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con la corrupción. La corrupción puede perjudicar gravemente a la democracia, y las manifestaciones de corrupción son algo que nos preocupa profundamente.

-El Consejo de la Gran Logia de Chile decidió "suspender de sus derechos masónicos al querido hermano Daniel Jadue Jadue, hasta que su situación sea aclarada". ¿Les costó tomar esta decisión? ¿Cree que sea reversible?

-No, no, no. Esta decisión se toma sobre la base de los antecedentes que se tienen, como ocurre con cualquier miembro de la orden que tenga alguna imputación grave. Nosotros no ponderamos si hay o no delito; lo que ponderamos es la coherencia con los principios de nuestra obra y las obligaciones éticas que tienen cada uno de nuestros miembros cuando actúan en la sociedad, ya sea en cargos políticos o en cualquier otra circunstancia. Este es un procedimiento normal, aunque la situación pública de este miembro de la orden tuvo un alcance periodístico inesperado.

-Para el común de las personas, los masones siguen siendo un poco misteriosos. ¿Qué es ser masón en Chile hoy?

-Ciertamente hay una percepción que se construye a partir de ciertos mitos. Sin embargo, la actividad masónica consiste básicamente en procesos de reflexión y de formación de conciencia que ayudan a comprender nuestros principios desde una perspectiva en la que esperamos que esos principios sean asimilados y se conviertan en una expresión virtuosa de cada uno de nuestros miembros. Somos, por esencia, una institución ética. Si bien hay un componente que puede producir misterio, en el fondo tenemos procesos habituales y equipos que nos ayudan a lograr nuestros objetivos. Abordamos nuestras reflexiones de manera reservada, porque es como hacer un retiro espiritual, que algunas personas lo hacen el fin de semana, pero en nuestro caso, lo hacemos todas las semanas.

-¿Cuántos son?

-¿Miembros de la orden? Activos, somos alrededor de 13 mil miembros.

-¿Cuál es su aspiración en cuanto a los cambios que desean en la sociedad?

-La masonería en el mundo tiene 300 años y posee una atemporalidad en su labor. Lo que buscamos es que los principios que sostenemos se conviertan en parte de una realidad social. Estos son procesos que deben construirse no solo desde la masonería. Buscamos el diálogo y fomentamos aspectos tan importantes como la tolerancia, la democracia y la igualdad desde una perspectiva integradora que convoque a cualquier persona, independientemente de su sector social. Queremos una sociedad que sepa convivir en la cotidianeidad. Trabajamos para comprender a cabalidad y construir esta certeza entre nuestros miembros, para que ellos contribuyan a la sociedad, independientemente de sus comprensiones políticas, filosóficas o religiosas. La masonería nació para establecer condiciones de convivencia basadas en principios universales, como la fraternidad, que muchas veces se nos imputa como algo negativo, pero nosotros lo vemos con un sentido positivo, considerando a todos los seres humanos como hermanos.

-Cuando habla de igualdad, ¿qué pasa con las mujeres?

-También existe la masonería femenina y la masonería mixta (logias de hombres y mujeres). Los procesos iniciáticos tienen una característica particular que se realiza sobre la base de cierta comprensión de género, pero no es excluyente. Es una realidad que aceptamos y con la masonería femenina compartimos muchas tareas comunes.

-¿Vale aún el adagio "radical, masón y bombero"?

-(ríe) Todavía hay algunos exponentes. Creo que hay muchos bomberos que son masones, y es también una forma de manifestar su comprensión del servicio y la construcción de convivencia.

-Dijo que les preocupa la democracia. ¿Cómo analiza el diálogo político en este último gobierno y el comportamiento de los líderes, tanto de oposición como de oficialismo?

-Cuando asumí, planteé mi preocupación por la forma en que se está debatiendo. Nuestra opinión sobre lo que estábamos viendo previo al estallido social y lo que ocurre posteriormente ha sido muy clara. Creo que los debates en la sociedad chilena siguen siendo demasiado exacerbados y demasiado ideologizados. A veces, las formas pueden ser tremendamente dañinas. Nuestro llamado es a debatir democráticamente, sin descalificarnos. Debemos hacer una contribución importante para que la política se desarrolle de manera más constructiva, con más consistencia e ilustración en los debates.

-En términos de seguridad: ¿cómo controlar el crimen organizado y la inmigración ilegal?

-El crimen organizado es un problema que afecta a todas las sociedades en América Latina. Hemos visto un cambio brutal, sobre todo como efecto de la pandemia. Los gobiernos tuvieron que hacer muchos esfuerzos para proteger a las personas durante la pandemia, lo que desvió recursos de otras áreas, como los procesos migratorios de bandas organizadas en América Latina. Este es un problema que afecta gravemente a la sociedad y requiere mucha colaboración e intercambio de información entre los gobiernos. Es necesario un nuevo ánimo político para enfrentar este desafío y debatir de manera constructiva, tomando medidas oportunas. Se necesitan cambios legislativos para contener y enfrentar la delincuencia organizada, que no muestra ninguna cautela en sus procedimientos. Es muy importante que en el plano legislativo se discuta y se tomen medidas concretas, ya que este problema está causando efectos muy graves.

"Ciertamente hay una percepción que se construye a partir de ciertos mitos. Sin embargo, la actividad masónica consiste básicamente en procesos de reflexión y de formación de conciencia que ayudan a comprender nuestros principios desde una perspectiva en la que esperamos que esos principios sean asimilados y se conviertan en una expresión virtuosa de cada uno de nuestros miembros".

Columna

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¿Nos cuesta cambiar?

E recientemente publicado Informe Sobre Desarrollo Humano en Chile 2024, realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ofrecer una oportunidad para mirarnos reflexivamente. Se trata de un informe que combina una visión amplia y fundada con el cruce de diversas fuentes de información.

Titularlo como "¿Por qué nos cuesta cambiar?: conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible" es inadecuado y no le hace justicia a la rica información que contiene. Las sociedades no son entidades estáticas. Aunque tendemos a vincular costumbres o modos de actuar permanentes a identidades colectivas, estas asociaciones son altamente selectivas y excluyentes: se eligen algunos rasgos "fundamentales" y se dejan fuera muchos otros. Se trata de selecciones históricamente situadas y tienden a entregar más información de quienes las realizan, como ocurre con algunas conclusiones presentes en el informe del PNUD.

El informe, en efecto, da cuenta de múltiples modificaciones en las pautas de conducta en el país en la última década, señalando más bien que cambios institucionales anhelados por la ciudadanía se han entrampado por las insuficientes capacidades de conducción en nuestra sociedad. Así, se sugiere que las dificultades por las que atraviesa Chile se deben tanto a la incapacidad de las instituciones políticas de incorporar las posibilidades del presente para conducir las oscilaciones del futuro, como también a la "individuación asocial", un individualismo exacerbado que condiciona negativamente las relaciones sociales. Si bien la primera conclusión sobre las instituciones es adecuada, la segunda merece una mayor reflexión. Parece una conclusión apresurada, que refleja una comprensión dicotómica y simplista de las orientaciones pro-individuales y pro-sociales de las personas.

A nivel comparado, en Chile se tiende a favorecer la igualdad de ingresos por sobre los incentivos para el esfuerzo individual. Según la última Encuesta Mundial de Valores, mientras en Chile un 35% se muestra muy favorable a que los ingresos sean más iguales y solo un 5,3% muy favorable a que se incentive el esfuerzo individual, en Bolivia estos porcentajes alcanzan 13% y 26%; en Portugal 19% y 15%; y 12% y 11% en Alemania. Esto nos deja como un país comparativamente igualitario, opinión que se ha mantenido relativamente estable en distintas mediciones.

Sin embargo, al mismo tiempo, las personas en Chile crecientemente adhieren a los valores meritocráticos. La última encuesta del Centro de Estudios Públicos muestra que un 86% de la población afirma que para surgir en la vida es importante el trabajo duro, un alza de 13 puntos respecto de mayo del 2019. Ha habido, por tanto, continuidad y cambio en las orientaciones pro-individuales y pro-sociales de las personas en el país, conviviendo ambas en la subjetividad de los ciudadanos.

El último informe del PNUD nos invita a reflexionar sobre las dinámicas sociales que han cruzado al país en los últimos años. Sin embargo, patologiza los procesos de subjetivación de los chilenos, asignándoles además demasiada responsabilidad en la dificultad del país para concretar los cambios. Hasta qué punto este diagnóstico habla más de quienes lo redactaron es objeto de otra discusión.

"Según la última Encuesta Mundial de Valores, mientras en Chile un 35% se muestra muy favorable a que los ingresos sean más iguales y solo un 5,3% muy favorable a que se incentive el esfuerzo individual".