El turismo de capa caída poscovid-19
No deja de llamar la atención la dura crítica de los operadores turísticos de la Región de Los Lagos, de sus cuatro provincias, respecto del sombrío presente que vive la actividad, la más golpeada como consecuencia de las restricciones de movilidad y aforos, producto de la pandemia del covid-19, un virus del que pocos se acuerdan, excepto aquellos que perdieron un ser querido, quedaron sin trabajo o sufrieron incluso quiebres familiares, como consecuencia de las extensas cuarentenas.
Qué duda cabe que la caída ostensible en la inversión en el gasto de la promoción del destino Región de Los Lagos, que pasó de US$14 millones a sólo a la mitad en cuestión de años, sólo podría empeorar un presente de la industria sin chimeneas que requiere de un impulso sólido. ¿Y el Gobierno? Su mejor señal es que al día de hoy, 21 de noviembre, aún no elige a un director regional de Sernatur, tras la renuncia de Iván Pérez (RD), el pasado 15 de agosto.
El turismo es una actividad económica, social y cultural que genera beneficios para los países, las regiones y las comunidades que lo practican. Contribuye al crecimiento económico, al empleo, a la diversificación productiva, a la conservación del patrimonio, a la integración cultural y al desarrollo sostenible. Sin embargo, para que el turismo sea una fuente de oportunidades y de bienestar, se requiere de una adecuada planificación, gestión y promoción de los destinos turísticos.
La promoción de estos lugares y actividades de interés es una estrategia clave para atraer, satisfacer y fidelizar a los visitantes, así como para diferenciar y posicionar a los destinos en el mercado turístico. La promoción implica el diseño y la implementación de acciones de comunicación, marketing, publicidad, relaciones públicas y eventos, que permitan dar a conocer y valorar los atractivos, los servicios y las experiencias que ofrecen los destinos a los potenciales turistas. ¿Qué pasa hoy entonces si se invierte apenas la mitad del dinero que se utilizaba en la época prepandemia? La respuesta es lógica y apunta únicamente a que la actividad seguirá tambaleando por culpa de un burocracia ineficiente, a días que parta la temporada alta.