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El riesgo de parto prematuro por fumar en el embarazo es mucho mayor de lo que se creía

ESTUDIO. Se midieron además efectos en recién nacidos y de consumir cafeína en exceso.
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Agencias

Las mujeres que fuman durante el embarazo tienen 2,6 veces más probabilidades de dar a luz prematuramente que las no fumadoras, más del doble de la estimación anterior, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

El estudio, cuyos detalles se publican en la revista International Journal of Epidemiology, también revela que fumar aumenta cuatro veces las probabilidades de que el bebé sea pequeño para su edad gestacional, con el consiguiente riesgo de complicaciones potencialmente graves, como dificultades respiratorias e infecciones.

Por el contrario, el equipo no halló pruebas de que consumir cafeína estuviera relacionado con resultados adversos.

Actualmente se sugiere a las mujeres que dejen de fumar y limiten el consumo de cafeína durante el embarazo para evitar complicaciones al bebé.

Fumar durante el embarazo se asocia a un mayor riesgo de retraso del crecimiento fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer, aunque también se ha relacionado con un menor riesgo de preclampsia (hipertensión).

También se ha demostrado que un consumo elevado de cafeína, presente en multitud de productos (café, té, chocolate, bebidas energéticas, refrescos y medicamentos) se asocia a un menor peso al nacer y, posiblemente, a un retraso del crecimiento fetal.

Tabaco y cafeína en sangre

Para saber cómo afectan estos productos al organismo, se analizan los niveles de metabolitos en sangre, es decir, los subproductos químicos que se generan cuando el organismo procesa sustancias como el tabaco y la cafeína.

En este estudio, los investigadores de Cambridge y del Hospital Rosie, reclutaron a más de 4.200 mujeres que acudieron al hospital entre 2008 y 2012 analizaron las muestras de sangre a un subconjunto de estas mujeres cuatro veces durante sus embarazos.

Para evaluar la exposición al humo del tabaco, midieron los niveles del metabolito cotinina, que puede detectarse en la sangre, la orina y la saliva.

Sólo dos de cada tres mujeres con nivel detectable de cotinina en cada muestra de sangre eran fumadoras autodeclaradas, lo que demuestra que esta es una forma más objetiva de evaluar la conducta de fumar.

En el análisis del tabaquismo se incluyó a 914 mujeres, el 78,6% no expuestas al tabaquismo en el embarazo, el 11,7% expuestas en cierta medida y el 9,7% de forma constante.

En comparación con las mujeres que no habían estado expuestas al tabaco durante el embarazo, las que sí lo habían estado tenían 2,6 veces más probabilidades de sufrir un parto prematuro espontáneo -más del doble de la estimación anterior de 1,27 realizada a partir de un metaanálisis de estudios- y 4,1 veces más probabilidades de sufrir un retraso del crecimiento fetal.

Se descubrió que los bebés de madres fumadoras pesaban una media de 387 gramos menos que los hijos de no fumadoras, es decir, más de un 10% menos que el peso de un recién nacido medio, lo que aumenta el riesgo de que el bebé tenga un peso bajo al nacer (2,5 kg o menos) y, a su vez, está vinculado a un mayor riesgo de problemas de desarrollo y a una peor salud en la adultez.

Sin embargo, a diferencia de estudios anteriores, el equipo no encontró pruebas de que fumar redujera el riesgo de preeclampsia.

"Sabemos desde hace tiempo que fumar durante el embarazo no es bueno para el bebé, pero nuestro estudio demuestra que es potencialmente mucho peor de lo que se pensaba. Pone al bebé en riesgo de sufrir complicaciones potencialmente graves por crecer demasiado despacio en el útero o por nacer demasiado pronto", explica el jefe de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Cambridge, Gordon Smith.

Para evaluar la ingesta de cafeína, los investigadores buscaron el metabolito paraxantina en 915 mujeres, de las que, el 12,8% tenían niveles bajos de paraxantina a lo largo del embarazo (lo que sugiere una ingesta baja de cafeína), el 74,0% niveles moderados y el 13,2% tenían niveles altos.

Hubo pocas pruebas de una asociación entre la ingesta de cafeína y cualquiera de los resultados adversos.

No da lo mismo el fondo de pantalla que pones para videoconferencias: la primera impresión es la que queda

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El fondo de pantalla elegido para una videoconferencia influye en el juicio del interlocutor. Así, los que aparecen sobre fondos con plantas o libros son percibidos más competentes y fiables que los que eligen una habitación o una imagen descontextualizada o borrosa.

Además, el sexo y la expresión facial también determinan la opinión del interlocutor, según un estudio de la Universidad de Durham (Reino Unido) publicado en revista Plos One.

Estudios anteriores demostraron que las primeras impresiones pueden marcar una diferencia real en la vida de las personas, como influir en las decisiones sobre condenas penales o la elección de pareja.

En los últimos años, el aumento de las videoconferencias ha dado lugar a que muchas primeras impresiones de los demás se produzcan ahora virtualmente.

Las plataformas más populares permiten a los usuarios personalizar su imagen de fondo pero pocos estudios han estudiado cómo esa elección puede influir en las primeras impresiones.

Para averiguarlo, Paddy Ross y sus colegas pidieron a 167 adultos que vieran imágenes fijas que parecían haber sido captadas durante una videoconferencia.

Cada imagen mostraba el rostro de un hombre o una mujer, sonriente o con expresión neutra, sobre un fondo que incluía una sala de estar, una sala de estar borrosa, plantas de interior, un estante, una pared en blanco o la imagen de una morsa sobre un iceberg en el Ártico.

Los participantes informaron sobre el grado de competencia y confianza que percibían en cada rostro.

Plantas y otros fondos

El análisis demostró que los rostros con plantas de interior y estanterías eran considerados más dignos de confianza y competentes que los rostros con otros fondos. Los rostros sobre un espacio habitable (sala de estar) y sobre una imagen fuera de contexto (la morsa) fueron percibidos menos competentes o fiables.

Asimismo, los participantes tendían a percibir los rostros felices y los rostros femeninos como más dignos de confianza y competentes.

Sin embargo, entre los rostros femeninos, los que tenían un fondo de salón no se percibieron como menos dignos de confianza que los que tenían plantas de interior o un estante, lo que sugiere que la menor fiabilidad asociada al fondo de salón se debía principalmente a los rostros masculinos.

Los autores admiten que se necesita más investigación y ampliar contextos culturales.