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El proyecto que busca evitar en el futuro accidentes como el de Baltimore

BARCELONA. Investigadores trabajan en concepto de fusible estructural.
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Agencias

Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (Icitech) de la Universitat Politènica de València trabajan en un proyecto sobre el concepto de fusible estructural en edificios para aislar las zonas que puedan colapsar por algún fallo y que en un futuro pretenden aplicar a los puentes, lo que podría evitar accidentes como el de Baltimore.

El puente Francis Scott Key de la ciudad de Baltimore, en Estados Unidos, colapsó el martes a consecuencia del choque de un barco carguero contra uno de sus pilares.

El investigador José Miguel Adam Martínez, que lidera el grupo del Icitech, explicó a Efe que por lo visto en las imágenes del accidente de Baltimore, "el puente, a priori y según como colapsa, parece que está bien diseñado y todo conectado bien pero al haber un impacto en un elemento clave hizo que este fallo local arrastre por completo la estructura".

"Lo que está por encima de la pila -la estructura vertical de soporte y sustentación del puente- tal y como se ve, está bien diseñado; hay mucha continuidad y todo está perfecto. Sin embargo, cuando falla algo, esta continuidad tira del resto de la estructura y provoca un colapso a gran escala", añadió.

Recordó que hay puentes en los que se ha actuado para evitar este tipo de colapso, "en los que si falla una parte se aísla del resto": puentes que están sobre el mar o en vías navegables en los que puede impactar un barco. "Aquí esto no ocurrió, pero no tengo dudas de que el puente está bien diseñado por encima de la pila", asegura.

"Hay soluciones en estos puentes en vías navegables en los que se deja una isla alrededor de la pila para protegerla y en el caso de que vaya un barco de cara a la pila frene el impacto. No he llegado a ver si en este había esos elementos pero si los había, la energía que llevaba el barco ha pasado por encima de esa protección", agregó.

Adam explicó que actualmente tienen una vía de trabajo "monitoreando y evaluando este tipo de puentes de acero como el de Baltimore ante fallos locales o menores. Cuando hay una falla, analizamos si se va a propagar al resto del puente o no".

Además, detalló que otra de sus investigaciones es "intentar aislar fallos mayores en edificios" y añadió que "en un futuro la idea es continuar esta vía de investigación en puentes para que cuando haya un fallo muy grande en una parte del puente o de un edificio, no se propague al resto".

"Trabajamos en lo que se llama un concepto de fusible estructural; no es un elemento como tal, es un concepto: cuando hay un fallo muy grande en una parte del edificio dejamos que esa parte que va a fallar, falle y que no se propague al resto. De ese modo, evitamos fallos inevitables como el caso del puente de Baltimore", indicó.

El investigador explicó que cuando acabe este proyecto europeo, "la idea es llevarlo también a puentes que están en vías navegables en los cuales puede haber fallos de pilas debido a impactos de barcos".

"Hay un elemento clave que es el pilar, hay que protegerlo frente al impacto de barcos porque si falla, va a provocar un desastre. Otra opción es diseñar el puente para que, ante ese fallo, no se propague al resto", concluyó.

Hacer ejercicio tres veces a la semana, por una hora o más, disminuye el riesgo de insomnio

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Practicar ejercicio tiene muchos beneficios para la salud y hacerlo de forma constante, dos o tres veces a la semana, durante un largo periodo, se relaciona ahora con tener un menor riesgo de insomnio, según un estudio realizado durante una década.

Esta práctica constante y a largo plazo de ejercicio se vincula además con la capacidad de dormir entre seis y nueve horas cada noche, indica el estudio que publica BMJ Open y firman, entre otros, la Universidad de Reikiavik, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), la Universidad Pompeu Fabra y el Hospital Galdakao-Usansolo (Vizcaya).

Estudios anteriores sugirieron que la actividad física favorece un sueño de mejor calidad y puede mejorar los síntomas del insomnio crónico, pero no quedaba claro en qué medida contribuyen a esta asociación el sexo, la edad, el peso (IMC), la forma física general, la salud general y el tipo de ejercicio.

Los investigadores evaluaron la frecuencia, duración e intensidad de la actividad física semanal y los síntomas de insomnio, el tiempo de sueño nocturno y la somnolencia diurna entre adultos de mediana edad en nueve países europeos.

Miles de personas

En el estudio participaron 4.399 personas (2.085 hombres y 2.254 mujeres) que respondieron a preguntas sobre la frecuencia y duración de la actividad física al inicio del estudio, los síntomas de insomnio, la duración del sueño nocturno y diurno.

Los que hacían ejercicio al menos dos o más veces por semana, durante una hora semanal o más se clasificaron como físicamente activos.

Durante los diez años que duró el estudio, 37% de los participantes fueron inactivos persistentes; 18% se volvieron físicamente activos; el 20% se volvieron inactivos; y el 25% fueron activos persistentes.

Los participantes de Noruega eran los más propensos a ser persistentemente activos, mientras que los de España, seguidos de los de Estonia, a ser persistentemente inactivos, indica la investigación.

Los resultados, ajustados por edad, sexo, IMC, antecedentes de tabaquismo y centro donde se realizaba el estudio, indicaron que las personas persistentemente activas tenían significativamente (42%) menos probabilidades de tener dificultades para conciliar el sueño.

Asimismo, la probabilidad de presentar cualquier síntoma de insomnio era 22% menor y tenían 40% menos de probabilidades de declarar dos o tres síntomas de insomnio.

Sueño de nueve horas

En cuanto al total de horas nocturnas de sueño y la somnolencia, los persistentemente activos tenían una probabilidad significativamente mayor (55%) de tener un sueño normal y una probabilidad significativamente menor (29%) de tener un sueño corto (6 horas o menos).

La probabilidad de tener un sueño superior a las nueve horas era el 52% en ese mismo grupo, señala BMJ.

Las personas que a lo largo de estudio se volvieron activas tenían un 21% más de probabilidades de tener un sueño normal que los que seguían inactivos.

Usan inteligencia artificial para ayudar a mejorar la cerveza belga

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La Inteligencia Artificial (AI) no deja de sorprender con sus innumerables aplicaciones. En esta ocasión, demostró su valía para predecir cómo valorarán los consumidores una determinada cerveza belga y qué compuestos aromáticos se pueden añadir para mejorarla.

Comprender y predecir si los consumidores disfrutarán de nuevos sabores alimentarios es una tarea compleja en la que influyen numerosos compuestos químicos y factores externos.

La relación entre la química de la cerveza y las preferencias de las personas se suele investigar mediante ensayos con consumidores, que pueden ser limitados y hace que las comparaciones entre distintos tipos sean sesgadas.

Un equipo de investigadores belgas caracterizó más de 200 propiedades químicas de 250 cervezas comerciales de 22 estilos, según un estudio que publica Nature Communications.

"Quería tener una descripción más neutra y científica de las distintas cervezas del mundo" para poder comparar y predecir "cómo sabe realmente un cerveza", explicó Kevin Verstrepen, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y uno de los firmantes de la investigación.

Además de medir las concentraciones de cientos de compuestos aromáticos, cada cerveza fue evaluada según 50 criterios por un grupo de 15 personas e incluyeron datos de más de 180.000 opiniones públicas de consumidores de una base de datos de reseñas en línea, proceso que duró cinco años.

Una vez lograda la base de datos, los investigadores entrenaron modelos de aprendizaje automático para conectar ambas variables de manera que se pudieran predecir los aromas clave y la puntuación final de apreciación de una cerveza sin necesidad de cata humana.

Estos resultados se utilizaron para mejorar el sabor de una cerveza belga comercial existente, añadiendo determinados aromas predichos por el modelo para aumentar la calidad de la cerveza, la cual mejoró bastante en las catas a ciegas.

Los autores sugieren que esta herramienta podría ayudar a mejorar el control de calidad y el desarrollo de recetas de cervezas, o potencialmente de otros alimentos y bebidas.