Puerto Montt desde la óptica de los jesuitas
En esta segunda entrega, compartimos la llegada de la Compañía de Jesús a la hoy capital regional de Los Lagos y el significado de su instalación de acuerdo al libro Historia de la Residencia y Colegio incoado de la Compañía de Jesús de Puerto Montt (en su idioma original -latín- Historia Domus).
El primer vicepárroco de Puerto Montt fue Antonio Barrientos, quien asumió el 6 de marzo de 1856, pero "…este solo sacerdote y sin poseer ningún idioma extranjero, no era suficiente para remediar tamaños males y satisfacer tantas necesidades".
La evangelización en el amplio escenario de la zona Sur Austral era demasiado para el obispo de Ancud, la que recién se había fundado en 1840 escindiéndose de Concepción: "Apenas el R.P. Francisco de Paula Solar, provincial de los RR.PP. Mercedarios, fue nombrado obispo de la Diócesis de Ancud, trató de proveerse de mayor número de sacerdotes. Pues toda su diócesis que se extiende desde el río Imperial hasta la Tierra del Fuego, es decir, desde los 39° a los 56° de latitud y aunque tiene muchos lugares desiertos y otros poblados por solo indios infieles, todavía ocupa la población católica un territorio de 150 leguas (724 kilómetros) de norte a sur y como dos grados de este a oeste, sin contar las misiones entre infieles ni la población de Magallanes, con 112.000 católicos, no tenía más que nueve sacerdotes seglares, incluso los señores canónigos, y unos treinta y tres Regulares, incluso los misioneros de indios".
Determinación
Esta decisión de traer jesuitas germanos no solo fue una decisión del nuevo obispo sino que también de la Iglesia Católica a nivel nacional: "Felizmente trató este asunto con su ilustrísimo y reverendísimo arzobispo Valdivieso quien le aconsejó trajese religiosos, más bien que clérigos, y sobre todo de la Compañía de Jesús de la nación Alemana para establecerlos en la colonia que era el puerto más necesitado y de donde se podrían temer mayores males…" Claro que en el siglo XIX la Compañía de Jesús a nivel mundial aún era perseguida en muchos países por lo que "…declararse por ellos era granjearse enemigos y exponerse no solo a dicterios (insultos) de ciertas gentes temibles, sino también a los insultos de la prensa". Incluso, según los propios jesuitas, el arzobispo "…propuso su resolución al Presidente privadamente y este le aprobó su proyecto con el mismo sigilo y por igual razón".
Después de un sufrido naufragio en el canal de Chacao de los tres primeros jesuitas, lograron llegar a Puerto Montt donde fueron acogidos en una casa construida para ellos por orden del obispo de Ancud con fondos de la Sociedad Evangélica de Melipulli. La ubicación de ese inmueble -ex calle Curicó, actual Guillermo Gallardo 269- será fundamental en el emplazamiento y desarrollo de los jesuitas en el futuro de Puerto Montt ya que correspondió exactamente a su residencia hasta el año 2011: "La casa…era decente y con alguna comodidad, pero no era casa religiosa, como se puede ver en el plano. La primera diligencia fue poner una división en el zaguán para tener constantemente cerrada la portería con solo su rejita y campanilla, cerrar una parte del terreno que se le había adjudicado y cortar toda comunicación con los de afuera, a no ser la muy precisa para ejercer los ministerios".
Traslados
Si bien no eran muchas las familias alemanas a la llegada de los jesuitas alemanes ya que la inmensa mayoría de ellos se trasladaban a sus hijuelas en torno al lago Llanquihue, sí había una gran cantidad de chilenos.
"Puerto Montt tendría entonces algo más de mil personas establecidas allí de fijo, sin contar los transeúntes y los muchísimos que a sus tiempos concurrían para el corte de madera, 38 eran las familias alemanas, 27 de las cuales eran católicas…pero solo 10 vivían como tales, es decir, practicando con mayor o menor diligencia las obligaciones del catolicismo…" Entonces, "fijaron las horas en que cada día dirían las Misas, la una para los chilenos, y la otra para los alemanes…".
Al parecer, a partir de la radicación de los jesuitas, ellos mandaron a construir una capilla propia en el sector que les fue asignado, distinta a la que existía con la viceparroquia, la que "…tiene 7 varas de ancho (5,8 metros) y solo 12 de largo (10 metros) y sin embargo no se llenaba. Pues que asisten solo de 12 a 35 alemanes y a veces hasta 12 protestantes. Los chilenos poco concurrían a la Capilla, ni siquiera a confesarse, tal vez por la molestia que causa la pronunciación de extranjeros y, muchos más, recién llegados al país".
La llegada y la prédica de los jesuitas activó conflictos con los protestantes que reproducían las luchas clericales del país y el mundo: "los católicos se reanimaron y los protestantes reconocieron que en adelante no podrían propagar sus erróneas doctrinas, no propalarlas como si fueran verdades y que difícilmente lograrían establecer sus sectas, pues habría quien con celo velaría por los derechos de la religión católica que es la de Chile y por la pureza e integridad de las sanas doctrinas que ella enseña…".
Entrega
La nueva viceparroquia de Puerto Montt solo estuvo seis años a cargo de los sacerdotes seglares dependientes de Ancud, cuando el mismo obispo Solar decidió entregarla "…al cuidado de los padres de la residencia" jesuita. Esta responsabilidad no era menor, especialmente para esos años de ausencia de caminos: "Con no ser propiamente sino una viceparroquia hasta el año 1894, en que fue declarada parroquia; ni extenderse sino a un trozo del territorio desmembrado de la antiquísima parroquia de Calbuco, abrazaba…una extensión desmedida, cuyas distancias por la parte más ancha de norte a sur y de este a oeste no eran mucho menos de 40 leguas, lo bastante para formar una diócesis y que el día de hoy, año de 1909, forma ya 5 parroquias: Puerto Montt, Puerto Varas, Puerto Octay, Las Quemas, Cochamó y parte de otra que es Panitao. Todo el distrito tendría por entonces unos 10.000 chilenos, repartidos en 10 pueblecitos, sin contar con Puerto Montt y las colonias de la laguna, que juntos aumentarían otros 2.000 habitantes".
En 1860 la Historia de la Residencia…1859-1914 jesuita indicaba que antes de la llegada de ellos, en ese mismo territorio, había solo dos capillas, pero "…desde que se establecieron nuestros padres, ellos iban anualmente a dar misión en todos los parajes en que hubiera un núcleo regular de gente, aunque no tuviesen capillas. Y a la fecha de 1865 se habían ya construido dos capillas nuevas y otras tres estaban en vía de construirse".