Correo
Palafitos de Angelmó
Hace unos días tuve el privilegio de conversar en Castro con uno de los protagonistas de la guerra por los palafitos que los habitantes de la capital chilota libraron contra su propio alcalde, entre fines de los 70 y comienzos de los 80. Eran tiempos de dictadura, y en aquellos años los palafitos castreños aún eran sinónimo de insalubridad y marginalidad, por lo que la máxima autoridad comunal de ese tiempo había iniciado un plan para eliminarlos de la ciudad.
Si bien el edil alcanzó a destruir buena parte de ellos, la movilización de arquitectos y otros ciudadanos permitió salvar el resto. Hoy, gracias a esa defensa, sería imposible imaginar a Castro y Chiloé sin sus palafitos.
De vuelta en Puerto Montt, y dos días después de aquella conversación, leo en este diario que, por razones de seguridad, los palafitos de Angelmó tienen los días contados. Estos palafitos fueron construidos hace 30 años, en el marco de la remodelación de Angelmó impulsada por el alcalde Raúl Blanco. Pero no han sido los únicos.
Como en otros rincones del borde costero de la región, a principios del siglo pasado Puerto Montt también tuvo palafitos, igualmente nacidos como la expresión de la marginalidad de esos tiempos. Hoy no queda ninguno, excepto estos últimos, creados con fines turísticos, y que ahora serán destruidos.
Las administraciones municipales de las últimas décadas han demostrado tener casi nulo interés por preservar el patrimonio puertomontino. Por lo mismo, temo que las cosas se hagan mal de nuevo y que la demolición se convierta, con el paso de los años, en una señal más del desprecio e indiferencia por nuestra historia y capital cultural a los que nuestras autoridades ya nos tienen acostumbrados.
Me parece de suma relevancia que los concejales, el director de Secplan y el alcalde tengan absoluta claridad de lo que esta demolición significa y de lo que está en juego: un ícono como Angelmó, que pese a todos sus problemas, sigue siendo lo más pintoresco y visitado que tenemos.
Dicho lo anterior, espero estar equivocado y que esta sea una nueva oportunidad para hacer las cosas bien. Una oportunidad no sólo para demoler, sino para reconstruir y rescatar un trozo de una identidad que hemos ido perdiendo, y que harto nos hace falta como ciudad.
Nicolás Binder Igor
Angelmó y Puerto Montt
Mucho se habla sobre Angelmó y su necesidad de recambio como parte de un proceso necesario para recuperar la alicaída opinión que se tiene de no sólo los puertomontinos, sino que de muchos visitantes y turistas que llegan a nuestra región.
Muchos han sido los diagnósticos y tratamientos que se han propuesto para resolver la "enfermedad de Angelmó"; sin embargo, pocos han reflexionado que desde el inicio de los tiempo que la caleta siempre ha sido un constante desorden y desprolijidad, y puede ser que sea esto lo que le da su especial carisma y espíritu. Es necesario un cambio, es verdad, y también una oportunidad para que emprendedores jóvenes puedan demostrar que es posible darle una vuelta a Angelmó, porque la verdad es que la caleta se quedó en el pasado. Es momento de comenzar a cambiar, porque quien no se adapta a los cambios, finalmente se extingue.
Juan José González
Llanquihue y Puerto Varas
La siguiente opinión tiene como objetivo simplemente decir la verdad. Hace pocos días se realizó un campeonato del popular pádel, que sigue creciendo en moda y audiencias.
El problema central es que este evento se hizo en un club deportivo ubicado en territorio de la comuna de Llanquihue, cercano a la Ruta 5 Sur, unas ex bodegas donde están montadas las canchas.
Lo curioso es que en las publicaciones de medios de comunicación y redes sociales decían que el evento era en Puerto Varas, lo que es un completo error.
A lo anterior debo sumar la ignorancia o dolo que tienen muchos corredores de propiedades de llamar el sector de Molino Viejo, el lado de Llanquihue, como "Puerto Varas Norte". Esto seguramente para sumar valor. Es cierto que esta comuna goza de una popularidad importante, proyectos interesantes se han hecho y vendrán. Pero, ¿no será tiempo de empezar a compartir aquella fama y decir las cosas por su nombre?
El emplazamiento geográfico de Llanquihue es el mismo que Puerto Varas, incluso mejor si se aprovechara el río Maullín.
Alejandro Wahl Herrera
PC y campaña
El Partido Comunista (PC) en campaña por sus candidatos a consejeros constitucionales dice: Queremos una vida de bien, una vida segura. Una Constitución que le dé a Chile toda la fuerza para enfrentar sin tregua la delincuencia, el narcotráfico, el lavado de dinero y el crimen organizado.
Mi conclusión es que el Partido Comunista chileno alargó la temporada de circos, lo que podrían avisar es dónde instalarán la carpa.
Pablo Brahm Rosas
Día del Joven Combatiente
Respecto del Día del Joven Combatiente, asumamos que la celebración de un día en cualquier país es un evento importante que antes enalteció a esa nación y se reconoció como tal. Siendo así, ¿podría ser motivo de orgullo para la mayoría de nuestro país este día?
Caben algunas preguntas. ¿Qué o a quiénes combatían?, ¿qué aportaron para que se constituyera en un día de conmemoración nacional? Pues, con ese título, un extranjero pensaría en un evento bélico o algo destacable. Si no es así, parecería que en la casta política falta cordura en muchas oportunidades y que mañana se podría instaurar el día del delincuente, del incendiario o del terrorista.
José Manuel Caerols