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por agudizar los índices de personas de la tercera edad postradas. Si tenemos que pasar acostados para no resfriarnos por el frío", admitió el adulto mayor.
Según profesionales de la salud, el frío afecta de manera directa la salud de la población general; pero, para los adultos mayores es un factor de riesgo aún mayor e incluso un riesgo de muerte. Son varios los cuadros clínicos que se pueden presentar en este segmento etario como consecuencia de la llegada de las bajas temperaturas, entre los que destacan la hipotermia, la deshidratación, las lesiones de la piel, las caídas y el agravamiento de las enfermedades crónicas.
"No es sólo el frío que a mi madre le genera dolores, como que muchas agujas clavaran su cuerpo, es la impotencia que ella siente al querer comprar un metro de leña y darse cuenta que su pensión no le alcanza. Estamos comprando en saco, porque tener una leñera llena para el invierno es parte de una vida que nosotros perdimos hace diez años, cuando falleció mi padre y quedamos sólo con mi mamá enferma", dijo Marisol Garcés, de 64 años, quien vive con su madre de 88 años en la comuna de Osorno.
Un abandono
Corina Miranda, presidenta de la Unión Comunal del Adulto Mayor de Castro, en Chiloé, explicó que uno de los mayores problemas que enfrentan los adultos mayores en la Isla Grande, y probablemente en la región, es el alto precio de la leña, que es el principal insumo para calefaccionar los hogares.
"Estamos hablando que el metro cúbico puede llegar fácilmente a 70 mil pesos. Si eso lo llevamos a la práctica, dura un mes, porque nuestra gente lo utiliza para cocinar. Hablamos que las temperaturas son realmente bajas en invierno. Pero, no hay apoyo alguno de las autoridades de ningún gobierno, ni de los parlamentarios que tienen recursos suficientes para tener la casa calefaccionada. Les cuesta mucho ponerse en el lugar de un adulto mayor que no tiene otra opción que estar acostado durante horas, e incluso días, porque su pensión no le alcanza para algo básico como comprar leña para calentar su hogar y cocinar", detalló la dirigenta.
Agregó que vienen planteando esta problemática desde hace años, sin mayores resultados. "Tener que elegir entre alimentarse o calefaccionarse es muy cruel para cualquier persona, pero en el caso de los adultos mayores puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Dirán que no se mueren de frío, pero si lo llevamos a la realidad, muchas de las enfermedades que se les complican son las de invierno o las crónicas, por no estar en un ambiente adecuado. Debería existir un subsidio para la calefacción. Hablamos que tenemos a nuestros adultos mayores expuestos al frío por más de ocho meses al año. Si eso no es crueldad, entonces ¿qué es?", enfatizó Miranda.
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el país hay casi cuatro millones de adultos mayores, siendo más la cantidad de mujeres que de hombres. El segmento representa el 19.2% de la población de Chile. Según datos presentados por el Ministerio de Desarrollo Social, el 85,8% de las personas mayores es autovalente, mientras que sólo el 14,2% está en situación de dependencia. Estamos viviendo más años, siendo hoy nuestra esperanza de vida de 80 años. Para el año 2050, las personas mayores representarán el 31,6% de la población del país.
Fabiola Oyarzún Cárdenas, presidenta de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Puerto Montt, explicó que existe una tremenda deuda del Estado con los adultos mayores, que en su gran mayoría depende de una pensión que bordea los 200 mil pesos, la cual con suerte dura 15 días.
"Al jubilar te encuentras con una paupérrima realidad: simplemente sobrevivo mes a mes, porque el costo de la vida es cada día mayor. Nosotros no tenemos ninguna opción de incrementar estos ingresos. Son personas que dieron sus mejores años aportando a la sociedad, que después les da vuelta la espalda, al punto de olvidar que tienen que comer, calefaccionar sus hogares, comprar medicamentos, entre otras cosas. La vejez puede ser muy ingrata y dolorosa para quienes están solos, sin redes de apoyo y que -lamentablemente- son muchos", expresó la dirigenta.
Precisó que es fundamental que los parlamentarios mejoren el sistema de pensiones que existe, porque de eso depende que miles de adultos mayores mejoren su calidad de vida. "Hoy son muchos los que sólo pueden comer una sopa con fideos y zanahorias durante dos semanas, calefaccionarse con un brasero a carbón, porque hemos vuelto al uso de este elemento, y estar acostados muchas horas al día, porque la plata no alcanza. A esas mismas personas que con esfuerzo compran leña, llegan algunos vendedores sin escrúpulos y les dan la mitad de la cantidad, leña verde e incluso los tratan mal verbalmente. Lo que sería bueno es un subsidio para adultos mayores para calefacción, como es en zonas extremas, porque acá tenemos bajas temperaturas durante ocho meses, que son un alfiler clavado en el cuerpo de nuestros adultos mayores y parece que poco o nada importa", expresó la dirigenta puertomontina.
José Ferrada, presidente de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Osorno y presidente del Consejo Regional de Asesores del Senama, aseguró que las personas de la tercera edad están siendo ignoradas y abandonadas en muchos temas. Sostuvo que el Estado no genera políticas públicas que vayan en su apoyo.
"En el tema de la calefacción, estamos absolutamente abandonados, siendo que somos los que más complicaciones tenemos en invierno. No hay ningún tipo de subsidio para comprarla o planes de apoyo para entrega de insumos para la calefacción. Los adultos mayores son un tema recurrente en marchas, discursos políticos, conversaciones sociales, pero en la práctica somos invisibles para muchas personas que no saben que un adulto mayor en su cuadra está pasando frío o necesidades. Si lo ven con un bidón, nadie lo ayuda. Es una realidad muy preocupante. Las autoridades no han escuchado, a pesar que somos una fuerza importante al momento de las elecciones, que es como califican a las personas al momento de diseñar políticas públicas a todo nivel desde lo local a nacional", comentó Ferrada.
Agregó que no es posible que las personas de la tercera edad deban elegir entre calefaccionarse, comer o medicarse por sus patologías.
"Es una situación muy crítica. Los precios de la leña, que llegan a los $70 mil y con ingresos tan bajos, no queda otra que optar por comprar un saco que dura tres días. Inventan políticas públicas para descontaminar el aire, pero a los únicos que perjudicaron fue a los adultos mayores, ya que los convencieron para cambiar de leña a pellet y ya en dos inviernos han quedado sin productos, porque no hay y no pueden levantarse a las seis de la mañana para hacer una fila. Es un problema que como sociedad se niega a ver. Porque el frío lo sentimos todos, pero los que más sufren son los adultos mayores, ya que para nosotros el frío es motivo de desgaste en la salud. Es una tortura ver que no hay dinero para calentar el hogar, cuando las manos y pies están helados y no hay más remedio que acostarse", comentó Ferrada.
"En el tema de la calefacción estamos absolutamente abandonados, siendo que somos los que más complicaciones tenemos en invierno. No hay ningún tipo de subsidio para comprarla o planes de apoyo".
José Ferrada,, Unión Comunal de Adultos Mayores de Osorno .