta preocupante realidad en Alerce encuentra un eco directo en la reciente encuesta de la Fundación Gente del Sur y la Universidad San Sebastián. Los resultados son contundentes: la seguridad es la principal preocupación de la ciudadanía en la región, alcanzando un alarmante 83,9%. Este dato no es una mera estadística; es el grito silencioso de miles de personas que ven cómo su calidad de vida se deteriora ante la amenaza constante de la delincuencia.
Resulta crucial en este escenario el rol de la Municipalidad de Puerto Montt. La encuesta de Gente del Sur ha arrojado una evaluación positiva de la gestión municipal en sus primeros meses, reflejando una esperanza ciudadana en la nueva administración.
Sin embargo, la problemática de la seguridad en sectores como Alerce representa un desafío impostergable que no puede ser soslayado y que no debe escapársele de las manos. Por supuesto, la administración del alcalde Rodrigo Wainraihgt no es el único actor involucrado. Aquí es necesario que las policías y el recién creado Ministerio de Seguridad coordinen acciones concretas y permanentes.
La normalización de la violencia y la inseguridad en barrios populares como Alerce genera un quiebre profundo en el tejido social, y sus consecuencias pueden ser nefastas para el futuro de la ciudad satélite y de sus habitantes.