Ola de asaltos en la zona
Los violentos atracos a casas con moradores representa un nuevo escalamiento en el accionar delictual en Puerto Montt y Puerto Varas.
Veinticuatro días. En ese corto período de tiempo se registraron cinco violentos asaltos en Puerto Montt y Puerto Varas a casas con moradores. En todos ellos se utilizó un método muy similar: los delincuentes, premunidos de armas de fuego, entraron a la fuerza a las viviendas, maniataron a los residentes, los amenazaron y se dieron el tiempo necesario para hurgar y llevarse lo que considerasen necesario para sus deleznables fines. La inmovilización de sus víctimas les dio suficiente margen como para explorar y escapar, sin que haya hasta ahora algún detenido por estas acciones.
Mientras las autoridades regionales han enarbolado algunos éxitos en su lucha por una mayor seguridad en el marco del plan Calles sin Violencia, y mientras la policía ha dado algunos golpes efectivos contra el narcotráfico (el último ocurrió en el Barrio Puerto de la capital regional), la comisión de estos violentos atracos, vulnerando la intimidad de los hogares, representa sin duda un gran traspié en las intenciones de llevar tranquilidad a la ciudadanía. Con razón la población está expresando un renovado temor ante esta nueva tipología de delitos. Antes, se circunscribían a aquellos lanzazos en la calle y uno que otro robo a viviendas sin moradores; ahora, que cinco casas, tanto en sectores rurales como urbanos, hayan sido escenario de atracos por parte de personas armadas en menos de un mes, debe llamar la atención del Gobierno, de la Fiscalía y de las instituciones policiales.
Puede que bandas locales estén importando técnicas delictivas propias de la zona central, puede que sean grupos que llegaron desde Santiago, puede que sea una expresión más de agrupaciones criminales que ya han mostrado sus tentáculos en la zona. Puede ser muchas cosas que le corresponderá al Ministerio Público determinar en coordinación con las policías. Lo relevante, para la ciudadanía, es que haya resultados concretos y rápidos de las pesquisas, por cuanto esta ola de asaltos ha venido a añadir una no despreciable cuota a la inseguridad reinante que, al final del día, termina impactando en las decisiones domésticas y cotidianas de las personas.
Este escalamiento en el actuar delictual que ha quedado en evidencia en Puerto Montt y Puerto Varas debe estar en el centro de las preocupaciones del Gobierno.