Votante informado
Adolfo Alvial,consultor internacional en acuicultura
El votante informado es una aspiración imprescindible en democracia, especialmente cuando hoy el voto es obligatorio. La indiferencia de los electores propicia la elección de autoridades oportunistas y mediocres. Quejarse de la incompetencia o negligencia en su gestión cuando ya están instaladas, no sirve, y el riesgo de una administración desastrosa es inminente.
Un mínimo esfuerzo de información, hoy muy accesible, permite excluir en las urnas a candidatos ignorantes y efectistas, que abundan en promesas de todo tipo y en discursos llenos de consignas y carentes de contenido.
Este año se eligen autoridades comunales y regionales, tomadores de decisiones que impactan nuestra calidad de vida, particularmente en prevención y manejo de desastres y delincuencia, planificación territorial, gestión de la basura, desarrollo y protección de espacios públicos, entre otros.
Tareas todas que requieren de capacidad y propuestas concretas y fundamentadas, y en las que varios ya han demostrado su incompetencia.
Cuando se aproxima la nueva elección, numerosas autoridades que pretenden repostularse, han hecho declaraciones y denuncias sobre materias que debieron prever con prioridad y urgencia, en un claro intento de ocultar su propia responsabilidad.
Ha ocurrido con los trágicos incendios de Valparaíso, la violencia y el comercio ambulante en Santiago y la gestión desastrosa de residuos y el despilfarro de proyectos mal evaluados y no auditados en nuestra región que toda la ciudadanía ha podido constatar, sin que haya aún soluciones o resultados concretos. En todos ellos, las autoridades contaron con antecedentes suficientes para haber tomado medidas oportunas.
Sus actuales declaraciones y querellas son extemporáneas, y solo persiguen transmitir una imagen de preocupación y compromiso ante un nuevo proceso eleccionario. Videos y entrevistas rimbombantes, discursivas y teatrales culpando a terceros que ellos y ellas acogieron o no fiscalizaron.
Una falta de respeto a la buena fe e inteligencia de la gente. Patético. Un modus operandi, un libreto recomendado, frente a un electorado que, si se informa mínimamente, no debiera reelegirlos.