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Calbucanos y la necesidad de contar con un museo

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El Museo Histórico Municipal de Calbuco, institución creada con el propósito de recoger y preservar el patrimonio histórico y cultural de la comuna, fue una entidad dependiente de la municipalidad, fundado el 14 de febrero del año 2001. Dependió directamente del Departamento de Cultura de la Dirección de Desarrollo Comunitario, siendo su director encargado, desde su fundación, el profesor e investigador Roberto Barría Vargas.

Desde siempre constituyó un anhelo al interior de la comunidad poder contar con un museo histórico. El primero fue inaugurado el 30 de abril de 1976, por la Dirección Municipal de Educación. Se encontraba frente a la plaza de armas, en un edificio de dos pisos hoy extinto. Su funcionamiento fue limitado, quedando la ciudad durante las décadas siguientes sin un museo. A inicios de los 90' escritores locales dejan plasmado en la crónica de la prensa regional, la inquietud y necesidad de contar con un espacio financiado por la municipalidad para la implementación del tan añorado Museo de Calbuco.

En el museo actual, cerrado a fines de 2022 y que generó preocupación e inquietud en la comunidad, sobresalían piezas y colecciones museográficas de gran valor patrimonial e histórico del área cultural de Chiloé, abarcando un marco temporal desde la historia primitiva hasta el siglo XX, como material lítico de gran valor arqueológico, imágenes religiosas y artilugios de origen colonial, cuadros y fotografías del Calbuco de inicio del siglo pasado, entre otros. Su ubicación era en calle Avenida los Héroes 428 (ex Douglas), compartiendo recinto con la Biblioteca Pública Municipal. Su horario de funcionamiento era de 09:00 a 18:00 horas, de lunes a viernes, sábado de 10:00 a 14:00 horas. Su ingreso era liberado.

Casona patrimonial

El mismo recinto que albergaba el museo es una casona patrimonial cuya construcción se sitúa a inicios del siglo XX, y que guarda estrecha relación con la época de auge de la industrias de conservas de productos del mar en la ciudad isla, que otorgó otrora gran crecimiento económico. Era un recinto que presentaba las falencias de una estructura deteriorada por el paso del tiempo, siendo una amenaza que podría afectar la integridad y seguridad de lo que se albergaba en su interior.

Desde su origen el museo histórico estuvo financiando por la municipalidad. Se carece de iniciativas vinculadas a promover un financiamiento mixto que involucre el aporte económico de privados a la extinta institución cultural. Siguiendo este patrón, la política comunal se ciño a una especie de Estado arquitecto que controlaba todo el financiamiento de esta entidad patrimonial. La transferencia económica directa del municipio es la que permitió su funcionamiento.

Se privaba de financiamiento destinado a actividades de extensión y divulgación del museo a la comunidad. Realidad no coincidente con otras instituciones del mismo tipo dentro de la región, ya que no existían fondos dirigidos hacia la promoción de la entidad a la sociedad, de manera de ser atractiva la cultura al público destinatario. Actividades de difusión como la elaboración de afiches informativos, carteles llamativos, señalética que indicara el lugar de ubicación del museo, invitación a establecimientos educacionales etc. También se considera la utilización de los recursos tecnológicos actuales (redes sociales, página web y blog institucional, etc.), de lo cual el museo carecía.

Considerando que la producción de cultura es un elemento clave para el desarrollo íntegro y natural de cualquier sociedad, existió una clara falencia en este sentido, más aún cuando según la opinión de las autoridades se justifica que invertir en un museo no rinde, porque ese dinero serviría para la concreción de otras obras sociales, lo que enmarcamos como uno de los problemas del financiamiento en la cultura.

Aquí surge un problema de fondo, ¿Por qué financiar la cultura?, y en concreto ¿por qué es necesario financiar un museo? Si la cultura es un factor de desarrollo y crecimiento, y su satisfacción un derecho humano, es necesario invertir en expresiones culturales como a la que hace mención. Un museo es una cápsula que refleja el pasado histórico, cultural y patrimonial de un pueblo. Ingresar en él es transportarse a través de un vehículo constructor de identidad, de la formación de un sentido de pertenencia a través del conocimiento del pasado, un ente de integración local para la sociedad actual y futura. Visitando museos hacemos nuestro el patrimonio que nos corresponde como pueblo y humanidad.

Permanente

Si la Unesco define museo como una institución permanente, sin fines de lucro y al servicio de la sociedad y de su desarrollo, que es accesible al público y que acopia, conserva, investiga, difunde y expone el patrimonio material e inmaterial de los pueblos y su entorno, para que sea estudiado y eduque y deleite al público, el Museo Histórico de Calbuco no estuvo ajeno a este discurso. Lo único que podría subsanar el atentado contra las necesidades culturales de la población que originó su cierre sería edificar un nuevo museo histórico, en un lugar propicio, con una infraestructura adecuada y que se constituya como un espacio de salvaguarda de la identidad de nuestro pueblo, recinto que nos permita viajar a conocer parte de nuestro pasado tangible y perpetuarlo en el tiempo.