El bochorno de la ordenanza
El municipio de Puerto Montt quiso ir más allá de lo que le correspondía con los humedales, y el portazo fue sonoro.
Como si los problemas del municipio de Puerto Montt fueran pocos actualmente, esta semana la casa edilicia sumó un verdadero bochorno con el fallo de la Corte de Apelaciones local, que atendiendo un recurso de ilegalidad presentado por una empresa constructora, dejó sin validez una ambiciosa (y desprolija) ordenanza para preservar los humedales de la comuna. En concreto, el tribunal de alzada sostuvo que la norma se excedió de sus límites, al considerar que todos los humedales, no sólo los formalmente declarados, quedaban bajo su resguardo. La intención era abarcar también a aquellos que estaban catastrados y en tramitación, pero para la Corte el texto fue más allá de lo que le correspondía, por lo que todo lo que presuntamente se avanzó en un año, quedó en fojas cero.
La comunidad puertomontina tiene una especial sensibilidad con los humedales. Fue acá donde comenzó un debate para su preservación que dio vida más tarde a una ley que va en ese sentido, impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente. Además, prácticamente muchos de los proyectos inmobiliarios que hay en la ciudad (necesarios, por lo demás, para una urbe en constante crecimiento) chocan en su momento con agrupaciones ambientalistas preocupadas legítimamente del resguardo de los humedales.
Por esto es que el portazo a la ordenanza resulta tan vergonzante para una ciudad en extremo sensible con los humedales. Mirado en retrospectiva, llama la atención que las áreas jurídica y medioambiental le hayan dado cuerpo a una norma que fue más allá de lo que podía, sin atender los aspectos administrativos y legales que debieron haber estado en la mesa, exponiendo, además, la figura del alcalde y del Concejo Municipal, que en abril del año pasado le dio su visto bueno.
La propia edil Evelyn Chávez dijo esta semana, tras conocer el fallo de la Corte, que "sabíamos que la ordenanza se pasaba un poco de los límites de la ley". Esta declaración debería ser leída con más atención: los concejales, pese a encontrarse frente a una norma que les generaba dudas, concurrieron con su voto para la aprobación.
Errores de este tipo no debiesen quedar así como así. Lo sensato sería seguir el hilo de lo que pasó y determinar las responsabilidades.