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La historia tras los dos enigmáticos laberintos de arbustos en Mendoza

MALARGÜE. Jorge Carmona dice que el circular es más fácil de resolver que el cuadrado.
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Agencias

En el país de Jorge Luis Borges, los laberintos son mucho más que un mero pasatiempo. Jorge Carmona construyó hace doce años en la remota localidad de Malargüe, a los pies de la cordillera de los Andes, dos laberintos enfrentados capaces de desafiar la paciencia de cualquier paseante.

Los planes de Carmona, de 65 años, comenzaron hace dos décadas, cuando ideó, junto a su esposa Raquel, los primeros esbozos de los dos laberintos que pueden visitarse hoy en la provincia de Mendoza, uno redondo y el otro cuadrado.

Recién casados, Carmona y Raquel pasaron su luna de miel en las sierras de la provincia de Córdoba, donde quedaron fascinados por varios laberintos.

"Nos encantaron", recuerda emocionado Carmona, que había llegado a Malargüe a los 20 años, buscando la prosperidad económica del petróleo.

"A los veinte años trabajábamos en la chacra, teníamos viñas y frutales. Vinimos mi hermano y yo a buscar trabajo en el petróleo", relata a Efe.

A 150 kilómetros de esta ciudad se levantan los pozos más septentrionales del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de gas natural no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo.

"Trabajamos aquí 15 años (...) es un trabajo muy lindo", rememora el creador de los laberintos, que perdió su puesto de trabajo en la petrolera estatal YPF, cuando esta fue privatizada a principios de la década de los 90 por el Gobierno de Carlos Menem.

Aprendió por correo

"El petróleo se puede terminar, pero el turismo se queda": esas fueron las palabras que le dijo el intendente de la localidad al entonces joven Carmona.

Sin haber cursado la secundaria "porque había que trabajar en la finca", Carmona se apuntó entonces a un curso asociado a la 'Continental School', una red que ofrecía clases de dibujo por correo.

"Todo eso me sirvió para empezar a dibujar, y empecé con los laberintos", dice Carmona, que sigue trabajando "casi a diario" en sus creaciones, pese a casi haber perdido la visión de un ojo.

El primer paso a la hora de diseñar un laberinto es dibujarlo en el suelo. Según Carmona, no es necesario hacerlo a tamaño real.

"Me llevaba mucho tiempo, porque como no me salía lo borroneaba", recuerda.

"Los hacía en cartulinas de esas gigantes (...), buscaba otros laberintos que estaban ya hechos y me gustaban", dice.

La siguiente etapa consistió en desecar los terrenos en los que Carmona y su esposa levantaron sus dos dédalos, compuestos por más de 100.000 árboles.

"Tuvimos varios inconvenientes con faltas de agua, pero hemos instalado un sistema de riego por goteo", explica, lamentando que las últimas lluvias en la zona hayan "estropeado" los setos que conforman los laberintos, algo más agrestes que de costumbre.

Carmona recomienda recorrer primero el laberinto circular, más sencillo de resolver.

"Es sólo seguir el camino", asegura.

Lo cierto es que en el primer laberinto no es necesario tomar ninguna decisión, ya que sólo hay una vía que conduce al centro del rompecabezas, culminado por una pequeña fuente.

La resolución se complica en el laberinto cuadrado, diseñado como un reto mayor para los paseantes.

"Yo me sé de memoria el camino, primero lo podaba y lo regaba yo solo (...) Tanto recorrido se le queda a uno grabado", dice.

Científicos Logran penetrar en la proteína que es esencial para el aprendizaje y la memoria

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Un equipo de investigadores logró observar en una escala atómica la "compuerta" de una proteína que es esencial para el aprendizaje y la memoria, un descubrimiento que podría servir para diseñar fármacos contra la esquizofrenia, el ictus y otras enfermedades neurológicas.

Lo lograron investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España y otros centros y universidades de ese país, y los resultados se publican en Nature Communications.

El CNIO señala que todo el comportamiento humano (aprender de una experiencia, recordar una anécdota o modificar una actitud) es el resultado del intercambio de compuestos químicos entre neuronas, los llamados neurotransmisores.

Y que desentrañar qué ocurre exactamente a escala molecular cuando las neuronas se comunican entre sí, en un proceso llamado "sinapsis", es indispensable para entender el cerebro humano y para contribuir a solucionar problemas de salud mental.

Los investigadores consiguieron observar y describir la estructura de una proteína (la Asc-1) presente en la membrana de las neuronas, una proteína que actúa como una "compuerta" que se abre y se cierra y que actúa como transportador específico para determinados aminoácidos claves para el aprendizaje y la memoria.

La actividad de esa proteína, recordó el CNIO, se relaciona con distintos tipos de enfermedad mental, y conocer su forma tridimensional permitirá el desarrollo de nuevos fármacos para estas patologías.

El científico Óscar Llorca, del CNIO, explica que modular la actividad de esa proteína puede ser una estrategia terapéutica en afecciones como el ictus y la esquizofrenia, y ha precisado que la determinación de su estructura a resolución atómica es importante "porque puede ayudar en la búsqueda de compuestos que modifiquen su actividad".

Sin precedentes

El trabajo ofrece a los investigadores una visión sin precedentes de su estructura y funcionamiento.

"Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la compleja maquinaria celular subyacente a procesos cognitivos fundamentales, sino que también nos acerca al desarrollo de intervenciones terapéuticas más precisas para una gama de trastornos neurológicos", señala Manuel Palacín, de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona.

Todas las células del organismo tienen en su membrana "compuertas" para intercambiar sustancias con el medio exterior: proteínas que están continuamente abriéndose y cerrándose según las necesidades de la célula.

Esta proteína (Asc-1) está principalmente en las neuronas del hipocampo y la corteza cerebral, en el cerebro, y se especializa en introducir o sacar de la neurona dos aminoácidos fundamentales para las conexiones neuronales (las sinapsis) implicadas en el aprendizaje, la memoria y la plasticidad cerebral -la capacidad que tiene el sistema nervioso de modificar sus circuitos en respuesta a nuevos entornos-.

Las fluctuaciones en el suministro de esos aminoácidos se han asociado a la esquizofrenia, a los infartos cerebrales, a la ELA y otras enfermedades neurológicas, según el CNIO, que ha observado que desde hace tiempo que se intenta, de momento sin éxito, diseñar fármacos que regulen la actividad de esa enfermedad para tratar estas enfermedades, por lo que conocer con detalle su estructura atómica puede aportar información clave para lograrlo.

Jeff Bezos dona US$100 millones para proyectos de IA contra el cambio climático

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El Fondo Bezos para la Tierra donará hasta 100 millones de dólares para soluciones de inteligencia artificial (IA) contra el cambio climático y la pérdida de la naturaleza.

El objetivo de Jeff Bezos es buscar proyectos innovadores y averiguar cómo la IA moderna puede ayudar a abordar la crisis climática, además de inspirar una colaboración más profunda entre los grupos en primera línea de las soluciones medioambientales y los principales proveedores de tecnología de inteligencia artificial.

Las solicitudes se abrirán en mayo, señala la web del Fondo.

Según Bezos, la pregunta a responder es si puede la IA moderna ayudar a contrarrestar el cambio climático y la pérdida de naturaleza y, en caso afirmativo, cómo.

"mentes brillantes"

"Reuniendo a mentes brillantes de distintos campos, quizá podamos inventar nuevas formas de avanzar", añade el fundador de Amazon.

En su primera ronda, se promoverán soluciones en tres áreas de interés: proteínas sostenibles, conservación de la biodiversidad y optimización de la red eléctrica. También se incluirá una categoría para ideas potentes fuera de estas áreas.

En la primera fase, se concederán hasta 30 subvenciones iniciales a ideas prometedoras y los premiados enNueva York a finales de septiembre.