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Chat GPT
En la actualidad, el avance tecnológico nos ha permitido tener herramientas cada vez más expuestas para la investigación. En este contexto, el uso de ChatGPT, un modelo de lenguaje natural basado en inteligencia artificial, se ha convertido en una herramienta prometedora para la investigación. Por un lado, el uso de ChatGPT puede acelerar el proceso de investigación al permitir a los investigadores recopilar y analizar grandes cantidades de datos de manera eficiente. Además, la capacidad de ChatGPT para analizar el lenguaje natural significa que puede procesar datos cualitativos de una manera más profunda y significativa, lo que a su vez puede ayudar a los investigadores a descubrir patrones y tendencias que podrían haber pasado desapercibidos en un análisis más tradicional.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, también es importante ser consciente de los riesgos que el uso de ChatGPT puede plantear para la investigación. Uno de los mayores riesgos es la posible falta de precisión o sesgo en los resultados obtenidos. Debido a que ChatGPT es un modelo basado en inteligencia artificial, está diseñado para aprender a partir de grandes cantidades de datos, lo que significa que cualquier sesgo o imprecisión en los datos de entrada puede llevar a resultados sesgados o inexactos. Otro riesgo potencial es la privacidad de los datos. A medida que los investigadores recopilan y analizan grandes cantidades de datos utilizando ChatGPT, existe el riesgo de que se violen los derechos de privacidad de los individuos incluidos en esos datos. Es importante que los investigadores tomen medidas para proteger la privacidad de los participantes y asegurar que se cumplan los estándares éticos en el uso de ChatGPT en la investigación.
En resumen, el uso de ChatGPT en la investigación ofrece una amplia gama de posibilidades y oportunidades para los investigadores. Sin embargo, también es importante ser consciente de los riesgos y tomar medidas para minimizarlos. En última instancia, la aplicación de ChatGPT en la investigación de cómo se aborden estos riesgos y cómo se integra adecuadamente en el proceso de investigación en general. Este texto fue generado por ChatGPT en respuesta a mi solicitud: "Crea una columna de opinión acerca de las aplicaciones y riesgos del uso de ChatGPT en investigación como lo haría Iván Suazo Galdames". Como dice Manuel Castells en una experiencia similar publicada en La Vanguardia de España: ahora todo es posible.
Dr. Iván Suazo, vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad Autónoma
14 años con WhatsApp
Catorce años han pasado desde que nació WhatsApp. La aplicación de nuestro celular en la que pasamos más horas del día y abrimos, en promedio, cada 10 minutos. Sí. El canal de comunicación que más utilizamos para contactar a otras personas.
Desde su masificación en 2012, millones de usuarios comenzaron a conversar de manera instantánea sin tener que entrar al computador, crear un mail, y tantos otros paso que exigían las plataformas de mensajería. Millones de personas dejaron de pagar por los SMS y comenzaron a comunicarse desde su celular gratuitamente.
Primero fue el texto, luego los audios, las fotos y videos. Posteriormente, se sumo la llamada, los stickers y la video llamada. Sólo en 2022 se lanzaron más de cinco nuevas funciones, entre ellas, los grupos y comunidades de más de 500 personas.
En pocos años, WhatsApp pasó a ser el canal de mensajería digital obligado, en el que no solamente administramos nuestras conversaciones personales, sino también nuestras gestiones laborales. Así como en los '80 o '90 la comunicación formal era un fax y luego el mail; hoy también existe formalidad a través WhatsApp. Y, si bien, no es un sustituto del correo, es un complemento.
Muchos aman la app, pero también hay quienes se agobian por un sinfín de conversaciones uno a uno o grupales, que deben leerse y dar respuesta. Lo cierto es, que cada día más se transforma en nuestro canal de comunicación personal, familiar y laboral. Sin duda, la gran preocupación de muchos es la filtración de información. WhatsApp cuenta con un código cifrado de extremo a extremo que nos garantiza estamos ante una aplicación de mensajería segura, en la que en ningún tercero puede revisar tus conversaciones, salvo que te roben el teléfono. Es muy importante, entonces, activar siempre del doble paso para evitar fraudes. Seguramente, nos encontramos frente al mayor canal de comunicación de las últimas décadas. El desafío es que tanto las personas como las instituciones puedan sacar el máximo potencial de sus funciones y beneficios, cuidando que sea un espacio cercano, de respeto y sobre todo empatía. Algo que vemos amenazado con el uso de la IA.
Hoy más que nunca, se hace imprescindible, humanizar las comunicaciones a través de WhatsApp, para recuperar la confianza perdida por las estafas, noticias falsa e interacciones artificiales, que pueden generar rabia y frustración, y que podrían impactar en el uso de un canal en expansión.
Isabel Varas; CEO Close-Up
Política y farándula
La situación sentimental de una diputada, un ex futbolista y una ex modelo son hechos que son y deben quedar en la esfera de la vida privada de las personas involucradas, porque se trata de hechos que, aunque mediáticos, no tienen ninguna relevancia jurídica ni política. Sin embargo, en los últimos días se han revelado nuevos antecedentes que tienen un matiz político y de interés general. A saber: la llamada de la diputada Maite Orsini a la general de Carabineros, Karina Soza, con ocasión de un procedimiento policial en el que estaba envuelto Jorge Valdivia, al parecer parte del círculo cercano de la legisladora. Consultada al respecto, la general declara que "este tipo de llamadas son habituales en el contexto del cargo en que se desempeña" y justifica el contacto con la parlamentaria, porque "ella le presentó una situación de vulneración de derechos", sosteniendo que "cualquier persona u organización que tenga su número telefónico puede llamarla por la misma causa".
Al margen del respeto a la legalidad en el procedimiento policial en el que se vio involucrado Jorge Valdivia (que por cierto debe esclarecerse, no por ser Valdivia, sino por ser un ciudadano), nos debemos preguntar si corresponde o no que una diputada de la República tome contacto con una alta autoridad de Carabineros de Chile para plantear una situación vivida por una persona cercana a ella y que esta alta autoridad policial de alguna manera intervenga, aunque sea indirectamente, para averiguar lo sucedido y dar una respuesta a la inquietud planteada.
Me parece que en este caso hay un abuso de poder de parte de la diputada Orsini y de la general Soza, ya que fue utilizada una plataforma institucional para abogar por un ciudadano particular que posee vínculos personales con la diputada.
Jorge Astudillo Muñoz, coordinador de Investigación de la Facultad de Derecho, Unab Sede Viña del Mar