Redacción

El general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, asistió ayer al funeral del mayor de la institución asesinado mientras combatía un asalto en Quinta Normal, Emmanuel Sánchez (27), donde afirmó que "debemos ser más fuertes frente a esta ola de delincuentes, asesinos (y) victimarios que tanto temor y daño nos han generado en el último tiempo".

"Hoy más que nunca tenemos que seguir trabajando, hacernos más cohesionados y fortalecer la entrega de información, trabajar de forma sistemática e integralmente para evitar que sigan ocurriendo estos hechos lamentables", agregó el general, quien a comienzos de mayo será formalizado por su eventual responsabilidad en vulneraciones a los Derechos Humanos cometidas durante octubre de 2019.

"Hoy más que nunca debemos estar unidos, no sobra nadie", señaló el director, junto con que Carabineros continuará con la Policía de Investigaciones (PDI) en el "compromiso de trabajar para hacer de nuestro país un país más seguro", sobre todo frente al avance del crimen organizado y la inseguridad en las ciudades, temas que han marcado los últimos meses.

Yáñez también recordó a otros mártires de la institución desde el año pasado, como la sargento Rita Olivares, el cabo Daniel Palma y el carabinero Alex Salazar. Ellos, destacó el general director en el funeral de Sánchez, "nos invitan a reflexionar por qué somos carabineros".

Ascenso y medalla

El general director contó en la ceremonia religiosa que "Emmanuel ingresó a nuestra escuela el 1 de febrero de 2014", y "destacó en una serie de acciones que demuestran no sólo una labor ejemplar, sino su profesionalismo", lo que ayer le valió "el ascenso póstumo al grado de mayor".

"Por las muestras de cariño y apoyo demostradas por la comunidad, por la que dio su vida, la 22° Comisaría de Quinta Normal llevará su nombre, como señal de respeto y memoria permanente, y se materializará en los próximos días", anunció Yáñez, además que "este 27 de abril, día de nuestro aniversario institucional, junto a otros destacados carabineros, se impondrá póstumamente la 'medalla al valor' al mayor Emmanuel Sánchez, en manos de su esposa Macarena y su pequeño hijo Pedro".

La noche del jueves se conoció la noticia del deceso de Sergio Melnick, exministro de Augusto Pinochet y actual concejal de la comuna de Las Condes, quien tenía 72 años.

A lo largo de su trayectoria fue reconocido por su participación tanto en el ámbito económico como político. De profesión ingeniero comercial, también ejerció como panelista de televisión y escritor.

Durante el régimen de Pinochet, Melnick fue ministro de la Oficina de Planificación Nacional (Odeplan) entre 1987 y 1989. También tuvo participación en directorios de varias empresas importantes en el país como SQM, Chilectra y Chilefilms.

Como comunicador fue parte de programas políticos en Chilevisión, Mega y radio Agricultura, además de columnista.

Su deceso fue comunicado por la Municipalidad de Las Condes, que destacó "su mirada innovadora sobre todo en temas de tecnología y modernización".

Diversas figuras políticas expresaron su pesar. El líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, manifestó que "nos deja un hombre inteligente, práctico y con mirada de futuro. Entregó su vida a lo público".

El senador y exrepublicano Rojo Edwards afirmó que "muere un grande de la política en Chile y un gran ser humano" y el diputado Gonzalo de la Carrera, también exrepublicano, lo calificó como "un maestro, gurú, aprendiz de mago, gran amigo y tremendo ser humano".

Muchas veces los profesores buscamos cosas raras. Hace unos días necesitaba encontrar información sobre un jurista filipino del siglo XVIII. Afortunadamente alguien en Wikipedia se había interesado por él y pude resolver mi problema. Al abrir la página, apareció un aviso donde me pedían una donación. Me llamó la atención que los montos que proponían eran muy pequeños comparados con las veces en que consulto ese sitio para buscar cosas tan diversas como el año del mapa de Juan de la Cosa, el más antiguo donde aparece América, o la filmografía completa de nuestro cineasta Miguel Littin.

La mente se me fue varios siglos para atrás, a la figura de Isidoro de Sevilla. A comienzos del siglo VII, él escribió sus Etimologías, una obra enciclopédica donde pretendía resumir todo el conocimiento de su tiempo. Su trabajo fue muy influyente en toda la Edad Media, aunque tenía algunos problemas. De partida, tuvo que escribirla él solo y, además, aunque su biblioteca debe haber sido muy buena, no habrá pasado de trescientos libros, en el mejor de los casos podría haber consultado una de dos mil volúmenes.

La apuesta de Wikipedia es muy original, porque pretende que hagamos un proyecto semejante al de Isidoro, aunque entre todos y en múltiples idiomas. Un trabajo de hormigas, pero inteligentes. Además, mientras un manuscrito de las Etimologías costaba una fortuna, porque alguien debía copiarlo a mano, Wikipedia es gratis. No me refiero sólo a que no debamos pagar por ver sus contenidos, sino a que la gente que escribe una voz en esta enciclopedia o la corrige dedica mucho tiempo a hacerlo y no recibe ninguna retribución. Ni siquiera aparece su nombre en el texto que leemos. Tampoco tiene publicidad, porque se financia con donaciones.

Hoy nos parece todo esto muy normal, pero en sus inicios, en 2001, muchos deben haber pensado que Jimmy Wales y Larry Sanger, sus fundadores, estaban locos: no parecía posible llevar a cabo el proyecto de colaboración intelectual más grande de la historia sobre la base de la gratuidad y el desinterés.

Muchas veces se nos dice que lo único relevante en nuestra sociedad es lo que se refiere al dinero, la influencia o el poder. Sin embargo, recuerdo haber oído hace muchos años al filósofo Alejandro Llano formular una pregunta desconcertante: ¿Qué sucedería si en este momento hubiera en el mundo una "huelga de solidaridad"? Imaginemos que, a partir de este instante, ya nadie realiza nada por simple buena voluntad; que se deja de hacer favores, y que cada uno se limita a llevar a cabo sólo aquello a lo que está obligado por un contrato o por la ley. Pienso que todo el edificio social se viene abajo si le quitamos el cemento de la solidaridad.

Sólo un ingrato incorregible podría negar que gran parte de lo que somos lo debemos a la generosidad de otros. Muchos de ellos son unos completos desconocidos, a los que nunca volveremos a ver, como ese bombero que apaga un incendio en un lugar cercano de nuestra casa, o aquel que nos enseña algo en un tutorial de YouTube. Otras veces se trata de personas muy cercanas, que hicieron mucho más de lo debido, incluso cuando ni siquiera podíamos hablar para darles las gracias.

El año pasado me tocó ver el caso de una mamá que había pasado más de 200 días en el hospital acompañando a su hijo de pocos meses que estaba enfermo. Lo hacía con toda naturalidad, como algo evidente, y siempre con una sonrisa, aunque muchas veces no podía ocultar su cansancio. Esa guagua alguna vez crecerá, pero es imposible que sepa lo que se hizo por ella. Nadie podría pensar: ¿Y para qué acompañar a alguien que no es consciente de ser acompañado? Esa pregunta no tendría sentido.

Es verdad que también existe el egoísmo, la frescura, la flojera o incluso la traición. Todo está mezclado en nuestro mundo, como también sucede en internet, donde existen cosas tan disímiles como Wikipedia o clases gratuitas sobre todo tipo de materias, hasta gente que se dedica a difundir la pornografía o la violencia. Sin embargo, porque hay de todo, no es justo que no valoremos el trabajo que hacen esas variadas hormigas solidarias que mantienen nuestro mundo en pie.