Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Revelan último audio enviado por patrón de lancha "Bruma"

CORONEL. "Se puso malo así que nos vinimos a fondear mejor", se escucha en el audio donde José Luis Medel dice que están anclados.
E-mail Compartir

Redacción

Este domingo se revelaron audios donde se puede escuchar a José Luis Medel, patrón de la lancha "Bruma", embarcación en donde iban los siete pescadores desaparecidos en las costas de Coronel desde el 30 de marzo.

En los audios, revelados por T13, se escucha hablar a Medel previo a la desaparición. "Ahora sí se me recuperó viejo ¿Cómo está todo por allá? ¿te llegó el norte ya? Trabajamos ahora, recién nos fondeamos. Hace media hora que estamos fondeados, levantamos dos tiras, mañana matamos, si Dios quiere", inició.

Tras ello, señaló que "se puso malo así que nos vinimos a fondear mejor, así que por acá estamos viejo. ¿Qué es lo que hay por allá? ¿pillaste el invento?", refiriéndose a que están anclados.

La Fiscalía, en tanto, investiga el caso como cuasidelito de homicidio, a lo que sumó la desaparición de uno de los tripulantes de la embarcación Cobra.

El 30 de marzo se reportó la desaparición de los pescadores en la lancha "Bruma", frente a las costas de Coronel, en la región del Biobío, mientras realizaban labores de pesca artesanal.

La comunicación se perdió a eso de las 02:00 horas, en una zona de pesca donde había alto tráfico de embarcaciones, por lo que la Armada de Chile inició una intensa búsqueda, que incluyó sobrevuelos.

Al día siguiente comenzó a circular la hipótesis de que la lancha habría sido chocada por el barco "Cobra", perteneciente a la empresa Blumar y que tanto el casco como la hélice de la embarcación presentaba pintura y restos de otra nave.

El Cobra mide 64,7 metros de largo y 12 de ancho y habría chocado al Bruma cuando se encontraba fondeado (anclado) producto del mal clima.

La lancha pesquera medía solo 14,7 metros de largo y 4,36 de ancho.

Al respecto, los familiares aseguran que la tripulación del barco Cobra habría sentido el choque, mientras que el gerente de la empresa Blumar, Gerardo Balbontín, insistió en que la tripulación niega haber colisionado a la lancha.

El 3 de abril se encontró la carpa y otros elementos como una gamela con gata y una zapatilla, pertenecientes a la lancha y Blumar, por su parte, aportó equipos robóticos para ayudar en la búsqueda y como parte de la investigación se retuvo al barco Cobra por 20 días para hacer pericias.

Al día siguiente la lancha de emergencia fue encontrada, cerrada y sin activar, por lo que disminuye la posibilidad de encontrar a los pescadores con vida. Un día después, la Fiscalía comenzó a investigar el naufragio como un cuasidelito de homicidio.

LLamado a tripulación

El padre de José Luis Medel realizó un llamado directo a la tripulación del Cobra: "Nosotros como familia estamos abocados a que se encuentren los cuerpos(...). Quiero hacer un llamado a la tripulación del Cobra, que ellos como pescadores también se pongan la mano en el corazón y que digan qué pasó y qué escucharon", dijo a Meganoticias.

Si bien no hay una versión oficial, ha cobrado fuerza la hipótesis de la colisión.

"Ellos tienen que hablar. Saben lo que pasó en ese momento. Aquí los únicos responsables son el piloto y el patrón del barco (de 'Cobra')", aseguró Medel.

Adolescentes informativos (sin darnos cuenta)

Cristián Rodríguez
E-mail Compartir

La serie "Adolescencia" se ha convertido en el gran éxito de Netflix en esta temporada. En apenas cuatro capítulos, expone con una crudeza chocante los riesgos que puede producir en los niños y adolescentes el acceso a contenidos provistos por teléfonos inteligentes sin la supervisión ni el control de los padres.

La serie aborda el mundo de la "manósfera". Pero, si no fuera esta temática, podrían ser otras, todas con un patrón común: contenidos inadecuados para personas que todavía están en una etapa de formación, carecen de la madurez y el criterio suficiente para valorar los elementos que se les presentan, y por su corta edad tampoco tienen los bordes morales para asimilar o desechar las lecciones que podrían surgir desde su consumo audiovisual.

La exposición solitaria de menores de edad a contenidos digitales de todo tipo, generalmente asociados a redes sociales, pero también a sitios web turbios y velados, no solo es mala por el efecto mismo de las pantallas, sino porque los expone a temáticas que deben ser mediadas, contextualizadas, explicadas y finalmente procesadas.

En el mundo de la información ocurre algo parecido. La diferencia es que les pasa a los adultos. De manera creciente en los últimos años, un porcentaje mayoritario de los chilenos se informa hoy por las redes sociales. El fenómeno ofrece varios problemas.

El más evidente es que muchas veces la fuente de información no es la cuenta de un medio de comunicación, cuya tarea primaria es reportear y chequear con herramientas y estándares profesionales lo que se publica.

El segundo es el que se ha denominado burbuja informativa. Las redes sociales operan sobre la base de algoritmos que amplifican los gustos y preferencias del usuario -sin distinguir entre mascotas y comida o economía y política-, minimizando o anulando temas y puntos de vista que no resultan lógicos para el algoritmo.

El problema es que la información parcial no sólo informa poco, sino que la mayoría de las veces desinforma. Y lo que en el corto plazo puede ser imperceptible, en el largo plazo puede convertirse en un problema público.

Hay un tercer inconveniente, que pasa incluso más desapercibido que los dos primeros. En redes sociales como Instagram, el algoritmo no siempre considera la temporalidad o vigencia del contenido. Por lo mismo, se ofrecen publicaciones que ya han sido superadas por nuevos hechos o versiones, lo que atenta contra un aspecto central de la información de calidad -su actualización-, provocando una silenciosa desinformación.

"Adolescencia" ha renovado el debate sobre el consumo de pantallas por parte de menores. Sería interesante no sólo mirar la paja en los ojos de esos niños, sino reparar en la viga que, sin darnos cuenta, llevamos muchos de nosotros en un tema incluso más relevante como la información.

"La información parcial no sólo informa poco, sino que la mayoría de las veces desinforma. Y lo que en el corto plazo puede ser imperceptible, en el largo plazo puede convertirse en un problema público".

*Centro de Estudios de la Comunicación (ECU) Universidad de los Andes