Centralismo y fuerza productiva
En el encuentro "Gremios por Chile" que se realizó en Puerto Montt, volvió a aparecer la vieja traba que atraviesa a todo el país.
Falta de capacitación, centralismo y medio ambiente. Esas fueron las principales conclusiones obtenidas en el encuentro "Gremios por Chile" que se hizo en Puerto Montt esta semana, y al que la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) invitó a empresarios y agrupaciones gremiales de la zona. Conviniendo en que se trata de la mirada de los agentes del sector productivo de Los Lagos, quienes fueron los convocados, lo cierto es que no dista, aunque con matices, de la que hay en buena parte del aparato público, universidades y sociedad civil acerca de los nudos que hay que destrabar para que se despliegue el potencial de la zona.
En cuanto a la falta de capacitación, ha de recordarse que el progresivo desarrollo de la Región de Los Lagos ha dejado patente la necesidad de contar con un recurso humano más calificado. Rubros como el de la salmonicultura, agricultura, turismo y marina mercante requieren cada vez más de personal que le agregue valor a las respectivas actividades, las cuales se han convertido en poderosos imanes laborales para la llegada de nuevos habitantes de la zona.
En lo que concierne al centralismo, es el obstáculo histórico al que se ha enfrentado no sólo Los Lagos, sino que el resto de las regiones del país. Aunque desde hace dos años ya que la figura del gobernador regional supuso un avance importante en materia de autonomía, persisten variados nudos en la administración pública que terminan por ralentizar decisiones de todo tipo. Quienes se mueven en este ámbito suelen escuchar frases como "hay que consultarlo con Santiago", "hay que esperar la directriz del nivel central" o "falta el permiso de la oficina nacional", y mientras en la capital del país todo se decide de forma diligente, en regiones se debe bailar al son de una música que llega con desfase allá donde mucho se decide, y vuelve con desfase acá que es donde se interesa.
Para que desate con propiedad la fuerza productiva de las regiones, se necesita un cambio en las formas de relación con el nivel central, uno en que mayores rangos de autonomía, asumidos por cierto con responsabilidad, permitan decidir con rapidez y eficiencia para que el Chile extra Santiago deje de mirar hacia el ombligo.