Los 60 años del Cesfam Antonio Varas
Juan Carlos Alvial , Filósofo puertomontino
Las comunidades se forjan de acuerdo con las identidades, prácticas e instituciones que representan a cada uno de los territorios donde se alojan. Lo singular de estos espacios comunitarios es que van configurándose como lugares de resistencia, ante el avance de un modelo uniforme, serial y neoliberal, que muchas veces relega a los lugares patrimoniales.
En Puerto Montt existen espacios de resistencia y patrimoniales, que tienen una clara connotación comunitaria, virtuosa y forjadora de lazos humanos que trascienden en el tiempo. Uno de estos, es el emblemático Cesfam Antonio Varas, que cumple 60 años en agosto. El Cesfam Antonio Varas surge como una respuesta a dos eventos que provocaron crisis en la ciudad - puerto, por un lado, el terremoto (1960) provocando un éxodo masivo de puertomontinos hacia la tercera y cuarta terraza, y, por otro, la toma de Pampa Irigoin (1969). En primera instancia, este ente comunitario, se instala como una posta urbana, más tarde un consultorio y ha devenido, en la actualidad, como un centro de salud familiar.
Este centro ha sabido combinar de forma óptima la humanización de la salud, la conformación orgánica y activa de los funcionarios y vecinos, la adecuación a las diversas normativas gubernamentales y la innovación acorde a las demandas del tiempo. Un ejemplo concreto de ello es la atención perinatal, en sus inicios, y otro, la plena sintonía con el modelo de salud integral, actualmente.
La vida comunitaria de las poblaciones que están alrededor del Cesfam se cruza, directamente, con esta institución, ya sea por medio de la gestión participativa, la atención a más de cuarenta mil inscritos y la participación de diversas de organizaciones compuestas por mujeres, adultos mayores, cuidadoras y personas con discapacidad.
Dentro de esta comunidad, en sus diversas etapas, hay personas que la han marcado, tanto por su profesionalismo y calidad humana. Entre ellos, se puede destacar a Jorge Hernández, primer médico familiar en Puerto Montt y promotor de la comunidad; el doctor Luis Aranda, especializado en adultos y fitoterapeuta; Iris Paredes, nutricionista y encargada de promocionar, educativamente, la salud y la organización; la enfermera Mónica Arellano, quien fue durante más de 20 años directora; y, Eleonora Astudillo, quien dedicó casi toda su vida a este centro, como médico.
En el mes del patrimonio, deberíamos considerar los pasos que ha dado este Cesfam en nuestra ciudad - puerto, identificándolo como un referente, desde sus inicios, que permite comprender la salud desde una perspectiva holística, humanitaria y digna para todas las personas que asisten a este centro, demostrando que cuando los lazos humanos dejan de lado lo utilitario, se gestan comunidades virtuosas que son sustentables y edificantes para todos sus miembros.