Todos los monos son peludos: sería una verdadera curiosidad encontrar a un mono pelado, salvo al que tiene las sentaderas al rojo, y que recibe el nombre de Mandril. Y sería poco elegante tratar a alguien de mandril, pues se entendería que tiene al descubierto sus rojas sentaderas, y podría asociarse al "ratón de cola pelá". Este último, perfectamente pudo "aparecer", en el análisis político de la señora Piergentili, que no fue muy gentil en la caracterización de sus "aliados" políticos. No obstante, hay acepciones de "mono" que la señora desconoce: "lindo", "gracioso". Pero se puede deducir que no era su intención prodigarle adjetivos "benéficos" a los aliados. Las palabras amables, son para los contrarios. Las descalificaciones son para los amigos. Así se hace política, pues oye, sobre todo cuando se es bien pensante, como la Naty.
Volviendo al mandril, es necesario señalar que los colores de su trasero tienen como fin la visibilidad, mantener al grupo unido, entre la vegetación. Esto último es muy importante, porque en la política se actúa - hoy como ayer - , violando sin remordimientos la ley de la selva. Por ende, la sabiduría del mono queda fuera de cuestión, porque aprovechan la coloración de su trasero para mantenerse unidos y se reconocen entre ellos con solo una miradita a los glúteos, sin que eso conlleve acusaciones de acoso por parte de les compañeres mandriles. "Si miras a tu alrededor verás que es peor/ peras con manzanas no se pueden juntar/ no me mezcles a mí con los ratones de cola pelá" (Chancho en piedra).
Los ratones de cola pelada no existen en realidad, aún cuando hay una especie de roedores llamados, "ratones desnudos" o "ratones sin pelo", que son conocidos por su falta de pelaje en todo el cuerpo, incluyendo la cola. Estos ratones desnudos son el resultado de mutaciones y se han criado en laboratorios para la investigación científica, especialmente en estudios relacionados con genética y enfermedades cutáneas. Es decir, cumplen idéntica función que los "conejillos de indias", pero no nos explayaremos en eso, ya que el vocablo "conejillo", puede resultar más despectivo que las apreciaciones de la Naty. Justo es reconocer, eso sí, que ella se disculpó por todo, y tiene ahora un discurso parecido a nada que difiere absolutamente en todo, de cuando se empeñó en ir en listas separadas para las elecciones de consejeros constitucionales.
Como usted recordará, la novela "La Metamorfosis" de Kafka cuenta la historia de un humano, que se acuesta como tal, y amanece convertido en insecto. Cosas de la Literatura. Y no hay que desconocer la existencia de metamorfosis diarias, o periódicas de todo tipo, en todo orden de cosas. Algunas, por cierto, son más entretenidas que otras.