Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Cambalache

E-mail Compartir

¿Se acuerda del tango "Cambalache"? Y no es que crea que mis lectores son muy mayores. Sólo lo pregunto porque "Cambalache" es transgeneracional y, aunque Enrique Santos Discépolo lo escribió en 1934, todos o casi todos lo hemos escuchado alguna vez. Yo lo he estado recordando estos días finales del año porque me parece que refleja, mejor que cualquier análisis, nuestra realidad. Díganme si no es verdad "que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé" o que "hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro generoso o estafador". Que "todo es igual. Nada es mejor. Lo mismo un burro que un gran profesor". Y que es "… lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata que el que cura o está fuera de la ley".

Veamos qué tan equivocado estoy.

El año comenzó con una triste noticia: el trágico fallecimiento de Sebastián Piñera. La desgraciada situación sirvió para unir a todos los chilenos y en sus honras fúnebres le fueron reconocidas sus importantes contribuciones a nuestro país.

Hasta ahí bien, sólo que muchos de los que escuchábamos lo que ahí se decía, no podíamos dejar de recordar lo que esas mismas personas decían del entonces Presidente Piñera sólo unos meses antes. ¿Cómo no recordar que el ahora Presidente Gabriel Boric, que frente a su féretro ensalzaba su valor como demócrata, poco tiempo antes había amenazado de llevarlo a la Corte Internacional de Justicia acusándolo justamente de lo contrario?, ¿qué fue eso?, ¿valores o dublé?

¿Y qué decir de personas en las que confiamos nuestras vidas y a las que todos consideramos paradigmas de rectitud, que luego resultan ser los causantes de aquello que nos pone en peligro? Porque eso fue lo que hicieron voluntarios de Bomberos y brigadistas de la Conaf que provocaban incendios forestales que luego ellos mismos iban a apagar ¡para ganar horas extraordinarias! Lo hicieron en Viña del Mar en febrero pasado y las consecuencias fueron más de nueve mil hectáreas afectadas, incluyendo áreas urbanas, agrícolas y forestales en Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana; más de 15 mil viviendas destruidas y lo peor: al menos 131 personas fallecidas (algunas siguen desaparecidas). Algo que ni Discépolo podría haberse imaginado, un acto de miseria humana que da para pensar que "el mundo fue y será una porquería".

"Nadie gana"

Y si alguien no cree que "lo mismo da un burro que un gran profesor", le puedo recordar a Marcela Cubillos ganando como profesora lo que prácticamente nadie gana en Chile. Y pavoneándose por ello mientras era candidata a alcaldesa de la que quizás sea la comuna más rica del país. Y todo ello mientras declaraba a la prensa que no sólo se lo había ganado trabajando (¿trabajaría acaso diez veces más que sus colegas que ganaban diez veces menos?), sino que además se lo merecía. ¿Habrá pensado también "el mundo fue y será una porquería" cuando perdió esa elección porque votaron en contra de ella incluso quienes se suponía que deberían apoyarla?

Y quienes nos ganamos la vida trabajando no podemos dejar de pensar que da "… lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata que el que cura o está fuera de la ley".

Y de eso nos dan fe Luis Hermosilla, sus amigos y sus cómplices. Nuevamente algo que Discépolo no llegó, quizás, siquiera a imaginar. Alguien que sólo se movía en las más "altas esferas" del poder económico y político de nuestro país, alguien que tenía en su lista de WhatsApp a todo aquel que es importante en esta larga y angosta faja de tierra y seguramente más allá, habría estado intrigando, cometiendo abusos (o siendo cómplice de ellos) y presuntamente delitos como aquellos que creíamos que sólo pasaban en las películas, pero nunca en Chile.

Querido y criticado

Y de esa frase del tango no nos escapamos ni siquiera nosotros, acá en nuestro querido sur del mundo. Quien fuera nuestro alcalde (Gervoy Paredes, de Puerto Montt) por más de una década, alguien querido por muchos y también criticado por muchos, hoy está en prisión, esperando ser juzgado por delitos que quizás cometió y junto con él esperan ser juzgados algunos de sus colaboradores más cercanos.

Es que el tango no perdona, aunque en este caso debe hacernos pensar en algo más: ¿qué está pasando en nuestro sur?, ¿tanto hemos cambiado?, ¿acaso junto con los problemas de los grandes conglomerados urbanos, como el delito o la droga, también se ha instalado entre nosotros la corrupción? No me corresponde a mí juzgar a quien fue nuestro alcalde, pero sí reconocer que el episodio que él, sus cercanos y su partido político están viviendo, constituyen una evidencia flagrante de que el cambalache ya se instaló entre nosotros.

Y como de tango estamos hablando, no podemos dejar de lado la nota triste o quizás patética. La historia de un poderoso, tal vez una de las personas más poderosas de Chile, cayendo víctima de sus pasiones o de sus debilidades. La letra de la canción la proporciona Manuel Monsalve, ¿una persona que presuntamente abusó de su poder para forzar a una joven subordinada? ¿O un hombre mayor que quizás terminó cometiendo un delito -la justicia lo dirá- por no darse cuenta de que sólo era una patética representación, casi una caricatura, de los hombres de su edad? Da que pensar que quizás es cierto que la vida "fue y será una porquería".

Sigamos con nuestro tango Cambalache, cuando dice "todo es igual, nada es mejor", y vamos a las tristes cifras que alcanzó nuestra querida Región de los Lagos en el ranking de crecimiento regional, donde exhibe un paupérrimo 0,0 % en la expansión de su producto interno bruto regional.

¿Acaso nos olvidamos de producir o son demasiadas las trabas que burócratas desde algún escritorio gris imponen a través de sus innumerables y enredosas normas?

"De la mediana para abajo"

Y hablando de que quizás la vida sea siempre como un tango, para terminar sólo me queda recordar que 2024 fue el año que confirmó que la era dorada de nuestra selección nacional de fútbol quedó atrás y que nuevamente estamos en el lugar en que estuvimos situados por décadas, esto es de la medianía para abajo.

Por mucho tiempo quisimos creer que era una situación pasajera, que ya venía una generación de recambio, pero ahora sabemos que no era pasajero y que habrá que esperar para ver ese recambio. Como compensación para nosotros, acá en el sur, nos queda nuestro Club de Deportes Puerto Montt, del que no dudo que 2025 será su año. Y parafraseando a Enrique Santos Discépolo, sólo diremos… siglo XXI "problemático y febril".