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paguen o cuando le paguen, el día a día tiene sus gastos, entonces de esa manera yo pongo mis precios, me dan el precio justo, saco mi margen de utilidad y entrego en todo el país; y si un año me sobra cierta cantidad, queda para el año siguiente, por si viene mala la cosecha, entonces así emparejo. Mantengo una reserva para que nunca me falte y así es mi sistema de trabajo. Aquí soy dueño y señor de mi producto. Cuando uno es exportador, se paga mucho menos y uno no sabe si van a terminar pagando o no y no se puede hacer nada", manifiesta.
Además, la fábrica da trabajo a 10 personas, quienes llevan años en ella y han crecido junto con la empresa, donde la planta cuenta con una infraestructura eficiente, con una sala de cosecha, una de envasado y otra de almacenamiento.
"Yo llegué a los 19 años y ahora tengo 82. Todo lo he invertido en la empresa y así he llegado a los límites en que estoy", concluye el creador de Colmenares Ralún.
Única y de exportación
Una historia que comienza en Europa es la de la productora de origen inglés, Harriet Eeles, quien es gerente de la cooperativa Mieles del Sur, que se creó en 2007 como un brazo comercial de la Asociación Gremial de Apicultores de la antigua décima región, la cual reúne actualmente a 12 productores, quienes dar un valor agregado al producto, diferenciado por su origen botánico.
Ella antes de llegar a Chile se desempeñaba en un trabajo administrativo en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y cuando se encontraba en la sede de la entidad en Roma, Italia, conoció a un apicultor que la entusiasmo en el mundo de las abejas y la miel. Luego de ello se fue por un proyecto a África, donde justo necesitaban a un consultor en la materia, volvió a contactar al experto, quien realizó un estudio de factibilidad de desarrollar apicultura en Mozambique y obtuvo más conocimientos. Sin embargo, no desarrolló esta actividad hasta que finalmente se radicó en Chile en 1986, donde estudió sobre la materia y no ha parado hasta ahora.
Actualmente continúa trabajando y dirigiendo la cooperativa, que cuenta con una planta de extracción y envasado de miel ubicada en Colonia La Radio, en la comuna de Frutillar, desde donde sale un producto de calidad premium para el mercado nacional, pero también se exporta a Estados Unidos.
"Nosotros no homogeneizamos las mieles, es decir, cada lote de miel es de un solo productor, de un solo apiario y de una sola fecha de cosecha, mandamos a analizar estos lotes para poder certificar el origen botánico de las mieles y estamos enviando a prácticamente todo el país; al norte, a Santiago y más al sur", destaca.
Entre los principales mercados que reciben estas producciones de miel, hay empresas grandes como Colun, la cual vende el producto en sus tiendas ubicadas en distintas ciudades de Chile, así como también en diferentes locales especializados en productos naturales y campesinos, además de clientes particulares.
"Nosotros no entregamos a supermercados, porque como no homogeneizamos la miel, los lotes de producción no son muy grandes y para nosotros esto tiene una gracia: que no es un producto masivo, sino que son únicos, de un solo productor, de un solo lugar de producción y de una sola fecha de cosecha, lo que da la gran diversidad de origen botánico, ya que cada lugar es distinto", explica.
Harriet Eeles comenta que como en todos los rubros agrícolas, la apicultura también ha sido afectada por el cambio climático, ya sea por sequía o por muchas lluvias con inundaciones, pero también han notado cambios en las fechas de floraciones, lo que ha obligado a los productores a ir adaptando sus manejos apícolas a la evolución del planeta.
"Tenemos que aprovechar una floración que podría estar en una época en un mes diferente, según el año. Hay algunas especies que se adelantan y están disponibles más temprano de lo que estamos acostumbrados; y otras que se atrasan, entonces lo que tenemos que hacer es tratar de aprovechar estas floraciones con nuestros manejos", detalla.
En cuanto a sus exportaciones, fue a través de ProChile y con mucho esfuerzo. Consiguieron que un comprador norteamericano que visitaba la Patagonia, se encantara con la miel de la zona y tras ello se contactó con la entidad, por lo que se hizo el enlace y comenzaron con los envíos.
"Es una bonita historia, porque a través de los años hemos construido además de un negocio, una gran amistad, lo que es un facilitador de cualquier negocio de exportación, el poder tener un contacto más directo con la persona que nos compra la miel", expresa.
Con dulzor de la isla
En Chiloé se encuentra el apicultor Luis Guineo, quien produce miel en la comuna de Ancud, en el sector de Pumillahue, a 30 kilómetros de la ciudad. Se dedica desde hace 42 años a esta actividad, donde llegó a través de un proyecto de desarrollo para pequeños agricultores en Caritas Chile, por lo que se capacitó.
"Yo soy técnico agrícola, pero no tenía muchos conocimientos de apicultura y con colegas íbamos a Santiago a diferentes cursos, así empecé, con pocas colmenas y con el tiempo fueron aumentando, porque si uno maneja bien la apicultura, puede crecer fácilmente", subraya.
Así también se perfeccionó en la Universidad Católica de Temuco y en Inacap, por lo que ahora trabaja con alrededor de 80 o 90 colmenas, a través de las cuales logra una producción que llega desde Arica hasta Punta Arenas.
"Me dicen donde envío, previo pago, lo mando y ese es mi mercado, todo al detalle, no vendo al por mayor, ya que mi miel es mucho más natural, porque donde ubico mis colmenas es un lugar en el que todavía no se aplican químicos en la agricultura y la mayor parte de las mieles que se producen aquí son de especies nativas, eso hace que tenga otra calidad", expresa.
Así, Luis Guineo clasifica su miel, donde la más apetecida es la de ulmo, pero asegura que nutritivamente la mejor es la poliflora.
"Cuando el ulmo empieza a florecer, saco toda la miel madura que existe en la colmena, a mediados de enero y comienzos de febrero, porque allí empiezan las floraciones de ulmo. Entonces, vendo esa miel que cosecho como poliflora", detalla.
Para asegurar de manera objetiva las propiedades, este productor envía la miel a analizar a la Universidad Católica en Santiago, donde los resultados arrojan que corresponde a un 80% de ulmo, por lo que mucha gente de la zona central busca este producto específicamente de Los Lagos. Pese a que en ese punto de Chile hay grandes producciones de miel, la agricultura está muy desarrollada, por lo que se utilizan numerosos productos químicos, a diferencia de estos rincones prístinos nativos de la región.
"No es un producto masivo, sino que son únicos, de un solo productor, de un solo lugar de producción y de una sola fecha de cosecha"
Harriet Eeles, Gerenta de Cooperativa Mieles del Sur
"La mayor parte de las mieles que se producen aquí son de especies nativas, eso hace que tenga otra calidad"
Luis Guineo, Productor Apícola, de Mieles Pumillahue