Recuperación del Barrio Puerto
Tanto este sector como Angelmó constituyen el corazón de una ciudad construida en torno al mar.
Si hubiese que elegir algún lugar emblemático de Puerto Montt, uno que con su sola presencia tuviese la capacidad de evocar el pasado de una ciudad que se edificó en torno al mar, al final del Chile continental, lejos del centro político y económico, ese podría ser el perímetro que abarca al Barrio Puerto y Angelmó, centro de la actividad marítima, uno, y centro de una escuela artística que marcó presencia en el país, el otro. Íntimamente ligados, siempre de la mano de su profunda conexión con el mar, ambos sectores, o sólo un gran sector, si es que se quiere, el amplio barrio desde donde Puerto Montt se conecta con las islas del sur representa fielmente el corazón de una urbe única en el país, singular tanto por su cruce de caminos (el terrestre y el marítimo) como por la potencia creadora del arte y la gastronomía.
En cualquier lugar del mundo, si contasen con un centro económico y cultural de este tipo, se le cuidaría, se le preservaría, bajo la convicción de que allí reposa la historia y que, por tanto, ahí se encuentran las bases para un desarrollo futuro siempre conectado con la memoria. En Puerto Montt, lamentablemente, tal cosa no ocurre. El Barrio Puerto se ha convertido en un lugar peligroso, abandonado por las autoridades -en boca de sus propios vecinos-, entregado a la suerte de narcotraficantes que se aprovechan de la desidia urbana y de quienes sin respeto alguno por la propiedad privada se hacen de viviendas sin moradores. Hace poco más de una semana, precisamente, dirigentes vecinales del sector alertaban sobre el abandono del Barrio Puerto, con casas okupa por doquier, venta de droga y calles llenas de hoyos, todo reflejo perfecto del desprecio que ha habido hacia un sector que es orgullo de una ciudad, pero un orgullo únicamente mental, pues poco se ha hecho en lo concreto.
Pocos días después de esa denuncia recogida por El Llanquihue, la policía desbarató a una banda dedicada a la venta de drogas en el sector. Acciones de este tipo son concretas y apuntan directo a la demanda por mayor seguridad para un Barrio Puerto que necesita reverdecer laureles, de la mano tanto de la erradicación de la delincuencia como de respuestas urbanas eficaces para su reposicionamiento.