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porque está arriba en la cadena, se come los peces, los peces comen otros peces más pequeños y estos se alimentan de plancton. Así, entonces, en términos de ecología se llama especies 'banderas o paragua', porque en el fondo demuestran o son indicadores que un lugar está sano y, además, es importante porque si nosotros protegemos esta especie como especie bandera, de ahí hacia abajo se conservan las otras".

Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile, en el marco de la publicación e investigación sobre el delfín chileno en el año 2021, destaca: "Los delfines chilenos, al ser altamente selectivos de sus hábitats y sensibles a los cambios ambientales de estos mismos, son unos excelentes bio-indicadores o centinelas que nos pueden dar avisos efectivos de cambios en las condiciones del área en que se encuentran".

Pese a las dificultades que supone su investigación, Christie explica que ella también ha participado en estudios junto a Espinosa y YaquPacha Chile. A ello se agrega una experta alemana que llegó a hacer un doctorado y comenzaron una investigación el año 2020 sobre el delfín chileno en Chiloé, específicamente en Yaldad, donde se hace seguimiento de los delfines, se les identifica individualmente y se trata de ir armando algo así como su historia de vida.

"En el área de los fiordos y de los canales de la Patagonia Austral, selecciona lugares que son muy costeros, poco profundos, más o menos aproximadamente 20 metros y bahías protegidas. Sectores que están cerca de ríos y que tienen nutrientes", explica; agregando que "lamentablemente son los mismos espacios que eligen las industrias acuícolas, principalmente salmoneras y que, por lo tanto, indirectamente, entran a competir por estos sitios de superviviencia para esta especie endémica".

Riesgo latente

Durante el año 2021 se dio cuenta del estudio sistemático y multidisciplinario de más larga duración sobre la especie, con un monitoreo de 20 años a través de investigaciones realizadas por el Centro de Estudios para la Conservación de Ecosistemas Marinos Cecem - YaquPacha Chile y WWF Chile, quienes estimaron un número llamativamente reducido de delfines chilenos.

Junto con el problema de quedar atrapado en redes, los investigadores han encontrado que en zonas con alto impacto de actividades salmoacuícolas, como Calbuco y Dalcahue, la piel de los delfines es colonizada por bacterias muy diferentes a las de otros lugares, incluyendo bacterias comúnmente encontradas en la piel de salmónidos cultivados, como algunos tipos de Halomonas.

"Lo que estamos comenzando a ver en nuestros primeros resultados, es cómo los delfines que habitan en costas urbanizadas están perdiendo ese equilibrio", señala Espinosa".

Por su parte, Francisco Viddi, biólogo marino de la Universidad Austral de Chile, con un Ph.D en Ciencias Ambientales y Ecología Marina de Macquarie University, Australia, menciona que uno de los principales problemas en la degradación de hábitat, "es el uso que está teniendo la salmonicultura, el uso de hábitat, de espacio y la contaminación generada por la industria salmonera, el tráfico de embarcaciones, que además se ha incrementado en la Patagonia debido al aumento de la actividad; y por supuesto hay un tema allí que también involucra la captura incidental en algunas pesquerías".

¿Qué se puede hacer? Espinosa dice que "lo más efectivo es haciendo y promoviendo áreas marinas protegidas en los lugares donde tenemos poblaciones grandes, importantes de delfines. En segundo lugar, las regulaciones de actividades comerciales. Por ejemplo, clave es la industria salmonera. Se necesitan más y mejores regulaciones en la industria salmonera. Como tercera cosa, falta mucha educación de cómo generar el menor impacto en el hábitat de los delfines".

Descartan intervención

Desde el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) no están del todo convencidos con esta mirada de los especialistas y aseguran que han participado en distintas instancias de investigación con el objeto de aportar al conocimiento respecto de la interacción entre mamíferos marinos y la industria.

"En particular, el proyecto FIPA 2018-41 que abordó esta materia ha concluido que es difícil evaluar el impacto de las interacciones entre delfín chileno y las actividades pesqueras y acuícolas. Por otro lado, los resultados del mismo proyecto indican que las poblaciones del delfín chileno, así como sus correspondientes tamaños de poblaciones, son desconocidos para la especie", agregan.

Sobre las posibles consecuencias de sus redes, dicen que el diseño de las mismas se ha modificado para minimizar el impacto a los mamíferos marinos, en particular al lobo marino, que por su tipo de alimentación es atraído a los centros de cultivo, no así los delfines, que evitan los mismos.

Hacen hincapié, además, que en 2019 se montó una plataforma de monitoreo tanto de interacciones como de avistamiento, a la que luego se sumó una obligación de reportar a la autoridad el avistamiento, además de las interacciones.

"Los resultados de estos datos muestran que no ha habido interacciones con afectación a los delfines. Además, los datos de avistamiento son en más de un 70% de lobos marinos y menos del 30 % de distintas especies de cetáceos. Todo lo anterior nos permite al menos concluir que no existen datos para poder sustentar que la industria acuícola sea un factor de riesgo para el delfín chileno, ya sea por la afectación directa como por impactos indirectos por el uso de algún producto, en efecto, de este último punto no hemos encontrado estudios que permitan mostrar ese tipo de impactos".

Pero ¿qué dicen los organismos reguladores?

Consultados al respecto, desde la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura se detalló que más allá de la veda de extracción para esta especie, y con la finalidad de avanzar en el diseño innovador de medidas de administración que propendan a mejorar la situación de la especie, durante los últimos años se desarrolló un proyecto de investigación sobre esta, financiado por el Fondo de Administración Pesquera y Acuícola (FIPA), con el fin de actualizar su estado de conservación, tener aproximaciones sobre su abundancia y particularmente sobre fuentes de presión para su conservación.

Junto a lo anterior, se está desarrollando un proyecto sobre evaluación de riesgo de captura incidental de mamíferos marinos que incluyen al delfín chileno en las principales pesquerías chilenas.

Este proyecto liderado por un equipo de la Universidad de San Francisco (EE.UU.), con la participación activa de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, el Instituto de Fomento Pesquero, ONG's y sector académico, han desarrollado hace tres años estimaciones de riesgo a lo largo de nuestras costas, asociada a la actividad pesquera.

En tanto, desde Sernapesca advirtieron su "especial preocupación por la conservación de esta especie, es así como a través del proyecto FIPA Evaluación de la interacción entre el delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia) y actividades de pesca costera y acuicultura a lo largo de su distribución, busca evaluar el grado de amenaza e impacto negativo para el delfín chileno que se derivan por las actividades relacionadas con la pesca y acuicultura a lo largo de toda su distribución".

En relación a si las salmoneras podrían ser efectivamente uno de sus principales focos de riesgo, explican que "actualmente el trabajo que se hace desde Sernapesca con los centros de cultivo, en el tema de los mamíferos marinos, gira en torno a los planes de acción frente a las interacciones de mamíferos marinos con los centros de cultivo, cuyos contenidos mínimos están establecidos en la res. 166/22 de Sernapesca y, asimismo, la res 2811/21 de Subpesca, que define el tipo y alcance de la interacción de los mamíferos marinos con la acuicultura".

"En este contexto, las normativas señaladas obligan a los centros de cultivo a informar anualmente a la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura todos los avistamientos de mamíferos marinos realizados durante el año en curso y también los obliga a que en el caso de que el o los ejemplares de mamíferos marinos ingresen al centro de cultivo o se enmalle en las redes de cultivo, y no tenga la posibilidad de salir por sus propios medios, es obligación del centro activar el plan de contingencia de interacciones de mamíferos marinos con los centros de cultivo, el que es previamente aprobado por Sernapesca, donde están establecidos los protocolos, comunicaciones, materiales y acciones definidas para la liberación de los ejemplares al medio acuático sin daños", zanjaron.

Hay que conocerlo

"El delfín chileno es la única especie endémica de cetáceo de nuestro país, es uno de los delfines más pequeños del mundo, tremendamente territorial, tímido, muy sensible a los cambios ambientales, que se mueve en grupos pequeños y del cual sabemos súper poco a lo largo de todo su rango de distribución. Esto la hace una especie tremendamente vulnerable y sobre la cual necesitamos implementar acciones de conservación, ya que mientras no tengamos mayor información con respecto al tamaño poblacional, por ejemplo, no podemos correr riesgos de perder más individuos debido a la interacción con actividades humanas", asegura Yacqueline Montecinos desde WWF Chile.

Complementa que para las nuevas generaciones "es tremendamente relevante y urgente saber más sobre la especie. La mejor forma de visibilizarla más es replicando la información que circula en los medios y redes. Usar el poder de las redes sociales por todos lados, hablar de la especie en los colegios y en los libros, entre otros lugares".

Tanto en sernapesca como en subpesca identifican acciones para su cuidado.

identificar y precisar las amenazas de esta especie es una de las tareas de los expertos.