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Científicos conectan microbioma infantil con el desarrollo de autismo y TDAH

UNIVERSIDAD DE FLORIDA. Estudio concluyó que los cambios en los microbios que colonizan el tracto intestinal están relacionados con futuros diagnósticos del neurodesarrollo.
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Agencias

Ciertos cambios en el microbioma intestinal infantil pueden presentar una correlación con futuros diagnósticos de trastornos del desarrollo neurológico como autismo y TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), según un informe divulgado el jueves por la Universidad de Florida (UF).

El estudio, el primero de su tipo, arroja que los cambios en el microbioma infantil (microbios que colonizan el tracto intestinal y desempeñan un papel importante en el desarrollo del sistema inmunitario y la salud) muestran una correlación con futuros diagnósticos del trastornos de neurodesarrollo.

Unos cambios en el microbioma que también se relacionan con factores ambientales e incluso tratamientos comunes para las infecciones de oído durante la infancia, señala el estudio realizado por científicos del Instituto de Ciencias Agrícolas y Alimentarias de la UF (UF/IFAS) y de las universidades de Linköping y de Örebro, en Suecia.

Para el estudio se emplearon datos acumulados durante 20 años de 16.440 niños suecos que formaron parte del programa denominado All Babies in Southeast Sweden (ABIS).

De este total de niños, 1.197, equivalente al 7,28%, desarrollaron algún trastorno del neurodesarrollo.

En los análisis de los primeros cinco años de vida de los niños se examinaron factores biológicos y ambientales que podrían influir en la presencia, disminución o ausencia de ciertas bacterias vinculadas al desarrollo de condiciones como el autismo, el TDAH, la discapacidad intelectual o los trastornos del habla.

El equipo de investigación encontró "diferencias importantes en los microbiomas intestinales de los bebés que luego recibieron diagnósticos de trastornos del desarrollo neurológico". Estos diferían según el diagnóstico, pero también se observaron patrones comunes, señala el estudio.

Muchas bacterias que promueven la salud intestinal, incluidas Akkermansia, Bifidobacterium, Ruminococcus y Faecalibacterium, "eran deficientes" en infantes con diagnósticos futuros de trastornos del desarrollo neurológico.

Esta correlación con el diagnóstico futuro se mantuvo sólida, incluso después de que los investigadores consideraran ciertos factores de confusión como el modo de parto, la dieta, la vulnerabilidad psicosocial y las exposiciones tóxicas.

Infecciones al oído

Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio fue la correlación encontrada entre "los trastornos del desarrollo neurológico y el tratamiento de infecciones de oído mediante el uso de antibióticos como la penicilina" en la primera etapa de la infancia, dijo Eric Triplett, profesor y director del Departamento de Microbiología y Ciencias Celulares de UF/IFAS, uno de los autores del estudio.

Según los hallazgos del estudio, los niños que experimentaron tres o más infecciones de oído tratadas con penicilina, desde su nacimiento hasta los 5 años de edad, tenían una probabilidad 3,89 veces mayor de desarrollar un trastorno del habla, 3,27 veces más alta de desarrollar TDAH y 2,44 veces mayor de desarrollar una discapacidad intelectual.

En contraste con los niños que no experimentaron infecciones de oído, los microbiomas de aquellos que desarrollaron trastornos del desarrollo neurológico años después contenían niveles más elevados de Citrobacter, un género de bacterias asociado con la inflamación, así como niveles más bajos de Coprococcus, un género de bacterias asociado a una salud mental positiva.

Los investigadores sospechan que la penicilina aumenta los niveles de Citrobacter y disminuye, si no elimina, Coprococcus en el microbioma.

"No estamos tratando de decir que los antibióticos sean necesariamente algo malo", aclaró Angelica Ahrens, científica investigadora de UF/IFAS y coautora del estudio.

Sin embargo, apuntó Ahrens, "es posible que su uso excesivo tenga efectos negativos en el microbioma, y para algunos niños, por cualquiera que sea la razón, su microbioma podría no recuperarse tan fácilmente".

El estudio encontró también que el tabaquismo materno durante el embarazo condujo a una probabilidad 3 veces mayor en los niños de desarrollar un trastorno del desarrollo neurológico.

Cuando las madres fumaban más de 15 cigarrillos al día, el humo de segunda mano provocó que sus niños tuvieran 4,88 veces más probabilidades de desarrollar TDAH, y, cuando el padre fumaba más de 15 cigarrillos al día, los niños tenían 3,47 veces más probabilidades de desarrollar autismo.

Niveles de dióxido de carbono y metano volvieron a alcanzar niveles récord

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Los niveles de los importantes gases que atrapan el calor en la atmósfera alcanzaron niveles históricos del año pasado, aumentando a un ritmo casi récord, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).

El dióxido de carbono, que es el más importante y abundante de los gases de efecto invernadero producidos por los seres humanos, alcanzó en 2023 la tercera mayor cantidad en los 65 años de que se tiene registro, anunció el viernes la NOAA. A los científicos también les preocupa el rápido crecimiento en los niveles atmosféricos de metano, un gas que atrapa el calor de menor duración pero mayor potencia. Ambos aumentaron 5,5% en la última década.

El aumento de 2,8 partes por millón en los niveles de dióxido de carbono transportado por el aire de enero a diciembre de 2023 no fue tan alto como en 2014 y 2015, pero dichos niveles fueron mayores que en cualquier otro año desde 1959, cuando se comenzó a llevar registros precisos. El nivel promedio del dióxido de carbono en 2023 fue de 419,3 partes por millón, 50% más que en la época preindustrial.

Los niveles de metano del año pasado aumentaron a 11,1 partes por cada 1.000 millones y fueron menores que los aumentos anuales récord de 2020 a 2022. Su promedio fue de 1922,6 partes por cada 1.000 millones el año pasado. Ha aumentado 3% apenas en los últimos cinco años, y creció 160% desde los niveles preindustriales, mostrando índices de crecimiento más rápidos que el dióxido de carbono, dijo Xin "Lindsay" Lan, científica atmosférica de la Universidad de Colorado y de la NOAA, que realizó los cálculos.

"El aumento decenal del metano debería aterrarnos", dijo Rob Jackson, climatólogo de la Universidad de Stanford que dirige el Proyecto Global del Carbono, que da seguimiento a las emisiones mundiales de dióxido de carbono pero que no participó en el informe de la NOAA. "La contaminación por combustibles fósiles calienta los sistemas naturales como los humedales y el permafrost. Esos ecosistemas liberan aún más gases de efecto invernadero mientras se calientan. Estamos entre la espada y la pared".

Las emisiones de metano en la atmósfera provienen de los humedales naturales, la agricultura, el ganado, los rellenos sanitarios y la filtración y quema intencional de gas natural en la industria del petróleo y el gas.