Puerto Montt en los archivos: el oficio de hacer hablar a los históricos documentos de la ciudad
La tarea de los investigadores en distintas disciplinas de las ciencias humanas y sociales se nutren en el trabajo con archivos.
Nosotros, los investigadores de las distintas disciplinas de las ciencias humanas, estamos en constante búsqueda de recopilación y heurística (conocida como técnica de la indagación y el descubrimiento), los investigadores somos detectives, buscamos las huellas, los vestigios del pasado. Somos esos vampiros en busca de sangre, ese tesoro denominado archivo, eso que encierra la clave para nuestro oficio. Si el carpintero necesita madera, martillo y clavos; nosotros requerimos materia prima, esa que nos permita aplacar esa inquietud, esa misma que a veces nos quita el sueño producto de la obsesión por sacar a la luz eso que está muerto, eso que habla desde el más allá, eso que está listo para ser leído, para ser interpretado.
La lista es larga: viejos libros, manuscritos, fotografías, bitácoras, diarios personales, cartas, actas judiciales, inventarios, entrevistas, revistas, diarios, periódicos y los vampiros somos muchos. Investigadores profesionales y otros de oficio que hemos estado al acecho en museos y archivos locales, en librerías de viejo, donde precisamos eso tan ansiado que nos permite hacer hablar a los muertos. Los hijos de Clío (diosa griega de la historia) estamos atados a los empolvados anaqueles de la biblioteca, hace algunos años se hizo célebre el libro del historiador italiano Carlo Ginzburg "El queso y los gusanos, el cosmos de un molinero del siglo XVI", archivo judicial sobre el juicio a Domenico Scandela, molinero nacido en Italia, quien debido a su particular visión del mundo para la época y su personal cosmogonía personal, fue procesado, declarado "hereje" y quemado vivo por el Tribunal del Santo oficio.
Extensos archivos
En Puerto Montt tenemos extensos archivos dispuestos en distintas instituciones, sean estas privadas, estatales, educativas o eclesiásticas. Por supuesto que el archivo está ahí, donde los seres humanos dejan su marca, donde hay un vestigio de la presencia del ser humano que para el arqueólogo será la presencia de una punta de flecha, restos de animales o hierbas, un fogón, un corral de pesca, las puntas de lanza o simples herramientas para nosotros ahí comienzan las preguntas del investigador ¿cómo llegaron los seres humanos acá? ¿cómo se alimentaban? ¿cuáles eran sus rituales? Acá comienza la especulación del investigador, la formulación de las hipótesis, en el caso de un investigador en literatura, arquitectura o pintura, estarán dispuestos los vestigios de escritos, monumentos o pinturas, archivos fotográficos, las cartas enviadas y recibidas durante el transcurso de años, los archivos familiares, eso que a grueso modo podemos llamar también, patrimonio histórico y cultural.
Meta
Llegar a estos archivos es la meta, ya que sustentan nuestra labor, nos llevan a dar sentido a eso que ha sido recopilado, eso inerte, pero que paradójicamente está plagado de vida, eso otro, esas partes de un rompecabezas, que permitirá sacar a luz fragmentos de una historia mayor, una que jamás será total, pero que sí nos proporcionará los esbozos y las claves para comprender un mapa superior, la cartografía de nuestra historia.
Como investigador me ha llevado varios años escribir la historia personal de Reinaldo Martínez Torres, quien fuera hojalatero, dirigente vecinal y relegado político. Ha sido un largo camino para indagar en su pasado, me he valido de un extenso archivo personal y también periodístico, discursos, entrevistas, fotografías, archivos judiciales, certificados, requerimientos escritos, entre otros; pero el más valorado es un simple cuaderno donde en algún momento, en el ocaso de su vida, escribió de puño y letra "Reinaldo Martínez Torres, 28 de Febrero del 1924, nacido en Ninhue, procesado por la Ley de Defensa, permanecí condenado a cinco años de relegación en Puerto Montt, borrado dos veces de los registros electorales".
En el día de la conmemoración del Día del Patrimonio, los investigadores de Puerto Montt estaremos en la búsqueda, esperando la apertura de las universidades, interrogando sus textos, fotografiando sus archivos judiciales, buscando los archivos eclesiásticos, entrevistando a las actrices y los actores de la historia, visitando la hemeroteca o el museo local. Siempre estaremos al acecho, cuales vampiros en busca de sangre.