Salud, primera prioridad regional
En línea con otro estudio de opinión, la encuesta semestral de la ULagos identificó que la salud es la gran inquietud en Los Lagos.
Tal como mostró la encuesta de noviembre pasado de la Fundación Gente del Sur y la Universidad San Sebastián, el estudio de opinión ciudadana de la Universidad de Los Lagos, en su décima versión conocida esta semana, volvió a identificar que la salud se ha convertido en la principal preocupación de quienes viven en esta región. Los ya conocidos ámbitos de economía y seguridad ciudadana ocuparon también lugares preponderantes en materia de prioridades, pero ha llamado la atención que un segundo instrumento de medición, de distinta autoría, instale nuevamente que el acceso a la salud, sobre todo en el sector público, haya estado en la mente de las personas en el segundo semestre del año pasado como la tarea más urgente por resolver.
Aquí puede haber, evidentemente, tanto factores domésticos como nacionales, los que mezclados hayan arrojado tales resultados. En lo doméstico, el año 2024 estuvo marcado por variadas irregularidades en la resolución de listas de espera de cirugías en los hospitales de Osorno y Castro, en un escándalo que incluyó a directivos, funcionarios y sus familiares. En aquellas ocasiones, los usuarios que llevan años esperando por hora para una operación quirúrgica asistieron, con espanto, a la triste constatación del compadrazgo y el amiguismo en la red pública, en casos que en su momento debieron arrojar más responsabilidades en beneficio de la transparencia.
En Puerto Montt, en tanto, el hospital local se vio envuelto en 2024 en una aguda polémica por denuncias de abusos sexuales hacia funcionarios de la salud, cometidos por los propios compañeros de trabajo, donde la autoridad del recinto asistencial no estuvo a la altura, pues no se tomaron las medidas de protección suficientes para las víctimas. El día de ayer, el Servicio de Salud del Reloncaví le pidió la renuncia al director del recinto, en una decisión probablemente influenciada, en parte, por el mal manejo de estas denuncias.
A lo doméstico, se sumó quizás la incertidumbre que giró en torno a la situación de las isapres y la deuda que debían pagar a sus afiliados. Baste recordar las amplias dudas que hubo sobre el futuro de la salud en 2024. Respecto de esto último, en la región no hay ningún margen de acción. Donde sí lo hay, para dar mayores certezas en el acceso a la salud, es en la red pública regional, que con los desaguisados de 2024 ya debiese haber aprendido la lección en cuanto al ser y el parecer.