Respeto a los adultos mayores
La mayor esperanza de vida que hay en Chile debe acompañarse de una mejora en otro tipo de indicadores para este segmento.
El pasado 15 de junio fue el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, recordatorio no antojadizo. Según un informe de la ONU, para el año 2025 la población mundial estará compuesta por más de 1.200 millones de personas mayores de 60 años, más del doble de las 542 millones que había en 1995.
Chile no está lejos de una tendencia que se viene presentando en todo el planeta. Otro informe, "Un mundo que envejece", elaborado por la oficina de Censo de Estados Unidos, establece que Chile se ubica entre los países que más rápido envejece. Se espera que desde los años 1999 a 2041, el país haya triplicado su población de tercera edad.
Chile exhibe avances importantes respecto de la esperanza de vida. Tiene una media de 80,5 años, la mayor de América Latina, y está en el segundo lugar a nivel de todo el continente americano, detrás de Canadá, que tiene un índice de 82,2 años.
Aun así, que Chile tenga una mayor esperanza de vida y que su población sea cada vez más adulta no se trata sólo de un antecedente estadístico o una evidencia de los avances que puede presentar el país. Más bien, se trata de un antecedente importante sobre la importancia que debe tener en la sociedad el cómo se llega a ser adulto mayor. Muchos adultos mayores se arriman a esa etapa con una serie de carencias, desde emocionales hasta económicas, que en ocasiones llegan a ser maltrato y abandono.
La ONU ha advertido que el estigma es una de las barreras que existen para tratar de sortear las conductas suicidas en adultos mayores y señala la necesidad de tender manos a las personas en riesgo, de escuchar a quienes sufren la pérdida de un ser querido y, en el caso de los adultos mayores, atender sus problemas de soledad, económicos, de exclusión y enfermedades largas y dolorosas, que se agravaron durante la pandemia.
Además, un estudio de la Fundación Míranos, con datos de defunciones del Ministerio de Salud, reveló que entre las personas mayores el suicidio ha crecido sostenidamente y que después de los 80 años existe una alta tasa de mortalidad por esta causa.
Los indicadores son claros. La población de adultos mayores merece un trato distinto de parte de la sociedad. Ellos ya hicieron lo suyo. Ahora les corresponde la retribución; y la línea de base es desterrar cualquier práctica de maltrato.