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Un año de luces y sombras para el patrimonio en la provincia

ANÁLISIS. Incendios destruyeron la Iglesia de Carelmapu, la Casa Binder, Casa Ebel en Puerto Montt y la casona Wilhelm en Puerto Varas. A ello se suma el deterioro de la Casa Fernández en la capital regional, lo que contrasta con la entrega a explotación de la restaurada Casa Pauly.
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Carlos Ilabaca

De dulce y agraz. Así fue el año 2024 para el patrimonio material de la provincia de Llanquihue, el que estuvo principalmente marcado por la destrucción de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, en Maullín; las casas Binder y Ebel, en Puerto Montt; y la casona Wilhelm en Puerto Varas, en su mayoría estructuras centenarias que fueron afectadas por devastadores incendios.

En contraste a estos eventos, en la capital regional se produjo un hito histórico en lo cultural con la finalización de los trabajos de restauración de la Casa Pauly, la que ya fue entregada para su operación a la Municipalidad de Puerto Montt, y se espera que en los próximos meses pueda ser abierta al público.

Pero sí algo quedó de manifiesto en 2024 es la escasa protección de la que gozan inmuebles incluidos en la categoría de conservación histórica, como la Casa Fernández en Puerto Montt, y que actualmente es víctima de un severo deterioro, mientras que los anuncios de apoyo por parte del municipio de la ciudad quedaron nuevamente en eso.

Iglesia de Carelmapu

El año 2024 comenzó con la noticia del siniestro que el 16 de enero redujo a escombros y cenizas la iglesia de Carelmapu declarada Monumento Histórico en 1993. Desde entonces se iniciaron infructuosos esfuerzos destinados a lograr la restauración del templo cuya construcción data de 1913 y que permaneció en desuso en los últimos 16 años.

Los 30 años siguientes a su declaratoria por parte del Consejo de Monumentos Nacionales constituyeron la crónica de cómo la burocracia fue mermando los intentos por recuperar un patrimonio religioso, pero también estrechamente ligado a la cultura, las tradiciones y el devenir del pueblo costero.

El avance más concreto se dio en 2020, cuando a través de un convenio entre la Subdere, el Gore y la Dirección de Arquitectura del MOP se logró licitar -el 30 de diciembre- la consultoría de estudios previos que determinó el costo de la obra en $4 mil millones. El proyecto de restauración se encontraba ad portas de solicitar la revaluación del Ministerio de Desarrollo Social (Mideso) cuando sobrevino la tragedia que devastó la parroquia.

La conclusión de una comunidad consternada fue que las autoridades llegaron 30 años tarde con la solución.

Los primeros días de febrero del año pasado, desde la Unidad Técnica de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas se informó que se proyectaba que durante el primer semestre se realizaría la revaluación del proyecto y los análisis técnicos para que, durante la segunda parte del año se llamara a licitación pública de la obra de restauración.

Sin embargo, en noviembre último se produjo un nuevo impasse entre las autoridades luego que la Dirección de Obras Municipales (DOM) de Maullín autorizara a ejecutar un proyecto de obra nueva y no de reconstrucción como pedía la Dirección de Arquitectura del MOP, lo que nuevamente entrabó el proyecto de licitación. Desde la Comisión de Infraestructura del Consejo Regional (Core) oficiaron al Ministerio de Vivienda para que pudiera autorizar la ansiada restauración, la que desde el MOP estiman que tendrá un costo de $7 mil millones.

Mientras se logra avanzar con los permisos, el Gobierno Regional de Los Lagos ya incluyó en su propuesta de presupuesto 2025 la suma de $389 millones 513 mil 712, lo que se complementará a futuro con 1.739 millones 813 mil 171 como aporte regional al proyecto.

Casona Binder

El sábado 2 de diciembre de 2023 se produjo un incendio de características intencionales que destruyó más del 70% de la Casona Binder, declarado inmueble de conservación historia en 1991 y cuya construcción centenaria data de 1914. Junto a la Casa Pauly (edificada en 1903 por Guillermo Pauly Gleisner) era una de las más antiguas de la ciudad.

Esta vivienda tradicional alemana de tres pisos fue construida por German Binder Hoffmann, un colono alemán que en febrero de 1955 recibió una porción de tierras según un decreto firmado por el propio Vicente Pérez Rosales.

La casa fue posteriormente ocupada por la sucesión de Bertoldo Binder Grothe (1894-1962), quien fuera comandante por 29 años del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt.

La destrucción de este inmueble patrimonial de conservación histórica fue la "crónica de una muerte anunciada" para el historiador Juan Carlos Velásquez, quien expresó que "es lo que ocurre en una comunidad como la puertomontina que no protege su patrimonio".

Los descendientes directos de Bertoldo Binder y su esposa Ethel Dun, los hermanos Luis Alberto, Jacqueline y Andrea Sánchez Binder (quinta generación en Chile), reconocieron que tras lo ocurrido ven con pocas esperanzas poder recuperar el patrimonio familiar perdido.

Casa Ebel

Tan sólo un par de meses más tarde, el 8 de febrero, ardía otro ícono arquitectónico patrimonial de Puerto Montt: la Casa Ebel, construida en 1932 por el arquitecto Alberto Oettinger Stegmaier al estilo alemán "Jugendstil".

Ubicada en calle Balmaceda esquina Benavente, la estructura fue objeto de un incendio premeditado que sumado a otro siniestro registrado dos meses antes terminó por destruirla por completo.

Sus primeros moradores fueron el matrimonio conformado por Luis Ebel Beiler y su esposa Flora Westhoff Buckle.