Lo público y lo reservado
En una sesión del Core de esta semana, hubo un intento de cita secreta para discutir los recientes hallazgos en las cuentas del Gore.
Hace poco más de un año, la opinión pública nacional comenzó a ser sacudida por el escándalo de las transferencias desde el Ministerio de Vivienda hacia una fundación, iniciándose una bomba de racimo que se extendió hacia otras zonas del país y que encontró en esta región, Los Lagos, uno de los casos más complejos, por los traspasos de millonarios recursos a fundaciones o corporaciones que se hicieron desde el Gobierno Regional. Las numerosas irregularidades en aquellas transferencias derivaron en sendas investigaciones de parte del Ministerio Público y pronunciamientos de la Contraloría General de la República, a fin de cautelar de mejor manera el uso y destino de los recursos públicos.
Si no hubiese sido por el trabajo de la prensa, poco se podría haber sabido de fundaciones de poca experiencia que recibieron miles de millones de pesos, o de fundaciones por las que pasó el dinero y misteriosamente se extravió, en lo que es el caso más escandaloso que se indaga en Los Lagos, en torno a la experiencia de Kimün. Aunque inicialmente las autoridades intentaron minimizar estas anomalías, con el consabido discurso de desacreditar al mensajero, lo cierto es que la fuerza tectónica de las irregularidades fue imposible de contener, considerando, además, el débil escenario fiscal del país.
Se suponía que las autoridades habían aprendido la lección de la transparencia. No se puede ocultar el sol con una mano ni tratar de bajarle el perfil a irregularidades.
Pero la política da para todo. Esta semana, en una sesión de la Comisión de Hacienda del Consejo Regional, se informaría de lo que se ha denominado como un "hallazgo" financiero en las cuentas del Gobierno Regional del año pasado. En una revisión de rutina, se detectaron discrepancias y los antecedentes se enviaron a la Fiscalía, pero lo insólito vino cuando consejeros regionales intentaron impedir que la prensa asistiera a la comisión. ¿Con qué afán se trató de declarar como "reservada" una reunión en que se entregarían detalles del destino de recursos que son esencialmente públicos?
Dos cores, insólitamente de oposición, estuvieron por discutir entre cuatro paredes el hallazgo. Afortunadamente primó la transparencia y los otros votaron porque fuera pública. El intento de aquellos cores se desbarató, pero la señal ha sido inquietante.