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Hans Richter presentó su renuncia como rector de la UACh

PASOS A SEGUIR. Consejo Superior debe evaluar si acepta la dimisión. Hecho se produce en medio de la obligación de la universidad para aplicar su Plan de Recuperación 2024-2025.
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El viernes 12 de abril se reunirá el Consejo Superior de la Universidad Austral de Chile, para decidir si acepta o rechaza la renuncia presentada ayer por el rector Hans Richter.

Esa instancia deberá también determinar los pasos a seguir, frente a una eventual elección de nueva autoridad.

Todo esto, en el marco del proceso que enfrenta la UACh para implementar su Plan de Recuperación 2024-2025, aprobado por la Superintendencia de Educación Superior y cuyo primer plazo de ejecución es de tres meses. Esto implica reestructuración, reducción de gastos y revisión administrativa, para que -en primer lugar- el presupuesto de 2024 se ejecute sin déficit.

Una carta

El rector Richter comunicó su decisión al presidente del Directorio, Francisco Luzzi, y entregó una carta a la comunidad universitaria (ver recuadro) para exponer sus razones.

Desde la institución detallaron: "La Secretaría General de la UACh informó que desde el 9 al 12 de abril (inclusive) subrogará como rector el Dr. José Dörner Fernández. Cabe señalar que es el Consejo Superior Universitario -integrado por el Consejo Académico, el Directorio, más un representante de los trabajadores de la Universidad- la instancia que resolverá si se acepta o no la renuncia del rector, así como las acciones de transición hacia un nuevo gobierno universitario".

Desde 2021

El doctor Richter ejercía como rector desde junio de 2021, tras ganar las elecciones internas ante la doctora Maite Castro. Su período concluía en 2025.

Se hizo cargo de la universidad en reemplazo del Dr. Oscar Balocchi, quien era rector subrogante desde enero de ese año, tras la salida polémica del ex rector Dr. Oscar Galindo, a quien se le pidió la renuncia, tras ser acusado de irregularidades administrativas y económicas.

En su investidura, Richter llamó a "recuperar el espíritu universitario de la querida Universidad Austral de Chile. Si lo logramos, todos los demás desafíos institucionales podrán ser resueltos. Ese es el llamado. Sin duda, con ustedes vamos a transformar la cultura institucional, la forma de hacer las cosas y avanzaremos hacia una Universidad plenamente insertada en el siglo XXI".

Sin embargo, a poco andar de su gestión comenzaron dificultades, principalmente por despidos, llamados a retiro e investigaciones sobre la situación económica heredada de las anteriores administraciones.

La SES ordenó una investigación y se cifró en 28 mil millones de pesos las pérdidas de los últimos años y en 91 mil millones de pesos la deuda acumulada.

La Superintendencia pidió un Plan de Recuperación, que fue elaborado en febrero de este año y devuelto con observaciones; las que fueron subsanadas. Finalmente el Plan fue aprobado el viernes pasado.

En medio de ese proceso, el 7 de marzo de 2024 el Consejo Académico (formado por los decanos y autoridades universitarias) pidió la renuncia del rector Richter, hecho que no se concretó en ese momento y que coincidió con la licencia médica de la autoridad; permiso que concluyó este lunes.

Ayer, al regresar a su puesto, el rector dimitió. Hasta el viernes, cuando se evalúe su renuncia, permanecerá haciendo uso de días administrativos.

"Los esfuerzos llevados a cabo por el equipo de Rectoría han demandado una gestión con gran desgaste... Producto de este desgaste sostenido en el tiempo -que incluso ha llegado a afectar mi salud- y, como una manera de facilitar la ejecución de las difíciles medidas y cambios que se requiere implementar en los próximos dos años, hoy he presentado mi renuncia..."

Hans Richter, Rector Universidad Austral

Carta a la comunidad universitaria

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Al presentar su renuncia, Richter entregó esta carta a la comunidad de la UACh: "Desde que asumió, la actual Rectoría ha enfrentado enormes dificultades. No es fácil liderar una institución de alta complejidad bajo condiciones materiales adversas impuestas por un voluminoso endeudamiento a 30 años desde el 2019, debilidades históricas de gestión en los ámbitos académico y financiero, además de los sobrecostos asociados a la pandemia y la alta inflación de 2021 y 2022.

En todo momento, el actual equipo de Rectoría ha realizado sus mejores esfuerzos. Prueba de ello es haber logrado la aprobación del Plan de Recuperación UACh 2024-2025, complejo instrumento de gestión en el cual trabajamos sin pausa junto a todos los estamentos desde el 24 de noviembre de 2023.

En este contexto, los esfuerzos llevados a cabo por el equipo de Rectoría durante los últimos dos años y medio han demandado una gestión extenuante, compleja y desafiante, con gran desgaste profesional, familiar y personal para todos los integrantes del equipo.

Producto de este desgaste sostenido en el tiempo -que incluso ha llegado a afectar mi salud- y, como una manera de facilitar la ejecución de las difíciles medidas y cambios que se requiere implementar en los próximos dos años, hoy he presentado mi renuncia al cargo de Rector ante el presidente del Directorio de la Universidad.

Esta breve nota tiene por objeto principal agradecer muy sinceramente el apoyo decidido de cientos de integrantes de la comunidad universitaria. En particular, como equipo directivo superior podemos estar orgullosos de los constructivos diálogos sostenidos de manera permanente con el estamento estudiantil, el más importante de la Universidad, lo que se tradujo en una búsqueda conjunta de soluciones y una incidencia mínima de paros y movilizaciones.

Deseo agradecer muy sinceramente el extraordinario trabajo de numerosos directivos que formaron o forman parte de los equipos de Prorrectoría, Vicerrectorías, Direcciones, Sede, Campus y Campo Clínico, por su templanza, compromiso a toda prueba, dedicación, honestidad y sabiduría. No resta más que desear éxitos al Rector (S) José Dörner y al renovado equipo directivo superior en los desafíos que nos depara el futuro".

El asilo diplomático

Pedro Díaz PolancoDocente de Análisis Político Internacional. Instituto de Gestión e Industria, UACh
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La policía ecuatoriana irrumpió el pasado viernes en la Embajada de México a fin de detener a Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, quien se encontraba en la sede diplomática mexicana a partir del asilo que el presidente López Obrador le concediera. Lo anterior, a pesar de que sobre Glas existen dos sentencias asociadas a actos de corrupción generados en tiempos en los que él era autoridad de gobierno.

Ante esto, y producto de la irrupción en el edificio diplomático, se ha provocado una grave crisis entre Ecuador y México, lo que ha implicado no sólo la ruptura de relaciones entre ambos Estados, sino también el repudio de la comunidad internacional en lo que respecta a la decisión de Ecuador de vulnerar la reconocida "inviolabilidad" que gozan las Embajadas.

Ahora, y en lo que refiere al análisis de la controversia, es importante señalar que Ecuador, y con anterioridad a lo que fue su irrupción en la Embajada mexicana, ya había señalado su desacuerdo con la concesión del asilo diplomático en favor de Glas, ya que esta es una institución de derecho internacional que se ha de aplicar a personas que son perseguidas políticamente, por lo que no sería aplicable a personas condenadas por delitos comunes.

Esta posición está refrendada en el artículo 1 de la Convención de Montevideo sobre el Asilo Político de 1933, y, en el artículo III de la Convención de Caracas sobre el Asilo Diplomático de 1954; no obstante, también es importante señalar que la Convención de Caracas, y en virtud de su artículo IV, establece que el Estado que ofrece el asilo diplomático tiene el derecho a calificar los hechos y el contexto por los que se está solicitando el asilo, por lo que -en este caso- no basta la existencia de sentencias en contra del ex vicepresidente ecuatoriano para calificarle como responsable de un delito común, ya que estas podrían haberse alcanzado a través de la violación del debido proceso y el Estado de Derecho, lo que provocaría que las sentencias en cuestión tengan el potencial de ser el producto de una persecución política. En ese contexto, es importantísimo recordar que Ecuador y México son Estados Parte de la Convención de Caracas sobre el Asilo Diplomático de 1954.

Así entonces, y a la luz de lo que establece el derecho internacional -y con total independencia a la interpretación que México pudiera hacer respecto a lo que fueron los procesos jurídicos que sentenciaron a Glas- es correcto señalar que Ecuador no sólo se excedió en su decisión de irrumpir en la Embajada mexicana, sino también comprometió su responsabilidad por hechos internacionalmente ilícitos al transgredir una norma de derecho internacional, lo que podría llevar a México a demandar a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia.

"Ecuador no sólo se excedió en su decisión de irrumpir en la Embajada mexicana, sino también comprometió su responsabilidad por hechos internacionalmente ilícitos"